¿Qué harías si un día despertaras en un mundo totalmente desconocido?
Andaira, una joven del siglo XXI, despierta en la majestuosa mansión Valois sin memoria y con más preguntas que respuestas. En un reino de magia y misterio, deberá desenterrar los secretos de su pasado y descubrir su verdadero destino. Rodeada de intrigas y peligros, Andaira se encuentra con Kaiden, un valiente príncipe y poderoso general, quien la ayudará a enfrentar las sombras que amenazan su existencia.
A medida que Andaira explora este mundo mágico, se dará cuenta de que su vida está entrelazada con fuerzas antiguas y poderosas. ¿Podrá encontrar su verdadera identidad y salvar al reino de una oscura amenaza?
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Capitulo 11
Los días han pasado y, después de que el demonio desapareció y Kaiden se recuperó completamente, me siento más tranquila. Aún no sé cómo usar esta habilidad y la incertidumbre me consume a veces. Kaiden ha estado a mi lado, intentando ayudarme a entender y controlar este nuevo poder, pero sé que también tiene sus propias preocupaciones.
Kaiden y yo hemos encontrado momentos de paz en medio de todo el caos. Hoy estamos en el jardín de la mansión Valois, disfrutando de un raro respiro de tranquilidad. La luz del atardecer crea un ambiente mágico y, por un momento, todo parece estar bien.
Aunque a veces me siento culpable por no poder decirle que no soy la verdadera Andaira, ahora lo veo como un amigo y es difícil guardar este secreto.
—Andaira, estás muy pensativa, ¿pasa algo? —la voz de Kaiden, que antes era autoritaria, ahora era tranquila y cómoda.
—No pasa nada. Estoy bien, solo disfruto mi tiempo contigo —le respondí con una sonrisa.
—Disculpen —la voz del mayordomo de mi familia nos interrumpió—. El duque solicita su presencia en la oficina, princesa.
No quería irme, pero no podía dejar esperando a mi padre.
—Lo siento, Kaiden, debo irme. Siento no poder despedirme —le dije. Desde aquel almuerzo después de la batalla con el demonio, había empezado a llamarlo por su nombre.
—Está bien, no te preocupes, nos vemos mañana —dijo mientras sonreía.
—Creo que estoy monopolizando al príncipe de Elpis y tal vez esté descuidando sus deberes —le dije, molestándolo un poco.
—Ya hablas como Alan —dijo divertido.
Me reí suavemente, disfrutando del momento de camaradería.
—Bueno, hasta mañana, Kaiden. Cuídate —dije con una sonrisa antes de girarme para dirigirme a la oficina de mi padre.
Mientras caminaba hacia la mansión, sentí una mezcla de emociones. El peso del secreto que llevaba seguía siendo una carga, pero la amistad y el apoyo de Kaiden me daban fuerzas para seguir adelante.
La oficina de mi padre era un lugar bien iluminado y tenía un olor amaderado que no disgustaba; al contrario, se sentía acogedor.
—Hola, padre —dije al entrar. Mi padre se veía un poco cansado, tenía ojeras y su semblante era gris.
—Andaira, hija, ven, siéntate, vamos a platicar un poco —dijo mientras nos dirigíamos a la pequeña sala que tenía su oficina.
—¿Pasó algo, padre? No te ves muy bien, pareces cansado —dije con preocupación.
—No quería preocuparte con estas cosas, pero es sobre tu compromiso con Su Alteza Kaiden —dijo, bajando la mirada.
Sentí un nudo en el estómago al escuchar sus palabras. La incertidumbre y la culpa se mezclaban en mi interior.
—¿Qué ocurre con el compromiso? —pregunté, intentando mantener la calma.
Mi padre suspiró profundamente antes de responder.
—El emperador cree que sería mejor si te casaras con el segundo príncipe, Evander.
Un escalofrío recorrió mi cuerpo. Kaiden y yo no tenemos ese tipo de relación, pero me siento cómoda con él. ¿Y si él tiene a alguien más? ¿Y si es él quien pidió no casarse conmigo? Por alguna razón, me sentí traicionada.
—Padre, ¿estás seguro de esto? —pregunté, intentando procesar la noticia.
—Sí, hija. El emperador cree que una unión con el príncipe Evander fortalecería nuestras alianzas —respondió, su voz llena de pesar.
—Pero, ¿por qué ahora? —insistí, sintiendo la frustración crecer dentro de mí.
Mi padre suspiró, sus ojos reflejando la tensión que había estado ocultando.
—Las circunstancias han cambiado. La política y las alianzas son volátiles, y el emperador piensa que esta es la mejor manera de asegurar nuestra posición —explicó.
Sentí que mi mundo se tambaleaba. La idea de casarme con alguien que apenas conocía, me aterraba.
—Padre, ¿qué opinas de todo esto? —le pregunté, buscando algún consuelo en su mirada.
—Andaira, solo quiero lo mejor para ti y para nuestro reino. Entiendo que esto es difícil de aceptar, pero confío en que encontrarás la manera de enfrentar esta situación con la valentía que siempre has mostrado —dijo, intentando darme ánimos.
Respiré hondo, tratando de calmar el torbellino de emociones que sentía.
—Pero padre, dices que la política y las alianzas cambian, ¿por qué tenemos que estar del lado del segundo príncipe? ¿Qué pasa con Kaiden? —tenía demasiadas preguntas y el miedo de que el emperador ya no apoyara a Kaiden me consumía.
Mi padre me miró con tristeza, consciente de mis preocupaciones.
—Kaiden tiene el apoyo de muchos. El reino vecino de Eldoria, con el que hemos estado en conflicto, ha enviado un tratado de paz, solicitando un matrimonio entre el príncipe heredero Kaiden y la princesa Veridia de Eldoria —suspiró con cansancio; yo solo sentía mi corazón encogerse—. Pero el emperador no quiere perder los beneficios que nuestra casa ducal puede ofrecer. No es una decisión que tomemos a la ligera, y entiendo que esto te cause angustia —explicó, su voz llena de pesar.
Mis pensamientos se arremolinaban, intentando encontrar una salida a esta situación. No podía evitar sentirme traicionada por las circunstancias, pero sabía que debía mantener la calma y pensar con claridad.
—Padre, haré lo que deba hacer por el bien del reino, pero necesito tiempo para asimilar esto —dije, tratando de mantener la compostura.
Mi padre asintió, comprendiendo la gravedad de la situación.
—Tómate el tiempo que necesites, Andaira. Si tú te niegas, no importa lo que pase, yo te apoyaré —dijo con sinceridad.
Sentí un alivio momentáneo al escuchar las palabras de mi padre, pero sabía que esta decisión afectaría muchas cosas.
—Gracias, padre. Aprecio tu apoyo —dije, aunque la preocupación seguía latente en mi mente.
—Entiendo que esto es mucho para asimilar, Andaira. Solo quiero que sepas que, pase lo que pase, siempre estaré aquí para ti —dijo con ternura.
Me levanté y le di un abrazo, buscando consuelo en su presencia. Necesitaba tiempo para pensar y procesar todo lo que había ocurrido.
Mientras salía de la oficina de mi padre, mis pensamientos volvían una y otra vez a Kaiden y al segundo príncipe, Evander. ¿Qué clase de persona sería? ¿Podría confiar en él? ¿Y qué significaba esto para mi relación con Kaiden?
Decidida a aclarar mis pensamientos, me dirigí al jardín de la mansión, el único lugar donde siempre encontraba paz. La luz del atardecer comenzaba a desvanecerse, y el suave susurro del viento entre las hojas me ayudaba a calmar mi mente.
no lo sé... tal vez estoy paranoica
es fantástica
porque su madre no la sano???
pero me gusta