Seducida por un Mafioso

Matteo

Me despierto a las 5:30 y ya no puedo dormir, así que la observo, esta mujer es hermosa, acaricio su rostro y ella se mueve, me aparto y me levanto lentamente y me dirijo al baño, me quito la ropa y voy directo a la ducha...

Beatrice

Despierto con un fuerte dolor de cabeza, me siento en la cama y me froto los ojos, aún estoy adormilada, me pongo las zapatillas y camino hacia el baño, entro y abro el grifo, mojo mi rostro y sacudo mi cabeza con los ojos cerrados, pero cuando escucho esa voz fuerte y al mismo tiempo ronca, todo mi cuerpo se paraliza, es entonces cuando recuerdo todo lo que sucedió ayer.

Matteo: ¿Necesitas ayuda?

Beatrice se voltea hacia él, pero cuando lo ve desnudo, se gira rápidamente tapándose los ojos.

Beatrice: ¡No!

Ella sale del baño hacia la puerta de salida, que afortunadamente está cerrada.

Beatrice: ¡Qué inferno, qué manía de cerrar puertas es esta!

Él sale del baño con una toalla enrollada en su cintura, su cuerpo aún tiene gotas de agua, su cabello está desordenado y una sonrisa tonta en los labios, incluso parece un chico normal.

Beatrice: No encuentro gracia en nada aquí, ¿cuál es el motivo de la risa?

Matteo: ¿Siempre estás de mal humor por las mañanas?

Beatrice: ¡No, pero desde que vine aquí sí!

Matteo: Siempre tienes una respuesta para todo, ¿verdad?

Beatrice: Matteo, abre la puerta para que pueda ducharme, me siento sucia solo de haber visto eso ayer.

Matteo: ¿Cuándo nos volvimos tan íntimos como para llamarme por mi nombre, y en cuanto a lo que viste ayer, no deberías haber salido de tu habitación.

Beatrice: Tienes razón, no somos íntimos, y en cuanto a ayer, ¿qué hizo ese hombre? Él estaba... estaba...

Matteo se acerca a ella.

Matteo: Ey, ey, respira.

Beatrice: ¿Por qué lo lastimaron tanto? ¿Qué hizo?

Sus ojos se encuentran.

Matteo: Nos traicionó.

Beatrice: ¿Tú lo matast..?

Matteo: No lo maté, ¡tú apareciste, ¿recuerdas?!

Él habla apartando un mechón de cabello de su rostro.

Mi hermano se quedó con toda la diversión.

Beatrice: No digas más nada, déjame salir.

Matteo: ¿Por qué eres así? ¿Por qué tienes que complicarlo todo?

Beatrice: ¡No sé de qué estás hablando!

Él apoya su frente contra la de ella, respirando profundamente.

¡Te deseo tanto! -dice él con voz ronca.

Beatrice: ¿Tú qué?

Matteo: ¡Te deseo a ti! Cuanto más te resistes, más te quiero. Yo...

Él la besa rápidamente y ella una vez más no se niega, pasando la mano por su cuerpo, él la acerca más, sus manos exploran cada rincón de ella, su miembro se pone duro y aunque lo desea mucho ahora, se aleja pasando las manos por su cabeza, su respiración está agitada y camina por la habitación.

Vete -dice él lanzando la llave cerca de sus pies.

Está todo bien -dice aún tratando de recuperar el aliento.

Matteo sonríe, él todavía camina de un lado a otro.

Matteo: Sal.

Beatrice: ¿Hice algo mal?

Matteo: No, pero quiero hacer algo mal.

Beatrice: No entiendo.

Matteo: Simplemente sal.

Beatrice: Como quieras.

_____

Él sigue caminando de un lado a otro incluso después de que Beatrice se ha ido.

Qué mierda está pasando, qué me está sucediendo, siempre he tomado lo que quiero, necesito respirar y calmarme, ninguna mujer va a perturbar mi paz.

Mientras tanto, en el cuarto contiguo, Beatrice se desviste y entra en la ducha. ¿Por qué pregunté si hice algo mal?, es obvio que no hice nada mal, él fue quien se equivocó al besarme, no puedo permitir que esto suceda de nuevo, ¡no puedo! Ese hombre arruinó mi vida.

Estoy saliendo de la ducha cuando alguien golpea mi puerta. ¡No, no puede ser él!

Antonio: Señorita.

Uffaaa, pienso.

Beatrice: ¿Sí?

Antonio: Apúrese, su padre ya está camino aquí.

Continuará...