Fui obligada a casarme con el CEO enmascarado y discapacitado por culpa de mi padre, quien en una apuesta me perdió.
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ELENA COEN
Al llegar al apartamento, tomé mis cosas y salí de ahí sin rumbo alguno. Las llaves las envié a Anthony con un delivery.
¿Ir a la iglesia? ¿Voy con las monjas? Pero que van a decir que solo hago caballadas y regreso cuando tengo problemas. La misión de la hoja no la encontré. Mi resiliencia está ahí trabajando sola.
Me siento estancada.
Siento que todos avanzan, menos yo. Mi bucle se quedó estacionado. Nunca supe dónde ir. Si miraba atrás, veía tristeza y una familia que no me amaba, y si miro hacia el frente, siento miedo a avanzar. ¿Qué hago? Mi barco se hunde.
Tomé mi orgullo o lo que quedaba de él y fui a la terminal de buses. Compré un boleto a la ciudad Vecina. Los nuevos inicios no son malos. Eso pensé.
DUSTIN MONDRAGÓN
Desperté. Sentía mucho sueño. Había un silencio ensordecedor. La habitación era blanca. Miré que mi mano estaba canalizada.
Joss estaba sentado a un lado. Él estaba dormido. Él es más padre mío que mi propio padre que me engendró.
— Joss— él abrió sus ojos.
— Bendito sea Dios, que usted ya despertó. Voy a avisar al doctor.
— Espera. Sácame de aquí. No quiero ir a la mansión.
— Primero que lo revise el doctor. Le prometo que saliendo de aquí lo llevaré dónde la señorita Elena. Aunque pierda el trabajo está vez, usted no irá a la mansión.
— Gracias.
Joss salió. El médico entró. Me revisó.
— Estará en observación por 24 horas. Si todo está bien, le daremos de alta.
— No avise a mi papá. El señor Joss es mi tutor legal. Cualquier cosa dígale a él.
— Está bien.
Las 24 horas pasaron y me dieron de alta. Joss me llevó al apartamento de Elena. Él golpeó varias veces y no hubo respuesta. La llamé, pero salía su buzón. Joss me llevó a la tienda.
— Elena no ha venido desde que salió la noticia de su boda. Y me envió la llave del apartamento con un delivery.
— Dame la llave. Nadie debe saber que estoy ahí. Joss tómate unas vacaciones, tú eres mi empleado directo, no es mi padre. Anthony igual, no has descansado desde que empezaste con mis negocios. Y te di una carga en estar aquí siempre y tener todo en orden. Quiero poner una pausa y descansar yo también.
— Lo llevo al apartamento. Y cualquier cosa me llama. Estoy a sus órdenes jóven.
Me llevó al apartamento, entré. Todo estaba ordenado e intacto.
Lloré como un niño.
Otra vez no sabía nada de Elena. Ella debe odiarme. Me acosté en la cama, la cama que guardaba nuestro secreto de amor.
Pasé días encerrado, sin probar agua ni alimento. Mi cuerpo pesaba. Estaba sumergido en una depresión.
Joss llamaba todos los días. Al inicio le contestaba. Cuando a mi celular se le acabó la batería solo lo puse a un lado y continué en ese estado de "hibernación". Quería morir.
Joss y Anthony entraron al cuarto.
— Me había preocupado por usted. No me contestó el celular en días. Mire como está.
— Vete. Déjame morir— mis lágrimas salieron.
— No joven. Anthony ayúdame a llevarlo al auto.
— Joss te lo pido, déjame morir. Pregúntale al doctor si me hace la eutanasia. Le voy a dar todo mi dinero.
— No diga eso.
Anthony me llevó al auto.
— Está vez como su tutor legal, voy a hacer algo por usted.
Llegamos al aeropuerto. Ahí estaba doña Ana con los boletos en sus manos.
— Joss, por favor solo déjame morir.
— Vamos a ir a Toronto. Averigüé ahí hay un hospital que lo puede ayudar. Déjeme ayudarlo. Por favor.
No hice nada. Viajamos a Toronto. Joss y Ana estuvieron conmigo todo el tiempo. Empecé con la ayuda psicológica.
Gracias Luna por una novela corta pero excelente te felicito que Dios te bendiga siempre 🫂😘🙏🇻🇪💐