Soy Azahara y os voy a contar mi historia, aunque no lo creáis, todo lo que os voy a decir es real.
Nunca imaginé que dejaría mi casa, mi ciudad, mi familia y amigos, en fin en dejar mi vida para empezar otra en un lugar diferente donde solo conozco a un par de amigas y lo que menos esperaba era todo lo que me deparaba el futuro con seres increíbles pero reales.
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Capítulo 13. La he encontrado.
Unai.
Estoy en mi oficina esperando que venga mi Beta, mientras pienso en todo lo que me contó Azahara, el que no sepa nada de la manada en la que estuvo y el porque la abandonaron me deja muy pensativo.
- ¿Para qué me has pedido que venga mi Alfa?. - es mi Beta el que abre la puerta sin llamar.
- Pasa Eneko, toma asiento - le dije cuando él ya estaba sentado frente a mi mesa de oficina. - me llamas mi Alfa sabiendo que estamos solos, pero no llamas a la puerta.-
Al oírme se ríe, deja en la mesa una carpeta color verde, pero no logro ver lo que pone.
#Eneko#.
Eneko es más que un gran amigo, sé que puedo contar con él para lo que haga falta, me lo demostró antes de que fuera nombrado como Alfa, al igual que Xoán, por eso son mi Beta y mi Delta, no podría darle ese puesto a nadie más.
- Deja el sarcasmo que no te pega e invítame a una copa, creo que me la merezco cuando te diga que hay en la carpeta. - señala la carpeta y se acomoda.
- Ya que has entrado como si esta fuera tu oficina, podrías servirte tú mismo. -
Suelta un suspiro y se dirige al mueble donde están las bebidas, llena dos vasos y me entrega una, después vuelve a su asiento.
- ¿Me vas a decir ya para que me has llamado o tengo que adivinarlo?. -
- Dudo mucho que lo sepas, llamé también a Xoán, pero no sé si podrá venir. - le di un sorbo a la copa.
En ese momento entra mi delta, otro que no llama a la puerta y ocupa la silla que hay al lado de Eneko.
- Buenas Unai, ¿por qué nos hemos reunido con tanta urgencia?. -
- ¿Voy a tener que daros clases de educación?. -
- No me jodas que tú serás el maestro. - los dos se ríen tras el comentario.
#Xoán#.
Pongo los ojos en blanco, creo que les di demasiada confianza a ambos para que entraran aquí como si fuera su propia oficina, por suerte siempre estaba solo, rara vez hacia alguna reunión donde ellos no estuvieran presentes.
- Pongámonos serios. - mi voz suena más seria, más a Alfa que a amigo. - lo que tengo entre manos ahora mismo me inquieta bastante, no dudo que Azahara, una amiga de mi hermana, me oculte algo, pero necesito saber más de ella de lo que me habéis informado. -
- Relájate un poco colega, cualquiera diría que esa chica te gusta. - mueve la copa y se oye el ruido del hielo al chocar contra el cristal.
- Pienso lo mismo que Eneko, llevas aquí dos días y solo te has preocupado por saber de ella, aún no has ido a ver a la manada. -
Tenían razón, lo primero que tenía que haber hecho nada más aterrizar es ir donde la manada, ver qué todo estaba bien y luego ver a mis padres, pero Azahara se llevaba toda mi atención.
- No he ido porque sé que todo está en orden, os deje aquí para eso, si hubiera pasado algo me lo hubierais comunicado mucho antes de que yo decidiera volver. -
- Déjate de secretísimos con nosotros Unai, algo tiene esa chica para que no dejes de pensar en ella. - Eneko se levanta y llena su copa.
- Hay dos opciones para que estés así, ¿o ella es un peligro para la manada Luna Brillante, o por fin has encontrado a tu pareja destinada?. -
Xoán hablo sin rodeos, directo al tema, me gusta su forma de ser, si tiene algo que decir lo dice, aunque a veces se equivoca, pero nadie es perfecto.
- Al ser sincero prefiero la segunda opción, ahora mismo todo está tranquilo. - se pone cómodo nuevamente en la silla. - sería una buena noticia saber que por fin la has encontrado, la manada necesita a su luna, llevamos tiempo esperando a que la encuentres por un bien para todos y además tú ya serías nombrado como el Rey Alfa, aunque no te guste ese cargo, es el que te mereces. -
Yo no quería tener pareja, desde que fui nombrado Alfa a la manada no le ha faltado nada, siempre he estado pendiente de todo, pero el destino me puso a Azahara en el camino, aunque tuviera sus secretos ella sería una buena luna, algo me decía que era más de lo que a simple vista se puede ver, y seguro que la manada Luna Brillante la respetaría tanto como lo hacen conmigo, se alegrarían al saber que tengo pareja, gracias a ella ahora seremos muchos más fuertes.
- No creo que sea una amenaza, al menos ella, pero puede que sin ella saberlo atraiga una. - ojalá no fuera así, pero tenía ese presentimiento. - los que os voy a decir no puede salir de esta sala, solo Helen los sabe, si alguien más se entera sabré que habéis sido alguno vosotros. - dije con mi voz de Alfa, era una orden.
- No diremos nada Alfa. - contestan al unísono.
Agachan la cabeza como una reverencia, no me gusta ponerme así con ellos, pero a veces lo tengo que hacer, soy su amigo, pero también soy su Alfa, tienen que saber cuando hablo en serio o estoy de broma, y esto no lo era, quizás era más serio de lo que podríamos llegar a imaginar.
- La he encontrado, Azahara es mi Diosa, mi Mate, mi pareja destinada, mi mujer, mi luna, vuestra luna. -
Al escuchar lo que les acabo de decir, ambos sonríen, se alegran de verdad.
- Por fin la Madre luna iluminó tú camino, me alegro mucho por ti amigo. - Eneko alzó su copa en modo de brindis.
- Después de tanto tiempo, la Diosa nos dio una luna para controlar tu furia y hacer más fuerte la manada, me alegro de corazón colega. -
- Gracias a los dos, creo que sobra decir que la debéis proteger tanto o más que a mí. -
- Sobran las palabras, para llegar a ella tendrán que pasar por mí cadáver. - Esperaba esa reacción de Eneko.
- Si doy la vida por ti Alfa, no dudes de que la daría también por mí luna. - sus palabras eran sinceras.
Xoán fue al mueble de las bebidas, llenó tres copas, tras darnos una a cada uno levantó la suya.
- Por nuestra luna. - dijo con una sonrisa.
- Por nuestra luna. - contestamos nosotros también con una sonrisa.
Bebemos la copa de un solo trago.