Betsabet Kohler es teniente del ejército de Alemania y ha destacado por su papel en la reacción rápida contra el narcotráfico. Considerada la mejor teniente de su unidad, pasó tres años en Estados Unidos desmantelando grupos dedicados al narcotráfico. Al regresar a su país, su coronel le asigna una misión como infiltrada en la organización liderada por Salvatore Müller. Su tarea consiste en integrarse en su vida y en su hogar para ganarse su confianza y enamorarlo, con el objetivo de obtener pruebas que permitan llevarlo ante la justicia y desmantelar la organización. Sin embargo, lo que comienza como una operación se convierte en un juego peligroso en el que se entrelazan el deseo, la traición, el odio, la demencia y el amor.
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Capítulo 12 Obediente
🚫🚫Este capítulo incluye contenido sexual. Se recomienda leer con discreción. ❌❌🔞🔞
Betsabet kohler
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-Al conductor le indica hacia dónde ir y, tras unos 20 minutos, llegamos a un conjunto residencial. Al bajarnos, me doy cuenta de que no es un apartamento, sino una hermosa casa de dos pisos. Cada casa está separada de las otras, lo que me sorprende positivamente. Al entrar, me quedo maravillada, todo es hermoso y lujoso. Comienzo a tocar los cuadros y el sofá; todo se ve nuevo. Le digo- al señor Salvatore De verdad, muchas gracias. Solo me quedaré unos días mientras consigo un lugar donde vivir. No sé cómo podría pagarle.
-Al girar, veo que se quita la chaqueta. Arqueo una ceja mientras él se acerca y me toma de la cadera, diciendo- ¿Crees que esto será gratis? Claro que tienes cómo pagarme.
-Él me aprieta de la cadera y me besa en los labios, llevándome hacia el sofá, donde comienza a besarme el cuello. Con su mano, levanta mi falda y le digo- Señor Salvatore, habíamos llegado a un acuerdo.
-Él succiona mi labio y dice- Yo no llegué a ningún acuerdo contigo.
-Se aleja un poco, se posiciona a mi alrededor, mueve mi panti a un lado y comienza a hacerme un oral. La sensación de su lengua húmeda me envuelve y aprieto su cabello mientras con la otra mano tapo mi boca, cerrando los ojos y disfrutando de esa deliciosa sensación. Él introduce sus dedos y mis gemidos surgen involuntariamente. Mi corazón late con fuerza y, tras sentir una potente corriente recorrer mi espalda, alcanzo el clímax. Luego, me levanta y me posiciona en cuatro. Escucho cómo se quita la correa y, de repente, siento su entrada. Comienza a moverse con intensidad, dándome nalgadas una y otra vez. Muerdo mi labio para no hacer ruido, pero sus embestidas son tan fuertes que no puedo evitar gritar.Me toma de la cadera y se sienta en el sofá, colocándome sobre él. Acomodo su miembro dentro de mí, empezando un vaivén delicioso. Puedo ver su expresión de excitación; sus ojos dorados se dilatan, reflejando el placer. Me dice que le encanta lo que estoy haciendo y empiezo a moverme más rápido. Él, entrecortado, me dice-Espera un momento, estoy a punto de venirme.-Me muevo más rápido, y él presiona mis caderas, coordinando el ritmo a su modo. Luego, me recuesta rápidamente en el sofá, sacando su miembro y alcanzando su clímax en mi abdomen. Respira con dificultad y, mientras sonríe, añade-Debes ir a la cita, no pienso usar condón contigo, así que necesito que te cuides y no hay discusión en este tema.
-Sin pensarlo, asiento ante su petición. Él sonríe, satisfecho por mi obediencia. Me carga en sus brazos y subimos al segundo piso. ¿Por qué asenti? Bueno, esto es parte de mi trabajo; a través de la intimidad, intentaré enamorarlo. Al llegar al baño, comenzamos a ducharnos juntos. Él aleja mi cabello, besando mi cuello, y me coloca contra la pared mientras me penetra, presionando mis pechos. Mis sensaciones son intensas; él me dice que soy deliciosa y que me enseñará el arte del placer. Se aleja un poco y me coloca de frente, alzándome para entrar en mí nuevamente, moviendo mi pequeño cuerpo hacia su centro; es simplemente excitante. Me besa apasionadamente hasta que ambos alcanzamos el clímax.
Al llegar a la cama, nos recostamos, pero parece que este hombre no se cansa. Ya me duele un poco, pero estoy dispuesta a complacerlo, y continuamos repitiendo el acto. Pasada una hora, ya hemos terminado porque debo ir al ginecólogo. Después de media hora en el consultorio, Salvatore decidió acompañarme, pero esperará afuera. La ginecóloga me hace algunas preguntas, las cuales respondo, y al final me aplica una inyección que debo colocarme cada tres meses. Al salir, me acerco a Salvatore y le digo-Me colocaron una inyección, debo venir cada tres meses. ¿Estás feliz?.
-Él responde-Sí, ahora podré venirme dentro de ti cada vez que quiera. Sé que perdiste todo, debes necesitar ropa y otras cosas. Toma, -me entrega una tarjeta negra y añade-No tiene límite, compra lo que necesites. Te asigné un chofer. Yo tengo que irme ahora, nos veremos en una semana.
-¿En una semana?, le pregunto, pensando que tal vez tiene algo que hacer con su organización.- ¿Por qué tanto tiempo para verte? ¿A dónde irás?.
-Él sonríe de lado y dice- ¿Ya te preocupas por mí? Qué linda. Solo estaré fuera por trabajo. Cuídate, siempre contesta mis llamadas.
-Se acerca a mí y me da un beso en los labios. Lo miro alejarse y luego escucho a un hombre que dice- Señorita, el carro está listo. Cuando desee, podemos irnos.
-Camino hacia la salida de la clínica. El conductor me abre la puerta y subo al auto. Pasé toda la tarde comprando ropa, zapatos y artículos personales. Al finalizar, me dirijo hacia la casa. Dejo las compras en el cuarto y me recuesto en la cama, sintiéndome muy cansada. No sé en qué momento el sueño me gana.-