LA ESPOSA DE LA BESTIA.

El viaje había iniciado, Ciel sabía que sería largo y cansado, en especial al ir en el carruaje, así que durante sus paradas de descanso, ella salía a caminar cerca del campamento, sin salir de la vista de los caballeros, esta vez había caminado hacía el bosque, al ver que habían algunos árboles de fruta, pero Aleksander la alcanza sosteniendo su brazo.

— no sigas, durante la noche, un bosque es muy peligroso.— le advierte.

— ¿pero no es peligroso también para el campamento?— pregunta con curiosidad.

— por eso se colocan las antorchas, contienen mana que aleja a las criaturas del bosque.— le explica.

Y es que los caballeros han colocado antorchas alrededor del campamento y en medio han encendido una gran fogata. Ciel pasa a sentarse en el escalón de su carruaje, mientras trata de recordar algunos detalles, ¿por qué el bosque era peligroso?, de repente se pone de pie, recordando el porque, en algunos bosques habitan criaturas peligrosas que buscan saciar su hambre con humanos, pero esas criaturas le temen a la magia de fuego, por eso los viajeros de protegen con fogatas o antorchas hechas con cristales de mana, esto engaña a esas criaturas haciéndolas creer que hay un mago de fuego cerca.

Ciel camina acercándose al límite del campamento observando hacía el bosque, logrando notar algunos pares de ojos brillando en la oscuridad junto con uno que otro gruñido, al parecer esas criaturas han detectado la presencia humana. Ciel da unos pasos fuera del límite, y ve como una criatura sale de las sombras, era una especie de insecto mutante, que emite un gruñido, era realmente horrible.

La criatura corre hacía ella agitando sus pinzas para atacar. Ciel evita el ataque pero repentinamente otra criatura sale tras de ella y apenas logra esquivar ese nuevo ataque, así que corre para regresar al límite del campamento, mientras ese par de insectos la siguen, pero se escucha una especie de silbido y las cabezas de los insectos caen el suelo.

—¿que fue lo que le dije?—

La voz masculina tiene un tono severo que hace a Ciel sobresaltarse, pues quien la regaña es Aleksander. Este se acerca y le da un pequeño golpe en la cabeza con la funda de la espada.

—¿quiere suicidarse?, le dije claramente que no se aleje.— sigue con el regaño.

— sabía que su excelencia me salvaría.— sonríe.

—¿y si no me daba cuenta?, tendría un récord, sería viudo en menos de tres días.— responde Aleksander.

Ciel solo mantiene su sonrisa mientras regresa al campamento seguida por el duque, quien parece molesto por el incidente.

— no puedo creer que se exponga tan fácilmente al peligro.— insiste con molestia.

Al cruzar la barrera, Ciel se detiene y gira quedando de frente al Duque.

— en realidad podría haber llegado a la barrera sin salir herida, pero agradezco que viniera por mí.—

Ciel aprovecha la cercanía al duque para abrazarlo por la cintura apoyando su rostro contra su pecho. Aleksander se sobresalta al sentir el abrazo, no esperaba que la chica hiciera algo así, pero se mantiene.

— tiene mucha confianza, pero esas cosas son más rápidas de lo que cree.— le advierte.— no vuelva a salir de la barrera.

Se aparta un poco sin quitar los brazos que rodean la cintura del duque.— lo tendré en cuenta, más no prometo mucho, suelo ser algo curiosa.— sonríe ladina.

— no estoy bromeando, donde sea que estemos es peligroso.— insiste.

Aleksander la aparta apoyando sus manos en los hombros de la pelinegra, estaba algo enojado por la imprudencia de la joven.

— tendré cuidado, lo prometo, lamento haber causado problemas.— responde.

Ella hace una reverencia y se va de regreso al carruaje, mientras que Aleksander deja escapar un leve suspiro. Cuando vio a su esposa salir de la barrera pensó que esta era una tonta por hacerlo, pero al ver que los insectos estaban por atacarla, se apresuro para ir a salvarla, se había asustado por un momento al verla en peligro, pero lo que le sorprendió fue ver que Ciel no entro en pánico, solo corrió evitando los ataques de las criaturas hasta que él logro cortar sus cabezas.

Para Aleksander era la primera vez que veía una mujer tan tranquila al estar frente a esas cosas, normalmente gritan y corren desesperadas, incluso algunos hombres se asustan por esas criaturas. Aleksander regreso a su carpa donde se quito la máscara y fue dejando sus armas a un lado del catre, pero repentinamente escucha a los caballeros advertir de un ataque.

— Alek, esos malditos insectos han entrado al campamento.— le informa Dylan.

—¿que?, eso es imposible, las antorchas tienen mana.— se acomoda nuevamente la funda con la espada en su cintura y se cubre con la máscara.

— dos antorchas se apagaron, no se como, pero eso rompió la barrera.— explica Dylan.

Aleksander maldice el momento, así que junto a Dylan se apresura a pelear con esos insectos mientras van dando instrucciones para defender el campamento, Dylan ordena a tres caballeros encender dos antorchas de mana y colocarlas en el lugar correcto para que no entren más criaturas.

Estos insectos estaban destrozando las carpas buscando atrapar a los humanos, Aleksander ordena que no dejen que sigan rompiendo las cosas, deben salvar lo más que puedan, en especial los víveres.

—¡Alek! Yo me encargo, ve por tu esposa.— le grita Dylan.

Aleksander estaba concentrado en detener a esas cosas que olvido que Ciel corría peligro. Rápidamente se dirige al carruaje de la joven, al llegar ve que un insecto a rotó la puerta y se ha metido dentro, temiendo lo peor, Aleksander corta las patas de aquel insecto y cuando este saca la cabeza, Aleksander corta esta parte. Rápidamente se asoma al carruaje buscando a Ciel, pero no había rastro de ella.

— n-no...maldita sea...— aprieta los dientes.

Aleksander mira por todos lados suplicando porque Ciel se encuentre bien. Entre todo el alboroto y caballeros moviéndose por todas lados, logra ver que Ciel esta tras uno de los caballeros quien usa su espada para aullentar al insecto que intenta atacarlos.

Ciel al ver una espada en el suelo, la recoge, aunque esta tiene un peso diferente a la que usaba para entrenar, al menos puede ser útil. Ciel aprovecha que el insecto esta distraído con el caballero, así que ella se desliza hacía abajo logrando cortar las patas del insecto, este cae y Ciel aprovecha para hundir el filo de la espada en la espalda del insecto. El caballero aprovecha y corta la cabeza.

— señora, eso fue impresionante...¿no esta herida?— pregunta el caballero.

— estoy bien, vamos, hay que ir con los demás.— le pide.

Aleksander se acerca a ellos y le dice al caballero que él la cuidará, para que se reúna con los demás, Aleksander toma la mano de Ciel para llevarla lejos de donde los insectos están atacando.

— no sabía que el conde Levallois había entrenado a su hija con la espada.— comenta Aleksander.

— se lo pedí yo y creo que fue lo mejor.— camina rápido sin soltarse del duque.— ¿no se supone que la barrera evitaba que entren?

— por alguna razón dos se apagaron.—

Al ver que venía un insecto hacía ellos, Aleksander carga a la chica sobre su hombro, Ciel se sobresalta por esto, incluso se agarra de la ropa del duque, mientras este se enfrenta al insecto.

— ¡oye!, bájame...— pide Ciel.

— quédate quieta.— le grita.

Aleksander salta logrando cortar la cabeza del insecto y aprovechando que tiene a Ciel sobre su hombro, se apresura para dirigirse con los demás. Dylan al ver esto, casi se ríe, pero debe de aguantarse, mientras le informa a Aleksander que ya se pusieron nuevamente las antorchas y que los insectos que entraron han sido eliminados casi por completo, pues al levantar nuevamente la barrera, algunos lograron huir.

— ¿la señorita esta bien?— pregunta Dylan.

— lo está.— Aleksander la baja.

Ciel se acomoda el vestido, era vergonzosa la forma en la que la cargó.

°°°