Lian se enfrenta a la realidad en la que despierta como un anómalo, y deberá enfrentarse a las dificultades que su mundo le preparará; un mundo en el que la iglesia y la sociedad consideran a los anómalos como personas malditas, mientras el gobierno los ve como una amenaza.
¿Cómo superará Lian todos los desafíos por venir?
NovelToon tiene autorización de Asdile para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.
Capítulo 11: Los rango uno
Ahora mismo me encontraba en el aeropuerto de Lamires para abordar mi vuelo con destino a Ramines. Una vez abordé mi vuelo, busque mi asiento y esperé hasta que el avión despegará.
“Buenos días pasajeros, les habla el capitán Mark. Partiremos hacia nuestro destino tan rápido como nos den autorización desde la torre de control. Hoy el día está despejado y no se esperan cambios significativos en el clima. El vuelo durará aproximadamente tres horas, espero que disfruten su vuelo.“
Pasaron veinte minutos hasta que la torre de control autorizó nuestro despegue.
«Hace tiempo que no estoy en Ramines, ¿Habrá cambiado desde entonces?» pensaba mientras veía como el avión despegaba por la ventanilla.
Ramines es la capital regional más importante del mundo, porque es ahí donde el gobierno central esta establecido. Además, es sede principal de todos los departamentos; no importa que sea de investigación, desarrollo, inteligencia, seguridad, entre otros; ahí estará establecida su sede.
Habiendo pasado las tres horas de vuelo, se podía observar por mi ventanilla la ciudad de Ramines; una ciudad de 15 millones de personas, convirtiéndola en la ciudad más poblada del mundo.
Cuando salí del aeropuerto, me esperaba afuera un coche Ravelin de color gris, el cual llevaba las siglas de la DCA en sus puertas delanteras.
El trayecto transcurrió sin ningún imprevisto, llegando a la sede de la DCA en un lapso de tiempo muy corto.
—Hemos llegado al edificio del gobierno central.— exclamó el agente que conducía el vehículo Ravelin.
Aunque no era necesario decir tales palabras, pues el edificio del gobierno era muy llamativo, no solo porque llevará el logo tan característico en su fachada; siendo una estrella de ocho puntas, la cual representaba las 8 regiones que conformaban el gobierno central; también lo era por su gran tamaño y aspecto robusto.
Solo existía una forma de entrar al edificio, y esa era por la única entrada que tenía el edificio; entrada que estaba vigilada por sensores de todo tipo, al igual que se apreciaban cámaras de seguridad, y sin olvidar los agentes que estaban día y noche en la misma.
Si alguien quisiera pasar por algún otro lado que no fuera la única entrada entonces, se encontraría con un muro de dos metros de altura, y con un grosor de 30 centímetros, mientras que en la parte superior del muro se encontraba una cerca eléctrica; sin olvidar que aquel que decida entrar a tal lugar de manera ilegal, podría ir preso el resto de su vida o en el caso de un peor escenario, podría perder la vida.
Una vez dentro del edificio, me dirigí a la sala de reuniones, la cual para mí nula sorpresa era bastante grande, pudiendo decir sin exagerar que era inmensa, con una capacidad de albergar a 200 personas en el lugar.
En la sala veía a muchas personas vestidas con trajes de 3 piezas, probablemente pertenecientes a algún departamento o al mismo gobierno central.
En el podio que se hallaba en la sala, se encontraba una persona que decía el nombre y el puesto de cada persona que llegaba al lugar.
—Carolina, agente de rango uno del Departamento de Control de Anómalos.— cuando aquel sujeto dijo mi nombre, todas las miradas se dirigieron a mí, y luego de unos segundos se escucharon algunos murmullos; yo solo los ignore y procedí a sentarme en el lugar asignado a los agentes de rango uno.
—Kenan, agente de rango uno del Departamento de Control de Anómalos.
Kenan es el agente que tiene menos aprecio por la DCA, él solo esta en el departamento porque quiere capturar a su hermano con sus propias manos; hermano que se unió a la organización de Los libertarios.
—Carolina.— solo dijo mi nombre para después dar un ligero asentimiento con su cabeza, siendo la forma en la que él saludaba a las personas. Yo solo le regresé el saludo de la misma forma.
—Lara, agente de rango uno del Departamento de Control de Anómalos.
Lara por otra parte, era una mujer que se le daba muy bien la comunicación, siempre pudiendo encontrar una forma de hablar con cualquier persona. Además, ella es conocida como la belleza de la DCA, y su nombre al ser el mismo que uno de nuestros dos satélites, era conocida como la luz que brilla en la oscuridad.
Lara solo dirigió una sonrisa acompañada con un hola a Kenan y a mí para después sentarse con nosotros.
—Dylan, agente de…
Dylan era el agente más temido de los rangos uno entre los anómalos, y eso no era en vano, pues se conoce que no tiene piedad con ningún anómalo, causando más de un problema a la DCA; pero aún así, era el más querido por altos funcionarios del gobierno central, porque es lo que esperan de todos nosotros, que seamos máquinas que solo esten para liquidar a los anómalos.
Dylan siempre mantiene su cara seria, solo mostrando otras expresiones muy pocas veces, llevando a creer por parte de algunos que es alguna especie de robot. Él simplemente tomo asiento y permaneció en completo silencio.
—Axel, agente de rango uno del Departamento de Control de Anómalos.
Axel era el que menos problemas le daba a la DCA, y lo consideró como un hermano menor, no solo porque venimos del mismo orfanato, si no que es la persona con la que compartí gran parte de mi niñez.
Él solo mostró una sonrisa a todos para después sentarse a uno de mis lados.
—Isabel, agente…
Isabel es de quien menos tengo información, no solo porque la DCA tiene nuestra información bien resguardada, también esta el factor de que Isabel es la más reservada de todos nosotros.
Ella tomo asiento sin siquiera mirarnos, pero no podría decir que sea porque nos odia o tenga algún rencor hacia nosotros, parece que es de esas personas que es muy tímida al hablar.
—Orson, agente…
Y el último agente de rango uno es Orson, quien es el que tiene la mayor edad de entre todos.
Orson es el que más cuestiona a la DCA de todos nosotros, siendo considerado una molestia por todos esos funcionarios que adoran a Dylan; algunos de ellos pidiendo abiertamente que saquen a Orson de los agentes de rango uno y sea sustituido por otro.
Orson solo se sentó en su silla sin decir ninguna palabra, es más, su expresión facial es la más neutra que jamás haya visto.
Luego de que todos los agentes de rango uno fueran presentados, siguieron los directores de las sedes regionales de la DCA , y al último se presentó el director general.
—Dariel Brown, director general del Departamento de Control de Anómalos y ex-agente de rango uno.
El señor Dariel se sentó en la primera fila, ahí donde iban las figuras más importantes.
Al lugar también llegaron Óscar y Ariadna, los dos agentes del Departamento de Inteligencia y Seguridad con los que trabaje en Arames.
—Christian Cano, director del Departamento de Inteligencia y Seguridad.
El director del DIS tenía la misma edad que el director general de la DCA, y quienes son muy buenos amigos desde hace años.
—¿Qué sucedió en Arames?— preguntó Orson mientras veía a los directores de la DCA y del DIS.
Aunque los demás no mostrarán interés abiertamente sobre el tema, tampoco ignoraron la pregunta de Orson y posaron sus miradas en mí.
—Bueno, no pude reaccionar de una buena forma a lo que ocurría.— dije con frustración.
—Si me hubieran enviado a mí… Esos anómalos no se hubieran atrevido a hacer tal cosa.— exclamó con enojo Dylan.
—Carolina dió lo mejor de ella en la operación— refunfuño Axel.
Las miradas desafiantes de Dylan y Axel se cruzaron, dando la impresión de que esto no terminaría bien, pero fueron detenidos por Orson.
—Es suficiente.— dijo con una voz profunda Orson.
Tanto Dylan como Axel apartaron sus miradas y las enfocaron en otra cosa.
—Sabés, puedes ser descendida a rango dos por esto.— dijo Orson con un poco de preocupación.
—Lo sé, me informo el director general.— exclamé con tristeza en mi voz.
El silencio se apoderó de nosotros por unos segundos, hasta que Orson volvió a preguntar algo.
—Dime Carolina, ¿Es cierto que el líder de Los libertarios se entregó por su cuenta?
—Sí, el mismo se entregó.
Otra vez las miradas de mis compañeros se centraron en mí.
—Hum… ¿Te dijo la razón de su decisión?
—Él dijo que se entregaba para que dejáramos escapar a los demás anómalos.
Cuando dije tales palabras, Dylan, Lara y Kenan pusieron una cara de disgusto.
—Y por lo visto aceptaste.— murmuró Orson para si mismo, pero logré escucharlo.
—Se que fue una operación difícil para tí Carolina, pero… ¿Negociar con un anómalo?— exclamó Lara.
—Lo sé, por eso entiendo si quieren degradarme.
Solo recibí un suspiro por parte de Lara.
Orson por alguna razón se encontraba muy pensativo, tal vez siendo por problemas personales, y sinceramente no quería preguntarle.
—Por favor, ¿Pueden pasar todos los rangos uno al frente de la sala?— expresó el sujeto que se encontraba en el podio.
Todos nos levantamos de nuestros asientos y nos dirigimos hacia el lugar que nos indico el sujeto del podio; una vez estando ahí, un hombre con traje se levantó de su asiento y se dirigió al podio.
—Los agentes de rango uno, considerados como la mayor fuerza de combate de la que dispone la DCA… Aquellos en los que debemos confiar para neutralizar y eliminar a los anómalos rebeldes. Pero ahora nos enteramos de que uno de esos agentes cierra tratos con uno de esos anómalos, y no solo eso, si no que deja huir a un grupo grande de estos.— El hombre dijo mientras poso su mirada en mí.
—Parece que el director general de la DCA tiene a un favorito dentro de los rangos uno… Porque no me explico como darle una operación tan importante a alguien que nunca había lidiado con algo como la operación Arames.
Tras decir eso, se escucharon murmullos en toda la sala de reuniones.
—Ahora les preguntaré algo… ¿El director general de la DCA debe permanecer en el puesto?, ¿O toda la culpa debe caer en el agente que realizó tal desastrosa operación?
Múltiples personas exigieron que el señor Dariel dimitiera de su cargo como director general.
—Bien, ¿Por qué no realizamos una votación…?
Y antes de que el hombre pudiera terminar de hablar fue interrumpido por alguien más.
—¡La familia imperial esta entrando a la sala!
Todo el mundo se levantó de sus lugares y miraron hacia la entrada de la sala de reuniones.
Aunque la familia imperial no tiene el poder absoluto que tuvo antes de la guerra de los 10 años, aún así tienen cierto poder en el gobierno y un apoyo fuerte por la sociedad de algunas regiones.
La mayoría de las personas recibieron a la familia imperial con una ligera inclinación, solo no realizándolo por aquellos que no aceptan a la familia imperial, y que desean que esta desaparezca; y para algunos esto podría significar la muerte por tal falta de respeto hacia la familia imperial, y la verdad es que no, pues ahora se realiza más como una forma de respeto por parte de los más allegados a la familia.
Después de que la familia imperial tomara asiento en sus respectivas sillas, el hombre continuo hablando.
—Como decía… Debemos someter la decisión de quitar del puesto al director general de la DCA a votación.
La familia imperial se abstuvo de votar y solo observaron la situación y, como tal, varios de sus seguidores realizaron lo mismo.
El hombre pareció disgustado ante tal escena y solo chasqueo la boca.
—¿La familia imperial no piensa votar?
Recibiendo un no por parte de esta, y sin poder hacer otra cosa, los votos quedaron 37 a favor de sustituir al director general, mientras que 45 estuvieron en contra de sustituirlo.
—Ahora pasemos a votar sobre la señorita Carolina… La agente que causó todo este caos… La culpable de que ahora la sociedad no vea con buenos ojos al gobierno central y a la DCA.
«Este tipo... Realmente me molesta» pensé mientras trataba de ocultar mi enojo y disgusto por el hombre.
La votación en relación de si sacarme de la DCA estubo a mi favor, después de todo no hay nadie que pueda sustituirme en estos momentos; por otro lado, los votos en relación con degradarme al rango dos si resultaron en mi contra, pero no me vería tan afectada, por la misma razón que la anterior votación; aunque si recibiría limitaciones a la hora de actuar, y debía estar con alguno de los otros rango uno cada vez que fuera desplegada.
Después de las votaciones, todos los agentes regresamos a nuestros asientos para continuar con el siguiente tema.
—¿Quién es ese sujeto?— murmuré para mí.
—Él es el subdirector de la DCA, y por lo visto quiere llegar a ocupar el puesto del señor Dariel.— exclamó Orson mientras veía a aquel hombre.
—Nunca lo había visto.
—Eso es porque no se muestra públicamente regularmente, solo aparece en situaciones como esta.
—Hum… Ya veo… ¿Y por qué no fue el señor Dariel quien nos reprendió?
—Eso fue decidido por el gobierno central.
«Todos están sacando a lucir sus verdaderas intenciones con este incidente» pensé mientras veía todos las personas que se encontraban en la sala de reuniones.
El siguiente tema del que se habló fue acerca de los agentes Ariadna y Óscar del Departamento de Inteligencia y Seguridad, por suerte para ellos, no recibieron ningún tipo de penalización por el trabajo que realizaron en Arames, en parte porque estaban bajo mi mando.
Después de eso inició el tema principal, aquel por el que estábamos todos reunidos aquí.
—Primero comenzaré a hablar sobre los daños causados por la organización de anómalos conocida como Los libertarios. Lo más importante fue el ataque a la estación de policía, en la que varios oficiales resultaron heridos y muertos; según el testimonio de los oficiales heridos, el atacante desaparecía de su campo de visión y aparecía justo detrás de ellos.
Kenan entre cerro sus ojos al escuchar lo dicho por el subdirector de la DCA, como si hubiera escuchado el nombre de aquella persona que desea capturar.
Durante varios minutos solo se dió un repaso general de los daños que se produjeron en la operación Arames.
—Ahora que hemos revisado todo lo ocurrido en ese día, pasaré a hablarles de lo que tenemos planeado realizar en la DCA… Para el comunicado que realizaremos dentro de unas horas, aceptaremos que la DCA tuvo la culpa de lo ocurrido en Arames, de esta forma les haremos saber a la sociedad que no les mentimos, y así la confianza en la DCA no podría disminuir más de lo que se ha hecho; una vez habiendo dicho eso, comunicaremos que tenemos un plan para capturar a los anómalos que se escaparon ese día… La sociedad aún no sabe que uno de nuestros agentes realizó un trato con un anómalo, así que podemos usar al líder de Los libertarios para dar ánimos a las personas.
El subdirector recibió muchas preguntas de varios de los presentes en la sala tras lo dicho.
—Bien, ya que he recibido muchas preguntas… Déjenme explicarles el plan.
El sujeto solo sonrió mientras en la pared detrás de él se proyectaban imágenes de una antigua base naval; recibiendo aún más preguntas de todos los presentes.
—Esta es la isla en la que los anómalos que atacaron Arames viven… La hemos estado vigilando por meses, y ahora en ese lugar se encuentran todos los líderes de Los libertarios… Si realizamos un golpe en el que los capturemos a todos entonces, la sociedad volverá a creer en nosotros y podremos acabar con esa organización de una vez por todas.— el subdirector exclamó con una sonrisa maliciosa en su rostro.