Mar, es la niña más hermosa de San Diego, inocente, dulce y soñadora, pero todo eso cambió, el día que un monstruo puso sus ojos en Ella, ultrajandola de la manera más cruel e inmoral, quitandole todo su valor y sus ganas de vivir.
Sin embargo, a pesar de estar entre las cenizas, con su vida destruida, Marysol encuentra en su interior la fuerza y valentía para escapar...
El camino no es fácil, salir del dolor tampoco lo es, pero con amor todo es posible...
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Nuestro primer destino.
(Mar)
En el camino nos dormimos, pero de repente me despierto con el corazón acelerado, ya está oscureciendo y aún no llegamos a la frontera.
La ansiedad me está agobiando, mi mente dice que si tuviera una dosis estaría mejor.
Pero sé que no le haría bien a mi cuerpo.
Anzi se despierta y me dice.
—Escúchame Mar, ya casi vamos a llegar a la frontera, no creo que haya problemas, pero por algo te diré que decir.
Tú, eres mi sobrina y vamos a una invitación a tocar al cumpleaños de un familiar.—La pelinegra me explica y yo entiendo bien, respiro profundo, trato de tranquilizarme pues los nervios y la ansiedad se han unido para desestabilizar mi cuerpo, pero lograré esto, tengo que hacerlo.
Anzi, me abraza y su abrazo ayuda mucho.
Yo en ese momento, veo al cielo a través de la ventana, y digo en mi mente.
Hola, Amigo, fíjate que cada que veo al cielo quiero decirte algo, de verdad no sé si estás allí, pero ahora necesito creer que sí.
Por favor ayúdame, quiero ser fuerte y valiente, no quiero volver a consumir, así que has algo con mi cuerpo, también te pido, que todo nos salga bien en este viaje hasta que lleguemos a nuestro destino final, muchas gracias...
Ahhhh, espera... es que siempre olvido algo, por favor dame inteligencia y sabiduría, quiero ser la mejor violinista del mundo, podrías hacer eso por mí.
Termino de hablar con el Dios que no veo, pero que le hace bien a mi mente, saber que hablo con alguien, y no se si es locura pero mi tia decía que si existe y que si sabe atender a nuestras peticiones...
Veo que el bus se detiene.
Llegamos y una mujer encargada en el bus nos pide los documentos, para el chequeo.
Nosotros nos quedamos arriba, esperando; pero mí corazón salta en mi pecho, cuando veo subir a dos oficiales de policía, vienen revisando todos los equipajes.
Cuando uno de ellos llega hasta donde estamos nosotros y ve los instrumentos nos dice.
—Son suyos.—Su mirada esta fija en mi y es friamente penetrante; mi cuerpo tiembla...
Anzi contesta rápidamente y le dice.
—Si, Señor Oficial, son nuestros.
El agente sigue fijo viéndome, vuelvo a escuchar su áspera voz.
—Sabes tocar...—Yo en ese momento recuerdo lo que Anzi me enseñó y algo ocurre dentro de mí, no sé dé donde saco la valentía; pero tomo el instrumento con rapidez, lo saco como si tuviera mucha experiencia y empiezo a tocar la canción que aprendí.
—Es titanic —dice el oficial.
—Si Señor, es una hermosa canción...
Yo soy Mar y Ella es Anzi mi maestra de música. —Le digo al policía.
—Veo que tú tocas la guitarra.—Le dice, ella sonríe y contesta.
—Yo, se tocar la guitarra, el violín, el piano y... algo mucho más interesante, que no le puedo decir en publico, Señor Oficial... —Al oir a Anzi, no hago mas que quedarme perpleja, pues al decir lo ultimo, su tono de voz cambio a uno muy suave y coqueto, me quedo
pensando, que más quizo decir.
Veo al Policía tragar en seco, y decirle.
—Podrías demostrar... con una canción. —Su, tono de voz también cambió, y ya no soy yo el centro de su atención.
—Claro Señor.— Ella toma el violín, y empieza a sonar "la cima del cielo", de Ricardo Montaner, toca con su mirada fija en el agente, hasta que el otro agente se une, y le dice al oficial que está con su vista directa en los ojos de la pelinegra.
—"Terminaste compañero".
El agente se mueve con rapidez, aclara su garganta un par de veces y nos dice.
—Que disfruten su viaje...
Anzi, le sonríe y empieza a guardar el violín, cuando los agentes se bajan me dice.
—Ah lo que tengo que hacer... —Y se ríe.
—¿Le estabas coqueteando?—Le digo y ella se carcajea.
—Si, mira Mar, pase 19 años de mi vida, con un hombre que me hacía "el amor" si se le puede llamar asi, una vez por mes, que me mantenía en casa encerrada, y que cuando yo nesecitaba salir a algún lugar, ¿sabes que hacia el infeliz?, me hacía chupetes en el cuello, que me dejarán unas marcas, de sangre coagulada espantosas y me obligaba a salir con una blusa que se vieran las feas marcas.
Yo tuve que soportar eso por años, porque era mi esposo y no quería que mis padres siguieran hablando mal de mí.
Por qué ellos decían que de milagro yo había encontrado a alguien que se casará con una ramera, si así me llamaban; ramera.
Así que anoche, tuve tiempo para meditar en mi vida, y decidí que voy a ser yo, si quiero ser una mojigata lo seré, pero será porque yo quiero serlo, no porque me obligue alguien más y si quiero divertirme un poquito lo haré.
Seré yo misma, y haré todo lo que pueda para ser feliz, pero voy a aclararte algo, no necesitamos a nadie para serlo, para ser feliz, me necesito yo misma y tú te necesitas tú misma.
Y si quiero coquetear también, lo haré.
—Tú, eres una mujer sorprendente, yo quisiera ver las cosas como tú lo haces; pero solo de pensar en algún tipo de coqueteo con alguien, mi cuerpo sufre, creo que no soportaría que un hombre me toque, además quien querría estar con una piltrafa como Yo, soy asquerosamente sucia, no tengo ningún valor, quien va a querer estar con una mujer ultrajada.
Así que no podría coquetear con nadie jamás.—Le digo a la bella pelinegra.
—No eres una piltrafa, no eres asquerosa, no estás sucia y Tú vales más de lo que te imaginas, eres tan hermosa y tienes unos sentimientos tan puros, eres una piedra presiosa, asi que no vuelvas a llamarte piltrafa, tu no eres la piltrafa, es otra persona que no voy a nombra, pero debes empezar a quererte, mi niña empieza a amarte tu misma y a decirte que vas a cuidar de Tí.
Prometete a Ti misma, que vas a cuidar tu cuerpo, y que vas a borrar tu pasado, vas a borrar la historia triste que me conteste, empieza arranca las páginas del libro de tu vida que no quieres leer y empieza a escribir una nueva historia.
Busca la felicidad y no la busques en otras personas, pues no está en otras personas, está dentro de Ti.
Trataremos de sanar las heridas de nuestra alma, esas heridas que están abiertas y duelen.
Algún día esas heridas serán solo cicatrices, esas cicatrices tal vez nunca desaparezcan, las verás porque estaran alli, pero ya no dolerán más.
Animo mi niña, esto apenas empieza...