Valkot entre el Odio Y el Amor

-Subo al auto mientras Dimitri le da instrucciones a su escolta. Yo tomo mi teléfono y le mando un mensaje a Thyler. Él se sube al auto y, al verme con el celular en la mano, me lo quita.-

¿Con quién estás hablando? ¿Con el idiota con el que te estabas besando?

-Al entrar al auto, noto que ella está enviando mensajes a alguien, lo que me llena de ira y le quito el teléfono.-

¿Qué estás haciendo? ¡Devuélveme mi teléfono!

-Revisé tu teléfono y estás hablando con alguien llamado Demonio 3, diciendo que no se preocupara por ella,que estás resolviendo unos asuntos molestos y que pronto regresarías.-

¿Quién es ese Demonio con quien hablas? ¿Acaso soy un asunto molesto?

Te he pedido que me devuelvas el teléfono.

- Le quito el teléfono de la mano. -

Es mi primo Thyler. Si eres un asunto molesto, dime, ¿qué necesitas? No quiero perderme la fiesta, tengo a mis primos y a mi novio esperándome.

-Él me sujeta suavemente de la mejilla.-

No desees poner a prueba mi paciencia, Caeli. No conoces las consecuencias de mi pérdida de control. Debes tener en claro que he venido por ti; eres mía, mi novia y mi prometida. Muy pronto serás mi esposa. Ahora, gracias a tu actitud, el joven que se atrevió a besarte enfrentará severas consecuencias.

Te aconsejo que no lo toques. No tienes justificación para hacerlo. Nuestra relación no significa nada. Además, ¿qué autoridad tienes para decirme que no puedo involucrarme con otras personas, cuando en estos dos años has estado con modelos rusas? ¿Crees que no estoy al tanto de eso?

-Él me retira la mano de la mejilla, acaricia su rostro y me observa sonriendo. -

Ellas no tienen relevancia en mi vida, fueron simplemente experiencias pasajeras. Tú eres la mujer que amo y con quien deseo construir un futuro. Estoy dispuesto a dejar de lado lo que sucedió con ese chico, pero prefiero que mantengas distancia de él. Si efectivamente estabas en una relación, te sugiero que la finalices si no deseas que haya repercusiones.

Parece que no queda claro, ¿verdad? No tengo interés en ti. Para mí, no significas nada. Ese chico que mencionas es mi pareja y deseo estar a su lado. Por lo tanto, te pido que te mantengas alejado de mí.

- Intento abrir la puerta, pero él la tira hacia sí y la asegura.-

No he solicitado tu partida, mi dulce demonia. Parece que la que no comprende la situación eres tú. Ambos hicimos una promesa de ser esposos, y esa promesa se cumplirá.

-Él me acaricia la mejilla y desciende la mirada hacia el collar que me regaló en su momento.-

Si no me amaras, no lo llevarías puesto. Estoy consciente de que te sientes molesta conmigo por las modelos, pero compensaré esa situación, cariño.

-Se acerca un poco más y me da un suave beso en los labios. Yo simplemente cierro los ojos, recordando la primera vez que lo vi y ese primer beso que compartimos. Al abrir los ojos, lo encuentro sonriendo.-

¿Ves? Eres mía, así como yo soy tuyo.

-Enciende el coche y conducimos durante más de 30 minutos hasta que llegamos a una hermosa casa.-

¿Qué hacemos aquí?

Aquí es donde vivo.

-Salí del automóvil y lo rodeé hasta abrirle la puerta. Ella me tendió la mano y descendió. Caminamos hacia el interior, donde mis empleados me hicieron una reverencia. Ella se acercó un poco más a mí y bajó la voz.-

¿Por qué te hacen reverencia? ¿Acaso perteneces a la realeza?

En cierto modo.

+Señor, ¿desean algo de comer?

¿Te gustaría algo, Caeli?

No, gracias, estoy bien.

Puedes retirarte a descansar.

-Ella realiza una reverencia y se retira. Tomo la mano de Caelis y la conduzco hacia mi habitación, donde se encuentra el balcón. La vista es espectacular. Nos sentamos en el suelo, contemplando el hermoso bosque y el cielo repleto de estrellas.-

Eres verdaderamente hermosa, Caeli.

Cuéntame algo que no sepa.

Eres bastante arrogante, mi dulce demonio. ¿Podrías decirme qué fue lo que consumiste?

Una vez más con lo mismo. Pareces un anciano, por Dios, ¡aunque ya estés algo envejecido!

¿Me estás llamando viejo? Solo tengo 25 años.

-Le observo mostrar signos de molestia, lo que me provoca una risa.-

He consumido XT, una pastilla que es casi idéntica al éxtasis, pero que no perjudica la salud ni provoca jaquecas.

Es importante recordar que todas las drogas son perjudiciales. En última instancia, siempre terminan destruyendo a las personas. Necesito que me prometas que no volverás a consumir.

No lo hago con frecuencia, solo lo hago por diversión, nada más.

Caeli, prométeme que no volverás a hacerlo. Asimismo, no quiero que te expongas a la posibilidad de venderlo en tu escuela o en la discoteca.

¿Cómo sabes que lo vendo?

¿Acaso crees que no he estado atento a ti? Estoy al tanto de todo lo que haces, Caelis. Siempre te he cuidado, desde que tenías diez años.

¿Sabes cómo se llama eso? acaso

Lo sé, pero eres mi prometida y es mi deber protegerte.

-Ruedo los ojos.- Está bien, no volveré a consumirlo, pero no dejaré de venderlo; obtengo buenos ingresos de esa actividad.

Si eso es lo que te preocupa, yo te proporcionaré el dinero que necesites.

-La veo reírse a carcajadas. Levanto una ceja, intrigado. -

Agradezco tu oferta, pero en este momento no la necesito. Cuento con una tarjeta negra sin límite, y con solo alzar un dedo, mi padre me proporciona todo lo que requiero. No vendo esas pastillas por necesidad económica, sino simplemente por placer. Disfruto ganar mi propio dinero, y es en lo que he decidido enfocarme junto a mis primos. Nos convertiremos en los demonios de Italia, superando incluso el poder de mi padre y mi tío; seremos la nueva generación Vannecelli.

-Escucharla hablar de esta manera me conmueve profundamente. Ella es la mujer que anhelo tener a mi lado. Cuando compartamos nuestra vida en Rusia, tengo la certeza de que se convertirá en una contribuyente excepcional dentro de mi organización.-

Por lo tanto, estoy dispuesto a apoyarte en ese camino.

¿De veras? ¿Y de qué manera piensas hacerlo? ¿Acaso estás involucrado en actividades ilegales?

Efectivamente, soy el líder de la mafia rusa. Al casarte conmigo, también asumirás ese rol, mi dulce demonia.

-La veo sonreír.-

Dimitri, no puedo mudarme a Rusia. Mi familia está aquí, y no tengo la intención de abandonarlos.

Si deseas avanzar en este negocio, es importante que aprendas a volar por tu cuenta. No te preocupes, todavía no te irás conmigo. Faltan 5 meses para que cumplas 18, y entonces nos casaremos. Podremos visitar a tu familia siempre que tú quieras.

Creo que tienes razón.

-Él me acaricia la mejilla y me besa en los labios, a lo que yo correspondo. Su beso se vuelve más apasionado. Poco a poco, se posiciona sobre mí mientras sigue besándome.-

¿Sabes cuántas veces he soñado con tenerte así? Te deseo con todo mi ser, Caeli.