En un mundo donde las diferencias culturales pueden ser un obstáculo, dos personas se encuentran Pero su amor está condenado desde el principio. ¿Podrán superar los desafíos y encontrar un futuro juntos?
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Capitulo 20 Una Cena Para Recordar(+18)
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La graduación había sido un evento inolvidable. La ceremonia, cargada de emoción, terminó con aplausos y abrazos. Faisal, siempre bromista, había estado junto a Emir y a mí todo el tiempo, felicitándome por mi logro.
Llegamos a un restaurante encantador. Las luces cálidas iluminaban un espacio decorado con detalles tradicionales: alfombras tejidas a mano. En el fondo, una música suave creaba una atmósfera mágica.
Faisal, que nos había acompañado hasta ese momento, se levantó de su asiento después de la comida
—Los dejaré celebrar solos. Creo que esta noche no necesitan un tercero que interrumpa. —Guiñó un ojo y, sin esperar respuesta, se marchó con una sonrisa divertida.
Emir lo vio irse y soltó una leve risa antes de volver su atención hacia mí. Su mirada estaba cargada de algo que no podía descifrar del todo: una mezcla de admiración y ternura.
—Faisal tiene razón, esta noche es para celebrar todo lo que has logrado, Estoy muy orgulloso de ti.
Me ruboricé al escuchar sus palabras.
—Gracias, Emir por estar conmigo en este día tan especial.
Hablamos sobre la graduación, mis planes futuros y algunos recuerdos de la misión humanitaria. Sin embargo, noté algo diferente en Emir. Estaba más cercano, más cariñoso en sus palabras y gestos.
—Helena —dijo de repente, dejando los cubiertos a un lado y apoyando los codos sobre la mesa para mirarme fijamente
—hay algo que siempre he querido decirte.
—¿Qué cosa? —pregunté, intrigada y un poco nerviosa.
Él sonrió, y dijo:
—Eres la mujer más hermosa que he visto en mi vida.
Sus palabras me dejaron sin aliento. Sentí el calor subiendo a mis mejillas, pero antes de que pudiera responder, Emir continuó, recitando algo que jamás esperé escuchar: poesía.
—Tus ojos, son dos lunas que iluminan el desierto de mi alma. Tu risa, un oasis donde mi corazón encuentra descanso. Eres como una rosa que florece en la arena, imposible pero real. Si el cielo me niega tus labios, entonces viviré solo para soñarlos.
No pude evitar sonreír, conmovida hasta lo más profundo.
—Eso es precioso, Emir.
Mi corazón se derretía con cada palabra. La cena continuó con una mezcla de conversaciones ligeras y momentos llenos de miradas que decían más que cualquier frase. Cuando llegó el postre, Emir se levantó de su asiento y se acercó a mí.
—¿Me concedes este baile? —preguntó, extendiendo su mano.
—¿Aquí? —dije, sorprendida.
—¿Por qué no? Estamos solos, y esta noche es para ti.
Tomé su mano, y él me guió hacia un espacio abierto entre las mesas. La música seguía sonando, y Emir colocó una mano en mi cintura mientras la otra sostenía mi mano con firmeza. Bailamos lentamente, en silencio, dejando que nuestros corazones hablaran por nosotros.
Cuando regresamos a la mesa, me sentí como si flotara en una nube. Emir, siempre atento, pagó la cuenta y nos dirigimos hacia su coche. En el trayecto de regreso a mi departamento, apenas hablamos, pero no era necesario. La conexión entre nosotros hablaba por sí sola.
Al llegar a mi apartamento le ofrecí a Emir entrar pero solo pidio permiso para entrar al baño. —claro pasa respondí
Cuando salió del baño, Emir se despidió, pero algo en mi corazón me impulso a detenerlo —quédate un poco más le pedí.
—hoy todos celebran con sus familias y yo estoy sola en este país.
Emir me miro por un instante como si estuviera pensando la idea, y finalmente aceptó.
—¿Te gustaría ver una película conmigo? le pregunté. Emir sonrió y dijo: —"Debo irme pronto, mi amor, pero te prometo que lo haremos en el futuro". Me asombré al escuchar las palabras "mi amor" y le pregunté: —¿Es la primera vez que me dices mi amor?
Emir sonrió y me preguntó: —¿No te gusta? desvíe la mirada con una mezcla de emoción y tristeza —Ojalá pudiera ser tu amor de verdad, murmuré pero de inmediato me arrepenti —lo siento... No quise decir eso
Emir estiró su brazo y me dijo: —Estás sentada muy lejos. Acércate. Tomé su mano, pero Emir me dirigió a sentarme a sus piernas.
Emir comenzó a tocar mis piernas, Mis ojos buscaron los suyos durante unos segundos nos quedamos así mirándonos en silencio como si el mundo a nuestro alrededor hubiera desaparecido.
Cuando me quería parar, Emir me dijo que no, y comenzó a besarme en el cuello. Cerré los ojos mientras sus besos me hacían estremecer Cambié de posición, seguía encima de él, pero en una posición más comprometedora y más peligrosa. Colocó sus manos en mi cintura, y yo empecé a dar brincos encima de él. Sentí el bulto en su pantalón, empezé a sentir su erección
Emir me dijo: — Nose cuánto puedo resistir. —Me estoy poniendo muy duro. Le respondí: —"Pero no me has besado los labios, solo has besado mi cuello". Emir respondió: —Porque si te beso, perderé el control". No pude evitarlo lo provoque con una suplica:
—si no soy la chica adecuada para ti déjame ser el error más lindo que hayas cometido
Emir respondió: —"¿Quieres que te haga el amor?".
—Ya no aguanto más. Estar sin ti respondí entregándome por completo así no te cases conmigo, quiero sentir tu cuerpo. —No quiero lastimarte. No quiero que me veas como un mal hombre si esto sucede te arrepientas después?
—Estoy enamorada de ti desde que te vi. Sentí atracción, no te niego. Al principio, sentí atracción física, pero después sentí atracción en todos los aspectos. Pero estas barreras han sido mi condena
Emir me acaricio el rostro con ternura
—Quiero hacerte mía hoy —Le respondí mirándolo a los ojos "Hagámoslo".
Pero justo en ese momento, llegó Amina y comenzó a llamar a la puerta varias veces. —¡Helena, abre la puerta! Estoy aquí para celebrar la graduación juntas.
Le dije a Emir: —No abriré la puerta. Quiero estar contigo. —Tal vez esta es la señal de que no estoy haciendo las cosas bien. Comparte con tu amiga, mi amor. Nos volveremos a ver. Me iré, pero te escribiré.
Emir me dio un beso en la frente Abrí la puerta y Emir salió. Amina me miro con curiosidad Me justifiqué diciendo: —Emir y yo estábamos hablando justamente en este momento con mi familia, por video y por eso estaba aquí, pero no sabía que...
Amina me interrumpió y me dijo:
—Helena, no te preocupes por explicaciones Vamos a celebrar.