Adrik es un mujeriego, arrogante y adinerado que no logra ser feliz. Naim quiere ser feliz pero no sabe cómo lograrlo. Un día la vida permite que ambos se conozcan de la forma más explícita posible y así, tanto el adinerado como el exprostituto, mezclaran sus vidas para complementarse mutuamente. Ficción romántica Boys Love
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LATE
—¡¿Le dijiste que no?!
—Sí. Lo rechacé.
—¡¿Estas demente?! —Julio me mira con enojo y crueldad—. ¿Por qué lo rechazaste? ¡Es Cancún!
—Ya sé que es Cancún, pero...
—¿Pero...?
Mi amigo me miraba con intensidad y estaba muy atento a mí. ¿Fue una mala decisión haber rechazado a Adrik?
—Este fin de semana es el aniversario de bodas de mis padres —mis palabras son muy claras.
Percibo que el enojo desaparece de su rostro y eso me hace sentir tranquilo.
—¿Agosto 30?
—Sí.
—¿Es viernes?
—Aja.
—¿Y por eso no irás a Cancún?
—Pues sí. Ese es el motivo de peso que tengo para no ir con Adrik.
Julio no responde enseguida. Medita en mis palabras, me mira de vez en cuando y bebe jugo de manzana. ¿Qué tanto pensara de mí?
—¿Y por qué no celebras el aniversario de tus padres desde Cancún? —Sugiere él.
Su pregunta me deja pensando.
—Bueno, es que yo no creo que eso sea bueno.
—Nam, esta oportunidad es perfecta para que conozcas otros lugares.
—Puede ser, pero...
—Yo creo que deberías ir. Sé que tal vez tienes sentimientos encontrados con respecto a la ausencia de tus padres y tus hermanos, pero, creo que en algún punto de tu vida, tienes que aprender a soltar.
—¿Aprender a soltar? Yo no...
—El aniversario de bodas es una fecha. Para recordarlo el lugar es lo de menos.
—Bueno, tal vez tienes razón, pero...
—¡Solo vete con él! Aprovecha esta oportunidad y ya deja de pensar que nunca podrás ser feliz de verdad. ¡Debes seguir adelante!
Julio tiene firmeza en sus palabras y eso me hace sentir un poco reconfortado.
—¿Entonces voy a Cancún?
—¡Vete! Ese hombre te está pagando todo. Además, siente algo por ti. Tal vez no sienta amor aún, pero, el interés por ti lo tiene y eso es lo que importa.
Mueve su entrecejo y sonríe con amplitud para mí. ¡Julio está haciéndome entrar en razón!
—Bueno. Sí. Tienes razón. ¡Le hablaré en este momento!
—¡Eso es! Si Adrik ya se quedó a dormir en tu casa, creo que no está demás que tú también empieces a experimentar cosas que nunca has hecho.
Saco mi celular, abro la aplicación de teléfono y pulso su contacto. Su nombre aparece en mi pantalla. El timbre suena tres veces y entonces...
—¡Hola Nam! ¿Cómo estás? —Su voz me causa cosquillas.
—Hola Adrik. Todo bien. ¿Tú que tal?
—Bien. Me da gusto escucharte. ¿Qué haces?
—Estoy con Julio, él...
Mi amigo se aproxima a quitarme el celular y activa el altavoz.
—Nam irá contigo a Cancún. ¡Solo que le da pena decírtelo! —Julio le hace saber y eso me hace sentir menos nervioso que antes.
—¿De verdad quiere ir conmigo a Cancún? Pensé que tenía un compromiso importante —le responde Adrik.
—Bueno, es que mi amigo es un chico tímido.
—¿Nam es tímido?
—Sí. A veces se pone como niño pequeño, pero es normal. Ya lo irás conociendo más.
Me parece escuchar que Adrik ríe.
—Me parece bien. Quiero conocer más a tu amigo.
Julio me mira y parece contento con esa respuesta que le da Adrik. Soy yo quien le quita el celular a Julio para retomar mi conversación con Adrik.
—Adrik —pronuncio su nombre.
—Nam —responde él.
—¡Si quiero ir de viaje contigo!
...🩶🩶🩶...
Ramen. Carne de res. Cebollines. Zanahoria. Huevos hervidos. Chile de árbol. ¡Delicioso!
—¡Me gusta mucho esta comida! —Adrik está contento.
—Que bueno que te gusta mi comida.
—¡Gracias por invitarme!
—Es un placer invitarte —le digo y mis palabras causan una sonrisa amplia en su rostro.
Asiente. Lleva un poco de comida al interior de su boca y degusta con mucho placer.
—Quiero preguntarte algo —me animo a decirle.
Sus ojos se enfocan en mis pupilas.
—Claro.
—¿Por qué le dijiste a tu familia que somos novios? Eso fue inesperado y algo intenso.
Mis palabras hacen que su ceja izquierda se enarque. Veo que sus labios se vuelven una sonrisa amplia.
—¿Fui intenso con lo que dije?
—Solo un poco.
—Bueno, es que solo dije lo que sentía. En ese momento, quería que mi familia supiera que siento algo por ti y eso es lo que me ha llevado a tener una relación contigo.
—¿Una relación entre nosotros?
—Sí. ¿Está mal?
En mis pupilas quiero que él perciba que no estoy molesto por lo que él está haciendo conmigo. ¿Qué es lo qué exactamente estaba pasando entre nosotros?
—No. No está mal —mis palabras son firmes—. Es solo que nunca imagine que dirías algo así. ¡Nunca he tenido novio!
Adrik sonríe.
—Yo tampoco he tenido un novio, pero mi alma tiene curiosidad cuando te miro a los ojos y veo tus labios. ¡Tu boca me hechiza!
Siento un cosquilleo agradable en mis mejillas y una necesidad reaparece en mi cuerpo. ¡Quiero sentir sus manos tocándome! Esas manos grandes y velludas, quiero sentir que comienzo a ser suyo. ¡Mi alma pide caricias y afecto!
—¡Tus manos me gustan! El romance no es algo que yo conozca, pero creo que lo estamos haciendo bien. Tú eres un hombre engreído y yo un chavo que ha tenido el valor de decirte tus cosas de frente. No tengo ni idea de cómo debe ser el romance entre dos hombres, pero sí tengo experiencia complaciendo. ¡Yo quiero acercarme a ti en este momento!
—¿Quieres acercarte?
—Quiero tocarte y que me toques. ¿Me lo permitirías?
Asiente. ¡Mi corazón está emocionado!
Me pongo de pie al instante y me acerco a él. Tomo su rostro entre mis manos, acarició su barba y mi alma es feliz. ¡Me gusta esto que mi ser desea! La silla se separa de la mesa y eso me permite poder sentarme de lado sobre él. ¡Nuestros ojos están cerca! Nuestras respiraciones son una fusión y sus manos me toman de la cintura.
—¿Qué deseas? —Me pregunta él.
—Deseo ser feliz y que me des afecto.
—¿Afecto?
—Afecto. ¡Deseo ser tuyo!
—¿Ser mío?
—Sí. Que yo sea tuyo y que tú seas mi jefe.
Entonces, con todo el sentimiento que mi pasado hizo germinar en mí, hago que una de sus manos suba hasta mi pecho, que recorra mi camiseta hasta el cuello y en mi piel, hago que su mano se abra por completo. ¡Me gusta esto! Siento excitación en mi cuerpo y él tiene la mirada llena de deseo.
—Seré tu jefe porque me lo estás pidiendo.
—Te lo pido.
Su otra mano sube a mi rostro, me acaricia la mejilla y entonces, me besa. ¡Sus labios se queman con mi boca!