Cassandra Yohana, una chica de 17 años que aún usa el uniforme gris de secundaria, tiene el pasatiempo de saltarse clases y dormir durante las lecciones. Aun así, sus calificaciones siempre son excelentes, lo que la ha vuelto bastante arrogante.
"¿De qué sirve tener cerebro si no lo usas? De nada sirve ser un ratón de biblioteca si tu cabeza sigue siendo débil", decía Cassandra con su lengua afilada al ver a sus compañeras estudiosas.
Hasta que un día, su clase recibe a un nuevo profesor que pone su mundo patas arriba.
Arsenio Xalendra, un hombre maduro con un carisma imponente, cuya mirada fría y penetrante intimida a cualquiera.
Pero para Cassandra, Arsenio Xalendra no es más que un hombre cruel que vino a destruir su tranquilidad.
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Capítulo 13
¡Crash...!
"¡Tú!" Cassandra lo miró fijamente, con el pecho agitado, mirando al hombre que sonreía frente a ella.
Devan, limpiándose los labios con los dedos, sonrió diabólicamente al ver a Casandra tan asustada.
"¿Tienes miedo?" Devan dio un paso adelante y miró el rostro de Casandra, que parecía presa del pánico, como si estuviera a punto de huir.
"¡Maldito seas! ¡Vete!" Casandra empujó el pecho de Devan con todas sus fuerzas, y Devan solo retrocedió un paso.
Casandra estaba cada vez más asustada, el aire a su alrededor se volvió denso, lo que le dificultaba respirar.
"Tsk, todavía te haces la difícil." Devan se burló, mirando a Casandra con enojo, el rostro de la chica se enrojeció con una mirada feroz.
Devan llevó a Casandra al cubículo del baño al final de la escuela, un baño que rara vez se usaba porque era muy tranquilo.
Cassandra no respondió, su mente estaba tratando de apartar algo que seguía parpadeando en su cabeza.
Devan dio un paso adelante, presionando su cuerpo contra el de Casandra, inmovilizándola. El pecho de Casandra se aceleró cada vez más, su respiración se volvió errática y su rostro gradualmente se puso pálido.
"Eres tan ingenua", susurró Devan en el rostro de Cassandra, una de las manos de Devan sostenía el cuerpo de Cassandra, mientras que la otra tocaba su suave mejilla.
"¿Por qué siempre me rechazas, cuando hay tantas chicas haciendo fila para salir conmigo?" Dijo con una sonrisa burlona.
Cassandra cerró los ojos y los volvió a abrir cuando la horrible imagen se volvió aún más real.
"¡Suéltame...!"
Fue inútil que Cassandra sacudiera su mano con fuerza, porque la fuerza de Devan era mucho mayor.
"Solo haz lo que te digo, y no estarás así". El pulgar de Devan acarició los labios temblorosos de Cassandra, los labios finos de color cereza hicieron que Devan tragara saliva.
Las piernas de Cassandra comenzaron a temblar, su respiración se volvió irregular, lo que hizo que sus ojos se calentaran.
Arsen miró la puerta de su habitación, donde esperaba que alguien la abriera. ¿Por qué la chica tardaba tanto? Normalmente Casandra era la más rápida cuando la llamaban.
Arsen se levantó de su asiento, caminó hacia la puerta y la abrió.
"Espera, ¿tú eres a la que envié?" Le preguntó a la estudiante que acababa de pasar.
"S-sí, señor", respondió la estudiante, tartamudeando.
"¿Y dónde está Casandra?", preguntó Arsen mirando a la estudiante que estaba ligeramente inclinada.
"Um, no lo sé, señor, pero vi a Casandra salir antes", respondió la estudiante nuevamente.
Arsen asintió y la estudiante se despidió.
Arsen miró el reloj en su muñeca, la clase comenzaría pronto, pero ¿por qué la chica no había venido todavía? Como no quería causar problemas, Arsen decidió irse a enseñar.
El hombre caminaba tranquilamente y mirando al frente, hasta que accidentalmente su zapato pisó algo.
Sintiendo algo punzante, Arsen recogió lo que había pisado, que era un brazalete.
"Este es..." Arsen recordó algo, dónde había visto un brazalete como ese antes. Al mirar la forma del brazalete, parecía estar roto. "¿No es este el que llevaba esa chica?", Murmuró con un recuerdo muy vívido. Anoche, Arsen vio a Casandra usando ese brazalete.
Sin más preámbulos, Arsen se metió el brazalete en el bolsillo de su camisa, estaba a punto de irse, pero un sonido al final del pasillo le llamó la atención.
¡Crash...!
El cuerpo de Casandra salió volando hasta que chocó contra la puerta cerrada, sus manos temblaban y su rostro estaba húmedo por las lágrimas. Intentar abrir la cerradura de la puerta fue muy difícil, sus manos temblando violentamente dificultaban que Cassandra lo hiciera.
"¡Maldita sea...!" Devan volvió a agarrar el cabello de Cassandra con fuerza, haciéndola gritar de dolor.
"¡Snif... Snif... ¡Suéltame...!" Cassandra siguió luchando a pesar de que su fuerza era muy débil, su rostro ya estaba pálido, incluso sus labios, que antes eran de color cereza, se habían puesto pálidos.
"No lo haré hasta que yo..." Devan acercó su rostro. A la fuerza, el hombre besó los labios de Cassandra.
La ropa de Cassandra estaba hecha jirones, incluso uno de los botones de su parte superior se había soltado de su lugar, quién más lo haría sino Devan. El hombre estaba consumido por el odio y la lujuria, el odio por ser siempre rechazado y sentirse humillado, la lujuria por querer poner a Cassandra de rodillas ante él.
"¡Aaahhh...!" Cassandra volvió a gritar cuando Devan le mordió el labio con fuerza.
Los pasos se aceleraron cuando su sentido del oído se volvió más claro.
Arsen miró la puerta bien cerrada con el sonido de gemidos que salían del interior.
¡Crash...!
Sin dudarlo, Arsen pateó la puerta principal del baño y en ese momento sus ojos se encendieron y su pecho retumbó con fuerza.
"¡Bastardo...!"
