Un mundo fantástico, lleno de seres que jamás creíste poder ver, a excepción de los libros, las películas y relatos. Ahora has llegado a este sitio, donde no solo puedes verlos, tocarlos y hablar con ellos, sino que estás dentro del cuerpo de uno de ellos.
Mi nombre es Dagny y está es mi historia. Entré al cuerpo de un ser místico y mágico, nunca entendí por qué, pero no pude tener mejor suerte que esta, al amar todo tipo de historias de fantasía, intentaré vivir bien y vivir feliz.
¿Podré hacerlo?, ¿Tendré dificultades como en el pasado?, ¿Deberé cambiar mi forma de ser para que me acepten?
Sigue mi historia y entérate del final.
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Confesión
Solo quedaba tratar de descansar, esperando que el mañana fuera positivo para ella.
—Por cierto alteza, sus padres preguntaron por usted, pero les comenté que ya estaba descansando, ¿quiere hablar con ellos antes de que comience la ceremonia?—
El cuerpo de Dagny se paralizó y heló por completo, por algún motivo, no quería estar cerca de esas personas.
—Yo… yo preferiría no verlos por ahora, nuestra separación no fue en los mejores términos—
No podía dar explicaciones, sin embargo tampoco podía decir la verdad.
Fue así que por fin la dejaron sola y trató de mil maneras quedarse dormida, aunque el sobre pensar las cosas, no ayudaba mucho. De pronto pudo sentir como un cálido aroma a lavanda entraba por su ventana, justo el momento en el que se pudo relajar y poco a poco se quedó dormida.
A la mañana siguiente se levantó tan relajada, pues gracias a algo, pudo dormir muy bien.
Las doncellas de la propia reina entraron para ayudarla con su vestimenta. Ya se había dado un muy merecido baño gracias a Kari. Ahora era momento de la transformación.
Optaron por ponerle un vestido azul cielo, con algunos diamantes en la parte del corset, era largo y cubría por completo el pequeño cuerpo de Dagny, unos tacones no tan altos, pero si muy cómodos, igualmente decorados con diamantes incrustados. Un maquillaje natural, como accesorios, la reina le regaló un collar de perlas azuladas, lo que combinaba a la perfección con sus ojos, además de una corona que por pedido de Dagny, cubría sus orejas de elfa.
Ya estaba lista, después de todo, los reyes eran quienes la llevarían hasta aquel salón donde ya todos estaban reunidos.
Era un salón lo suficientemente grande, del lado derecho se encontraban los ancianos y los asientos de los reyes de Athel, del lado izquierdo estaba el consejo ancestral y también los reyes de Elfia.
Cuando vieron entrar a Dagny, tomada de ambas manos por cada uno de los reyes, todos hicieron una reverencia, era muy obvio que fuese porque los reyes de aquel lugar estaban entrando, pero para los padres de Dagny, eso fue algo horrible de ver. Nunca les habían tratado con tanto respeto incluso en su reino, ¿por qué una bastarda gozaba de aquel beneficio?.
Dagny se sentó al centro del salón, en una silla específicamente elegida para ella. Los reyes por su parte, tomaron su lugar y todo estaba a punto de comenzar.
—Ahora todos de pie, recibamos al anciano portador de la palabra ancestral, aquel que fue bendecido por nuestros ancestros para darle luz a nuestro hogar— habló un secretario.
Todo el mundo tuvo que ponerse de pie, claro que para los reyes no era una obligación, sin embargo por el respeto que le tenían a aquél hombre, incluso ellos se pusieron de pie.
Dagny quedó asombrada al ver de quién se trataba, era justo aquel hombre con quién había tropezado el día anterior.
—Demos inicio a la ceremonia de aceptación para la princesa de Elfia, Dagny Devier. Nuestro deber no es juzgar, sino aceptar y dar segundas oportunidades a quienes la merecen, por eso me gustaría que ahora pase la princesa a decir sus votos para Athel. Debemos saber que es lo que nos espera al ser ella nuestra próxima reina—
Por supuesto Dagny ya sabía cómo era una ceremonia de este tipo, pues había matrimonios de razas diferentes, pudo leer mucho sobre aquellos antecedentes y ahora estaba más que preparada.
Con la elegancia que la caracterizaba, Dagny se puso de pie, se dirigió a todos y hizo una reverencia. Pasó al estrado que había sido previamente preparado y se dispuso a leer lo que ella misma había escrito, no obstante se llevó una sorpresa, el secretario le dijo que debía leer esos votos en la lengua antigua de Athel, aquella lengua que solo los más ancianos hablaban, incluso un dragón joven no sabía cómo hablar esa lengua, pues era muy difícil de aprender, sin dudar a equivocarse sospechaba que ni él príncipe sabía hablar esa lengua, pero para ella que prácticamente llevaba un mes aprendiéndola, no fue difícil, pues en su anterior vida, le apasionaban los idiomas.
Solo sonrió y tomó la hoja de papel. —Athel no solo es el lugar más hermoso que he conocido, también es el lugar que me ha dado paz, aquella que nunca tuve en el reino de dónde vengo. No puedo prometerles que seré una buena reina, pero si puedo asegurarles que haré todo lo que esté a mi alcance para proteger y cuidar a cada habitante de Athel, siempre me han gustado los dragones, viví en una jaula toda mi vida, así que me enfoqué en saber y conocer a los seres que más admiraba. Si me preguntan ¿qué sucederá con Elfia?, es difícil saberlo, estaría al tanto de ella, pero antes de eso deberían saber una cosa. Las mentiras no son algo que me gusten, por eso decidí decir la verdad justo cuando todos ustedes estuvieran reunidos. Mi nombre es Dagny Devier, segunda hija de los reyes de Elfia, fui enviada aquí en lugar de mí hermana mayor, debo decir que fue lo mejor que me a sucedido desde que nací. Mis padres no permitirían que su amada hija mayor, sufriera al ser esposa de alguien que ya tenía tres concubinas, es tanto su amor por ella, que no les importó sacrificar a su hija menor, aquella que jamás fue amada, esperada o cuidada por alguien, siempre fui tratada como un sirviente más y solo cuando pude serles de utilidad, comenzaron a tratarme un poco mejor. Así que dejo a su disposición Elfia, solo espero que decidan que sucederá conmigo—
Con esto culminó sus votos, si es que así se le podía llamar a su confesión. Por supuesto todos a excepción del príncipe y reyes de Elfia, había entendido lo que Dagny había dicho. La reina estaba al punto del colapso y el resto de las personas comenzaron un pequeño debate, todo en lengua antigua claro.
—Mi amor, ella pasó por todo eso, si es tan buena— las lágrimas recorrían el rostro de la reina.
El príncipe se preocupó, solo una vez había visto llorar a su madre. —Madre, ¿qué sucede?, solo fue una broma, no creí que hacerla leer en lengua antigua haría que lloraras de esta manera— su preocupación hizo que todos supieran sobre sus planes.
Los reyes miraron a su hijo con desaprobación, pero después de un momento, sonrieron.