**Alexa** es una joven soñadora, inquieta y de alma libre, siempre anhelando encontrar el verdadero amor. Para ella, ese amor es como una burbuja que flota en los cielos, un refugio que le brinda seguridad y confianza, un lazo tan fuerte que no permite distancias entre almas gemelas. Sin embargo, su mundo idílico se ve sacudido por la llegada de **Sergio Méndez**, un hombre misterioso y arrogante que desconfía del amor y desafía todas sus creencias. A medida que Alexa se adentra en este torbellino emocional, comenzará a cuestionar la existencia del amor verdadero. ¿Logrará Alexa mantener su fe en los sueños del corazón, o se dejará arrastrar por la dura realidad que Sergio representa? La batalla entre el idealismo y el escepticismo está a punto de comenzar.
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Capitulo XIII Ya no eres pura e inocente
"Amiga ¿qué pasó allá atrás?", pregunto Irene sorprendida.
"Ese amigo tuyo intento propasarse conmigo, y de la nada llegó Sergio y le partió la cara", respondió Alexa aún en shock mirando a Lucia.
"Ese imbécil no es amigo mío, ni lo conozco, el vino porque el amigo de Efraín se le presento algo y no nos pudo acompañar", explico Lucia apenada.
"No te preocupes tampoco fue tu culpa, yo no debí aceptar bailar con él. No quiero que su noche se arruine por mí, vayan y diviértanse por mí, yo me quedaré a esperar a Sergio.", indico Alexa preocupada.
"Lo sentimos amiga, pero no te vamos a dejar sola", dijo Irene sin titubear.
"Señoritas ustedes no pueden quedarse aquí, les sugiero que vuelvan con sus acompañantes", dijo uno de los de seguridad.
"¿Qué pasará con Sergio?", pregunto Alexa preocupada.
"El señor se quedará hasta que llegue nuestro jefe, al igual que usted", respondió el sujeto mirando a Alexa.
¿Y yo por qué?, al que deberían retener es al imbécil ese se que quiso propasar conmigo", manifestó Alexa indignada.
"Lo siento señorita solo cumplimos el protocolo. Señoritas por favor retirese", dijo el guardia señalando la salida amablemente.
"No vamos a dejar a nuestra amiga, sola, ella no hizo nada", expreso Lucia molesta.
"Entonces tendré que llamar a mis compañeros para que las escolten a la salida", amenazó el sujeto.
"No será necesario, ellas ya se van. Tranquilas no me pasará nada, les estaré enviando mensajes para que sepan que estoy bien", indico Alexa tranquilizando a las chicas.
Sin otra opción las muchachas se tuvieron que retirar del área, cuando salieron se encontraron con sus acompañantes y con un hombre muy atractivo, quien estaba afuera hablando con los otros hombres.
"¿Qué les dijeron de Sergio?", pregunto Luciano preocupado.
"Nada, nos sacaron del lugar y dejaron a nuestra amiga ahí con él", respondió Lucia molesta.
"Sergio no permitirá que nada le pase a su amiga, él resolverá esta situación", dijo Luciano confiado.
"Eso esperamos, Alexa es muy importante para nosotras y no queremos que se vea involucrada en problemas legales", intervino Irene con cara de angustia.
"Lucia de verdad lo siento, no sabía que Héctor iba a portarse de esa manera", dijo Efraín avergonzado.
"Cada quien es responsable de sus acciones", contesto Lucia encogiéndose de hombros.
"¿Ahora que hacemos, esperamos a Alexa o nos vamos?", pregunto Irene sin saber que hacer.
"Voy a llamar a Sergio, el dirá que hacer", propuso Luciano llamando.
El teléfono timbro un par de veces hasta que al fin fue contestado. "¿Qué quieres?", dijo Sergio de mala gana.
"Solo quería saber cómo estás", respondió Luciano rodando los ojos.
"Excelente, no ves que me encanta reventarle la cara a los imbéciles", contesto Sergio mirando sus nudillos.
"Ya me di cuenta, quería saber ¿si te espero o me voy?", pregunto Luciano despreocupado.
"Puedes irte si quieres, esto lo resuelvo yo", dijo Sergio seguro.
"Las amigas de tu castaña también están aquí, quieren saber qué pasará con su amiga", contesto Luciano.
"Diles que se vayan, yo llevaré a Alexa a la casa", después de responder colgó la llamada y se volteo a ver a Alexa quien con ese vestido se veía muy sensual.
"¿Qué tanto miras?", pregunto Alexa disgustada.
"¿Qué pensabas que iba a pasar si te vistes así?", respondió Sergio volteando a ver a otro lado.
"Me visto como me se la gana, nadie tiene derecho a faltarme el respeto y punto", dijo Alexa abrazándose a si misma, estaba temblando del frío.
Sergio la vio tiritando y se quitó su abrigo y lo coloco encima de ella. El olor de Sergio inundó las fosas nasales de Alexa haciéndola suspirar profundamente.
"'Pronto saldremos de aquí, así que no te preocupes", indico Sergio caminando en la habitación.
"No estoy preocupada por eso, no hicimos nada malo, por lo tanto, no pueden tenernos aquí", aseguro Alexa.
"¿Acaso eres abogada?, ¿cómo sabes que no nos pueden retener?", pregunto Sergio con una sonrisa de medio lado.
"No, no soy abogada, pero sé que así se manejan las cosas", insistió Alexa indiferente.
"Está bien, voy a creer en ti".
Ellos continuaron hablando un rato más hasta que llegó el jefe de seguridad del bar, el hombre entro con cara de fastidio, misma que cambio a penas vio a Sergio.
"¡Señor Méndez!, ¿es usted el del incidente?", pregunto el hombre con un semblante pálido.
"Si, ahora ¿qué procede?", pregunto Sergio fríamente.
"Lo siento señor Méndez, los hombres de seguridad son nuevos y no saben quién es usted, ya mismo les doy una amonestación", dijo el sujeto asustado.
"Otro día hablamos y espero que a ese sujeto no le permitan la entrada a este ni a ningún otro lugar a los que yo asisto", una vez termino de hablar, agarró a Alexa de la mano y la saco de la discoteca, subieron al auto de él y empezó a conducir sin informarle a su acompañante a donde iban.
"Este no es el camino a la mansión, ¿para dónde me llevas?", pregunto Alexa confundida.
"Vamos a mi apartamento", respondió Sergio despreocupado.
"Estás loco, llévame de vuelta a la mansión", ordeno Alexa furiosa.
"Mírate cómo estás vestida, ¿piensas aparecer así donde tu mamá?", respondió Sergio volteando a ver a Alexa, deteniéndose en sus largas piernas.
"Fíjate en el camino, que nos vamos a chocar", dijo Alexa señalando hacia el frente.
"Llegas y te pido algo decente para que puedas ir a la mansión", indico Sergio volviendo la mirada al camino.
"Mi vestimenta no tiene ningún problema, ya no soy una niña y puedo hacer lo que me dé la gana", respondió Alexa aún molesta por la actitud de Sergio.
"Tienes razón, pero tus padres no te ven como una mujer, ellos piensan que aún eres pura e inocente, no es justo que cambies su manera de verte tan bruscamente", aconsejo Sergio seriamente.
"Está bien, entonces llévame con mis amigas, deben estar preocupadas por mí", pidió Alexa casi suplicante.
"Ellas ya saben que vamos a mi apartamento, Luciano está con ellas aún en la discoteca, así que no te preocupes más".
Sergio había cerrado todas las opciones que tenía Alexa de escapar de él, así que sintiéndose triunfante continuo su camino hasta su apartamento.
