ELUCIBETH, NO NACE MUDA TODO ES PRODUCTO DEL ACCIONAR INHUMANO DE SU MADRASTRA.
LA VENDE COMO YEGUA DE CRÍA A UNA FAMILIA PODEROSA.
ELUCIBETH TIEMBLA DE MIEDO, EL HOMBRE DESTINADO ES UN HOMBRE CRUEL Y SIN CORAZÓN.
JAMÁS IMAGINÓ QUE EL MISMO HOMBRE LA HARÍA SENTIRSE VALIOSA Y AMADA
NovelToon tiene autorización de Thalita Lis para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capitulo 14 Bryan
Los pulmones de la joven se encogieron y sintió que le costaba mucho respirar. El aura imponente del hombre la sometió a su merced. Tan grande fue su impresión que sus neuronas se desconectaron por un instante.
"¡¿Quien diablos eres?!" La voz ronca del hombre, más que pregunta sonó a exigencia.
Tomó los hombros de Elucibeth y comenzó a sacudirla esperando una pronta respuesta antes de volverse loco.
¿Quién era la hermosa mujer pegada a su cuerpo como una melosa gatita?.
Chelsea no era, y menos una sus tantas amantes.
El crujido de sus dientes le erizaron la piel, y sus ojos la petrificaron. "¿Eres sorda, te comieron la lengua los ratones?"
Elucibeth con el rostro horrorizado recuperó la noción del tiempo. Empleó todas sus fuerzas y se soltó de su agarre cayendo de la cama en el intento.
Se puso en pie al instante y con el cuerpo tambaleante, corrió despavorida cómo si hubiera visto a un fantasma o peor aún el rostro del mismo demonio.
Tiró la puerta y bajó las escaleras casi volando.
Con el corazón agitado tocó la puerta cómo si estarían persiguiéndola.
"¿¡Quién diablos toca de tal manera!?". La voz dormida de Estela sonó desde adentro. "Quién quiera que esté ahí, si vuelve a tocar lo mato con mis propias manos".
Sin importarle sus amenazas, Elucibeth entró como un ladrón en fuga provocando que la hoja de puerta golpeé con violencia generando un estruendoso ruido.
"¡Ahhhh!" Estela pegó un grito de horror y se sentó cómo un resorte. Llena de espanto estiró la mano y se apresuró en encender la luz. "¡Que te pasa muchacha!. ¿Quieres matarme de un susto?" Regañó ni bien vió el rostro asustado de Elucibeth.
La joven con los nervios de punta trató de explicarle que su hijo había despertado. Al ver el rostro confuso de Estela se desesperó. "¡No te entiendo absolutamente nada muchacha!. ¿Que diablos te sucede? ¿Cómo te atreves a irrumpir en mi habitación de esa manera?"
Elucibeth cogió la mano de la anciana y la sacó de la cama. "¡Suéltame! ¡¿Estas loca?!".
A rastras la condujo hasta las escaleras y la obligó a subir. "¡Suéltame estúpida! ¿Vas a lamentar cuándo te ponga las manos encima ¡insolente!". Estela era un volcán haciendo erupción. Todo el camino no dejó de amenazar, mientras se quejaba cada vez que sus pies descalzos tropezaban con algún objeto. La iluminación era tenue, solo la luz de la luna los guió. Por la urgencia Elucibeth ni siquiera se dió un respiro para encender la luz de pasillo.
Cuando llegó a la habitación de su hijo, el corazón le latía de manera desbocada por el buen cardio, que apenas pudo respirar.
Cuando se dió cuenta de dónde se encontraba, frunció el cejo y con voz agitada preguntó. "¿Por que me trajiste aquí?".
Entonces la peor escena pasó por su cabeza cuando se detuvo un segundo para analizar la actitud irracional de la muchacha. "Brayan ¡No!" Lágrimas empezaron a llenar sus desgastados ojos y atravesó la puerta.
Al ver la silueta tenuemente iluminada de un hombre sentado en la cama, se apresuró a encender la luz.
"Bry- Bryan" La anciana abrió los ojos de par en par y ahogó una exclamación.
Pensó que se trataba de un hermoso sueño del que no quería despertar. Ver a su retoño sentado, mirándola con interrogación calentó su corazón.
"Madre" La voz ronca de Bryan resonó en sus oídos confirmando que era mas real que el aire que estaba abandonando sus pulmones justo ahora.
No pudiendo aguantar tanta emoción, la anciana se desmayó. El sonido de un cuerpo pesado impactando contra el suelo alarmó a Elucibeth.
'Dios mío se murió y es mi culpa'. Pensó la chiquilla y corrió a socorrerla.
"¡Tú!" Una voz de mando detuvo el accionar de la jóven. "Despierta a todos, quiero que estén aquí en un minuto".
Con el cuerpo tembloroso, Elucibeth asintió, no tenía la intención de desobedecer al faraón resucitado. Razón tenían al decir que era un Ogro, despierto no tenia ni una pizca del ángel durmiente.
Cogió su pizarrón y desapareció cómo un rayo.
Al llegar al primer nivel Elucibeth golpeó la puerta con total desespero, como si convocara a una reunión de vida o muerte.
Todas salieron en pijama y rodearon a Elucibeth.
"¡Que te pasa maldita muda!" Protestaron enojadas. "¿Estás loca, cómo se te ocurre despertarnos a media noche?"
Estuvieron a punto de aprenderla cuando mostró el mensaje: *El SEÑOR BRYAN DESPERTÓ*
Los ojos de las mujeres se abrieron como platos. "Que Dios nos nos ampare". Susurró una de ellas.
*EL QUIERE VER A TODOS TIENEN UN MINUTO"
Cómo si se tratara de una carrera se desesperaron en subir.
La noticia se extendió como pólvora hasta el último rincón de la casa y en pocos segundos todos se encontraban en fila en la habitación del gran señor.
Nadie se atrevió a levantar la vista, tenían miedo de ser absorbidos por sus fríos ojos, y tampoco quisieron hacer un sólo movimiento para no enfadarlo.
"¿Todos piensan dejar a mi madre en el piso?". Rugió el hombre.
Acto seguido las 7 personas rodearon a Estela y cada quién hizo lo que pudo hasta trasladarla hasta el sofá.
"¿Alguien me puede decir quién es la chiquilla?".
Todos giraron hacia la puerta, dónde Elucibeth permanecía congelada. Pero nadie se animó a responder por miedo a la reacción del hombre. Cuándo Tomas se dispuso a contestar, Carlota se apresuró en hacerlo.
"Es la sierva que su madre compró para llevar a su hijo en su vientre mi hermoso e inigualable señor" Dijo Carlota tratando de ganarse la gracia del hombre.
Bryan endureció el rostro. "¿Y quién diablos eres tu?"
"Soy la nueva criada mi hermoso e inigualable Señor".
"No vuelva a llamarme de esa forma tan ridícula ¿Entendido?"
Carlota bajó aun más la cabeza sintiéndose avergonzada. "Si señor".
"¿Es cierto lo que la mujer acababa de decir?"
"Si señor" Respondieron al unísono.
El rostro de Bryan se tornó oscuro y rechinó los dientes. "Maldita sea".
Dirigió su mirada de halcón hacia la muchacha y bufó "¿Y tu?. ¡Cómo permitiste tal estupidez!"
"No espere que ella le conteste, Señor Bryan" Dijo Tomas. "Lamentablemente Elucibeth es muda, por favor no se enoje con ella".
"Hay, hay, mi cabeza" Estela empezó a despertar quitándole al hombre la oportunidad de reaccionar.
"Todos fuera" Ordenó.
Todos salieron a prisa dejando a Estela junto a su hijo.