Cuando estas al borde de la muerte y sientes el olor a sangre por todos lados el miedo se va alejando de ti, fui expuesta ante un grupo de depravados, quise morir, pero en el camino encontré una nueva oportunidad para amar...
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¡No puede ser, detente !
¡Estás bien!
(Gabriel) No es nada, solo se rompió la botella.
(Varela) Déjame ayudarte.
(Gabriel) No es necesario. Estoy bien.
(Varela) Deja tu comportamiento de niño malcriado, trae aquí tu mano. Deja de ser tan cobarde y trae aquí tu mano no te voy a volver a repetir y tampoco pienso seguir discutiendo contigo, no sé cuántos años tienes, pero a veces te comportas como un niño pequeño, engreído y malcriado.
(Gabriel) Piensas que soy un niño chiquito haciendo pataletas, no me conoces, solo nos hemos visto algunos días y ya empiezas a juzgarme.
Y dime tú, a caso tú eres una santa que aún guarda su virginidad bajo siete llaves o que quizá es más inocente que yo. Vamos Varela no porque mi mamá te guarde bajo su seno te voy a creer todo lo que me dices.
Quien sabe que pasado tienes y viniste a este lugar para olvidar o ocultarte de tu realidad.
(Varela) Definitivamente tú no tienes remedio. Mejor me voy si no te terminaré abofeteando ese rostro de engreído.
Eres un completo idiota, ya está, espero y mi pañuelo sirva de algo, me voy no estoy dispuesta a seguir discutiendo con un ebrio y terco.
(Gabriel) Terco ja no, ebrio tampoco, casi ebrio sí. Pero sé con quién estoy hablando. Engreída.
(Varela) Me voy no te soporto más idiota.
... Salgo de la camioneta y me decido a caminar por el casi oscuro camino, no seguiré ni un minuto más con este idiota ebrio o según él casi ebrio.
El frío me está acobardado, pero ni modo, prefiero el frío que estar un minuto más con ese.
Tenía tantas ganas de decirle que lo encontré borracho e inconsciente aquel día, pero mejor lo evite, no me puede juzgar sin conocerme. Tengo tanta rabia que mejor me contengo.
No sé cuantos minutos he caminado y mis pies ya empiezan a dolerme. Me acuerdo de aquel alacrán que me picó y el miedo me invade. Mi orgullo cae y empiezo a regresar, logro ver la camioneta y al sumarme por la ventana, veo que está dormido, peor aún dejo cerrado todas las puertas. No sé si tocar o mejor espero aquí, en cualquier momento pasará algún vehículo. Empiezo a trotar para que mi cuerpo entre en calor y ahora me arrepiento de no haber tomado un trago de esa pequeña botella. Miro con temor el piso casi oscuro, no quiero ni imaginar si una víbora se me aparece.
Me subo a la parte trasera de la camioneta y me acurrucó en posición fetal. La lluvia no cesa y yo estoy temblando mucho.
Cuando estoy por rendirme un auto toca la bocina, mi corazón se sobresalta y me trato de parar y mi cuerpo está rígido por el frio.
(Gastón) Sabes es la camioneta de la villa y parece que hay alguien en la parte de atrás.
(Sofía) ¡No puede ser, detente!
... La camioneta se estaciona a un lado de la carretera y la pobre de Varela está muerta de frío.
Pero muchacha como es posible que estés aquí sola en esta lluvia.
(Varela) Yo...
(Sofía) Bájate, ven dame tu mano.
Gastón dame una manta por favor
(Varela) Gabriel... Gabriel está aquí.
(Sofía) Ese idiota te dejo afuera. Me va a escuchar...
... Doy golpes a la puerta y nada que reacciona. Gastón hace el intento de abrirla y nada da resultado, la lluvia se hace más fuerte y estoy molesta por su comportamiento.
Gastón tráeme algún fierro, romperé la luna.
En cuestión de segundos la luna trasera se rompe. Gastón entra y después de varios intentos lo logra despertar.
(Gabriel) ¿Qué haces tú aquí?
(Gastón) Joven su madre y la señorita están en la otra camioneta. Hágase a un lado para poder encender el vehículo.
(Gabriel) Se le terminó el combustible. No vez eso.
(Gastón) Enseguida vuelvo.
(Gabriel) No te tardes que tengo frío.
... Lo veo irse y volteó a mirar y los ojos de mi madre me ven directamente, sé que cuando lleguemos a la villa los gritos van a estallar.
Espero a que Gastón llene el tanque, me hace la señal y arranco la camioneta.
Me marchó a la villa antes que mi madre me dé una paliza.
(Sofía) Ya me va a escuchar este muchacho malcriado, ya va a ver.
Gastón pone en marcha la camioneta, mientras Varela se va quitando la ropa mojada yo la cubro con otra manta, está toda empapada de pies a cabeza.
Dime Varela que hacían aquí en medio de la carretera y con esta lluvia.
(Varela) Cuando me levante, me vestí y baje a la sala para acompañarla, me dijo Maria que usted ya se había ido y señora recién me conoce y ya le estoy dando muchos problemas, así que quise ir con usted, pensé en tomar un caballo, pero no sé cómo subirme a uno. Así que su hijo me vio y se ofreció a llevarme. Yo acepté y cuando llegamos estuvimos un rato en la recepción hasta que regresamos y la camioneta se quedó sin gasolina, yo decidí bajar para ver algún auto que podía pasar y nada, luego regrese, pero Gabriel ya estaba dormido.
(Sofía) Ese hijo mío es un rebelde, es mi dolor de cabeza constante. Ya no sé que más puedo hacer con él. Pero con lo que acaba de hacer tendrá que aceptar por las buenas o las malas mi voluntad, es hora de que ese mal hijo vuelva por el camino derecho.
Varela necesito de tu ayuda por favor.
(Varela) Para lo que sea señora yo la apoyo.
(Sofía) Hablaremos de esto mañana, ve y descansa.
(Varela) Otra molestia más que le doy.
... Gastón se estaciona en la villa y me ayuda a salir de la camioneta, voy lentamente entrando envuelta con las mantas y mis piernas ya no pueden avanzar. Saco mis últimas fuerzas y llego a mi habitación. Me tiro sobre la cama el sueño es pesado y mis párpados también.
Por eso pienso que el amor de algún ser querido ayuda gracias por tan hermosa historia 🇻🇪👍👍♥️