Capítulo 1 mi décimo séptimo cumpleaños

Sandra Vannecelli

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-Hoy, al despertar, una profunda emoción me inunda, ya que celebro mi cumpleaños número 17. Finalmente, hoy compartiremos con nuestra familia la relación que tengo con Thyler. Estoy segura de que nos apoyarán. Me levanto rápidamente de la cama y corro hacia el baño. Después de aproximadamente 40 minutos, ya estoy lista.

Escucho a mi madre detrás de la puerta, anunciando que la familia ha llegado. Me miro en el espejo, acomodo mi cabello y me siento preparada. Al salir de la habitación, me encuentro con mi padre, quien me sorprende con un hermoso collar. Le doy un beso de agradecimiento y él me responde- Mi princesa, nuestra familia ya está en el jardín.

-Con una gran sonrisa, le digo- Sí, padre.

-Tomo su mano y descendemos por la escalera. En ese momento, siento que mi teléfono vibra. Me detengo a leer un mensaje de Thyler, quien desea verme. Miro a mi padre y le digo- Padre, adelante, ya voy. Es que me he dejado algo en la habitación.

-Subo la escalera mientras mi padre me recuerda que no me demore. Al llegar, entro a la habitación del huésped, donde mi Thyler me estaba esperando.

Al verme, se acerca, me toma suavemente de la mejilla y me da un beso, diciéndome-Te ves tan hermosa, mi pequeña esmeralda. -Continúa besándome con ternura.-

-Entonces, lo tomo de la mejilla, inclinándome hacia él y le digo- Estoy feliz, Thyler. Hoy finalmente le diremos a nuestra familia sobre nuestra relación.

-Él me da un beso en la frente y me dice- Sí, mi amor, hoy toda la familia lo sabrá, y finalmente podré tomarte de la mano sin temor a que alguien nos vea.

-Tomándolo de la mano, le respondo- Es hora de regresar; ya nos están esperando. Después de la comida, se lo diremos.

-Le doy un beso rápido y salgo primero de la habitación. Al cerrar la puerta, me encuentro de frente con Renzo, quien me sonríe y me entrega una pequeña caja de regalo.

Me abraza y me dice-Te ves radiante, ya eres toda una mujer. ¡Felicidades por tu cumpleaños número 17! -Ma da un pequeño beso en la mejilla.-

- Me alejo con una sonrisa nerviosa y tomo su brazo, intentando moverlo para que nos retiremos, ya que no quiero que se dé cuenta de que hay esta thyler en la habitación. Le digo- Gracias, Renzo, pero deberíamos ir al jardín.

-Él me responde- Debo ir al baño un momento, adelante tú.

-Observo cómo se dirige hacia otra habitación y respiro aliviado. Camino hasta el jardín, donde, al notar mi presencia, se acercan uno a uno para felicitarme. Poco después llegan Thyler y Renzo. La expresión de Thyler es seria y reflexiva. Observo que Black está tomando un vaso de whisky y, al pensarlo, me siento apenado por mi primo. Han pasado dos años desde el atentado en la gran mansión; desde entonces, ha cambiado. Se ha vuelto más reservado y se ha alejado de la familia, siempre con un vaso de licor en la mano. Después de la comida, todos nos encontramos en la sala, donde ellos conversan sobre temas triviales. Me acerco a Thyler, que está sentado, y le digo-Ya es el momento de decírselo.

-Él me toma de la mano, lo noto nervioso e intenta expresarse, pero al hablar en voz alta, toda la familia nos observa. Entonces digo- Familia, Thyler y yo tenemos algo importante que comunicarles.

-Ambos nos levantamos. Él me aprieta la mano, lo que entiendo como una señal para que guarde silencio. Sin embargo, no puedo disimular la emoción que me provoca una sonrisa. Entonces, él dice- Familia, lo que Sandra y yo queremos comunicarles es que… -Se detiene por unos segundos antes de continuar- Es que Sandra y yo estamos trabajando juntos en un nuevo proyecto, y ella ha decidido unirse a esta organización.

-No puedo creer lo que estoy escuchando. Suelto su mano y lo observo mientras él dirige su mirada hacia mi familia, que está sorprendida. Mis padres se acercan a mí, y mi padre me dice- No sabía, querida, que te interesaban los diseños de armas y que quisieras permanecer en la organización. Deseaba otro futuro para ti, pero si deseas ser parte de esto, te apoyaré.

- Respiro profundamente, sintiendo un nudo en la garganta mientras, con una sonrisa forzada, le digo- Gracias, papá, por apoyarme; eres el único en quien puedo confiar.

- Le doy un abrazo y, al apartarme, le digo- Disculpa, pero necesito ir al baño.

- Salgo de la sala, camino hacia mi habitación y cierro la puerta con seguro. No puedo evitar llorar. Me pregunto por qué lo hizo, por qué fue tan cobarde. Pensé que me quería. Mi corazón está destrozado; nunca podré perdonarlo.-

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