Un Final Feliz Para La Extra.

No soy una persona muy paciente la verdad.

No sé porqué creí que sería capaz de cultivar algo en esta o en cualquier otra vida.

Hace poco hice correr nuevamente el agua del río para que llegara a mi cultivo, así que tienen agua fresca para crecer.

Me secó el sudor con un pañuelo y sigo rociando las hojas de las pequeñas plantas.

Estos días he estado tratando de absorber la energía de la cristal pero solo quedo más cansada que antes, esta parte no la explican muy bien en el libro y siempre traigo una conmigo.

Lo digo porque se me acaba de caer el cristal al agua y ha desaparecido en el acto.

El agua comienza a brillar del color del cristal hasta quedar de un celeste transparente muy puro, de manera lenta el agua comienza a desaparecer en la tierra y las plantas son ahora las que brillan.

Mi cultivo comienza a crecer de una manera impresionante y hermosa. Las verduras y frutas tienen un color adorable, saludable y sabroso, el aire alrededor se comienza a llenar del aroma de todos ellos dejando un buen ambiente.

Nunca se dijo en el libro que los cristales tuvieran este efecto o tal vez nadie ni antes ni después se les ocurrió que podrían usar una cosa tan preciosa como los cristales en un cultivo.

Emocionada creo una canasta y unas tijeras para podar, de esas que usaba mi madre para sus plantas y comienzo a cortar algunas fresas.

Con todo listo corro en dirección a la casa para compartir las fresas con Drystan, se que le encantarán.

–Cariño.

Al escuchar mi voz voltea de inmediato a la cabeza y deja de lado la película que estaba viendo.

–Mira lo que traje.

Como una niña pequeña me siento a su lado luego de haber lavado algunas fresas y haberlas colocado en un plato.

–¿Qué es eso mami?

Su cara de confusión solo hace que me de tristeza, en casa del Duque nunca tuvo la oportunidad de comer estas cosas.

–Son unas de las frutas que cultivo mamá se llaman fresas.

Tomo una y se la acercó a la boca para que muerda, su cara de sorpresa es tan refrescante.

–Es deliciosa mami –muestra una sonrisa enorme.

–Toma son para ti.

Toma el plato con una sonrisa y continúa viendo la película, me paro para ir a la mesa a escribir mi nuevo descubrimiento.

Otra cosa que siempre quise tener fue un diario con cubierta de cuero y hojas blancas en donde pueda escribir cosas raras, ahora es mi momento.

Ya sentada con un movimiento de mi mano delante de mí aparencen un diario y un montón de lápices.

Comienzo escribiendo el título que vendría siendo "Cristales Mágicos" y un dibujo del cristal que compré en el mercado.

El cristal mágico es de un tono púrpura o violeta casi transparente.

En la primera página escribo sobre su utilidad al absorber la energía para reponer la propia junto con algunos dibujos, siempre se me dio bien el dibujo y el tema artístico.

El segundo tema es sobre lo que acabo de descubrir de los cultivos.

El tercero es que creo que purifica las aguas, por la manera en la que brilló antes de ser absorbida por la tierra.

Tendré que seguir investigando más usos para estos cristales.

Me siento allí un rato mirando a la nada cuando de repente veo la lámpara con enchufe que copié por accidente la última vez.

Una idea loca pasa por mi mente, me pongo en pie y voy por ella.

Pongo la lámpara a un lado de la mesa, tomó un cristal y lo acercó al enchufe, de inmediato la lámpara comienza a brillar como si tuviera electricidad.

Me emocionó tanto que estoy a punto de gritar pero me contengo por Elliot que está durmiendo.

Por fin el sueño de la mansión está cada vez más cerca de cumplirse.

•••••••••

Después de unos días tuve otra idea extravagante.

Así que ahora estamos en una posada en la capital.

–Cariño, mamá va a salir un momento ¿Te puedes quedar con tu hermano aquí?

–Sí mami.

–Sí llora prueba a darle la leche o juega con él, pero no lo saques de la cama.

–Entiendo mami.

Beso la frente de ambos y salgo de la habitación, antes de irme de la posada le doy una moneda de plata a la chica que atiende en la posada para que vigile a mis hijos.

Salgo de la posada y comienzo a caminar por la calle, está muy concurrida porque es una calle comercial.

Aquí a diferencia del pueblo la calle está lisa o algo parecido, al fijarme bien el suelo está un poco sucio y creo es porque en vez de cemento o algo parecido las losas de piedra están puestas sobre barro o así, entonces para mantenerlas unidas necesitan mojarlas continuamente y eso hace que todo se ensucie.

Impactada dejó de caminar.

Dioses esto tiene que ser una broma.

Tenía que venir en el peor momento a la capital.

Frente a mí aparece mi esposo con Elaria. Olvidé que en esta fecha estarían llegando a la capital de Rosel para hacer de las suyas.

Me fui escondiendo entre la gente hasta que chocó con alguien, me doy la vuelta lentamente asustada.

Al girar hay un hombre alto, de cabellos cortos y negros, unos impactantes ojos rojos con una mirada seria, una nariz fina, labios sensuales, una mandíbula definida. Es el hombre más guapo que he visto.

–Lo siento mucho señor –hago una pequeña reverencia, por su vestimenta se nota que es un noble de alto estatus.

Veo que estaba a punto de entrar a un carruaje y tomando valentía de donde no tengo subo al carruaje para esconderme, rápido me colocó una capa que había en el asiento y salgo por la otra puerta sin darle oportunidad al hombre de decir nada.

Miro en la dirección en la que estaba mi esposo y ya no están.

Comienzo a caminar de nuevo hacia el taller el cual me dijeron ayer en donde estaba.

Al llegar lo que me encuentro es una tienda donde venden algunas cosas muy bonitas.

–Buenos días.

–Buenos días señorita ¿En que la puedo ayudar?

–Me dijeron que en este lugar podía encontrar a un inventor muy talentoso.

–Y no le dijeron mal, pero el señor en este momento se encuentra muy ocupado.

–Podría por favor decirle que tengo algo que tal vez le pueda interesar mucho y es una muy buena oportunidad de trabajo.

El hombre se lo piensa antes de asentir.

–Vuelvo enseguida.

Se da la vuelta y va por un pasillo detrás de una cortina.

Me doy una vuelta por la tienda viendo las cosas que hay y son interesantes, pero ninguna me sirve para mi proyecto.

Unos cuantos minutos después vuelve a aparecer el hombre.

–Sígame por favor.

Me abre una pequeña puerta a un lado del mostrador y me conduce por el pasillo que él se fue antes.

Al salir llegamos a una gran habitación con muchas cosas amontonadas, siempre me imagine justo así la habitación de un inventor.

Un hombre de cabello celeste y largo, alto, hombros anchos, vestido muy desaliñado se encuentra dándome la espalda muy concentrado en algo sobre una mesa delante de él.

–Señor, esta es la señorita que quería hablar con usted.

El hombre se da la vuelta y me mira detenidamente.

–Un placer, mi nombre es Augusto Dresler.

–Un placer señor Augusto –le hago una reverencia –Mi nombre es Dilara Dupeyrón.

–Me dijo Alfonso que tenías un negocio para mí.

–Eso es correcto, es un negocio que puede reemplazar a las velas.

–¿Sí?

–Déjeme enseñarle.

Con un movimiento de mi mano hago aparecer dos tipos de lámparas, una con enchufe y otra a pilas.

–Estas se llaman lámparas –me acerco a la de pilas –Esta tiene un sistema de energía independiente y funciona presionando este interruptor, está otra necesita un sistema de energía compartido en donde poder colocar esta parte.

Mientras le voy explicando le muestro las partes de las que hablo y como funcionan.

–Esto es impresionante ¿Pero porque viene a verme a mi?

–Como se habrá dado cuenta tengo una magia muy especial con la cual no se necesitaría la ayuda de nadie para poder comercializar esto, pero no quiero hacer un negocio que dependa de mi magia ya que sería muy agotador y me dijeron que usted es muy bueno en su trabajo, también necesito que alguien los adapte para mi.

–¿A que se refiere con adaptar?

–Esto es un secreto así que primero necesito saber si está dispuesto a trabajar conmigo en una asociación para crear y vender estas cosas.

Se lo piensa por un momento hasta que al fin asiente con la cabeza.

Suspiró aliviada.

Antes de contarle lo demás hacemos un contrato de confidencialidad y asociación.

De un bolso de mano saco un cristal.

–Esto es un cristal mágico, lo compré hace un tiempo en el pueblo en el que vivo y descubrí que es una buena fuente de energía.

Acercó el cristal al enchufe y la lámpara se encendió. Augusto se muestra sorprendido y de inmediato se acerca para observar de cerca.

Se la pasó para que la vea mejor.

Nos pasamos un buen tiempo hablando de los planes que tengo, en la pantalla también le muestro mi idea para la instalación eléctrica de mi casa basado en mí imaginación, no quiero mostrarle a nadie cosas exactas de mi segunda vida solo ideas aproximadas.

Al terminar quedamos de que me enviaría una carta al pueblo de Iris para informar de su avance.