Sofía tiene una nueva oportunidad de vida y está dispuesta a tomarla para cambiar su trágico destino, de paso descubrirá lo que significa el amor verdadero y cuan equivocada estaba con las decisiones que tomó en su anterior vida, actuando de manera diferente, pero sin cambiar su esencia.
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12. Pulsera de la suerte
Estaba ahí parada en medio del lobby de ese hotel tan hermoso, tomada de la mano de Cristóbal, frente a nosotros estaba don Rafael Tudela, el presidente de una importante multinacional especializada en infraestructura; nos había pedido hablar, pero Cristóbal parecía muy incómodo y no aceptó escuchar al importante señor, oír que lo llamaba hijo me sorprendió aún más; pese a la negativa don Rafael insistió.
- "El restaurante tiene una maravillosa vista de la ciudad, me encantaría conocer más a tu novia”, dijo calmadamente don Rafael Tudela.
- "Ella y yo realmente no…”, replicó Cristóbal, pero fue interrumpido.
- "Déjalo padre, seguro no es más que una oportunista que pretende obtener dinero de los Tudela, pero te advierto querida que solo es el hijo de la amante, ve a entregarle tus favores a alguien que te pueda dar más dinero”, expresó Valeria Tudela.
Le di a aquella mujer una bofetada que le volteó la cara, ni siquiera nos habían presentado y me estaba insultando, además de notar nuevamente el enorme desprecio que le tenía a Cristóbal.
- "No necesito el dinero de nadie, soy Sofía March y no una cualquiera, a mí me respetas”, expresé mirándola de pies a cabeza.
- "Papá mira lo que me hizo esta tipa”, dijo Valeria con voz caprichosa.
- "Discúlpeme señorita March, no he sabido criar bien a mis hijos, Alejandro lleva a tu hermana de acá”, manifestó don Rafael.
Alejandro tomó a su hermana Valeria y la alejó de nosotros, asombrado de la reacción de su padre; Cristóbal parecía de cierta manera complacido, al menos así lo hacía lucir la sonrisa que dibujaba en su rostro, para luego entregarle la llave del elegante automóvil Bentley al señor Tudela.
- "Tenemos un acuerdo, te acompaño a las reuniones que quieras y hago el papel de hijo respetuoso; a cambio tú no te metes ni en mis negocios ni en mis relaciones sentimentales”, expresó Cristóbal mientras tomaba mi mano para disponernos a salir de ahí.
- "Hijo, no pretendo interferir en tu relación, solo quería conocer a tu novia, cuando fui al departamento a dejarte la invitación para la fiesta de los March tus vecinos me indicaron que te habían visto salir con tu novia, sé que no hablas de eso conmigo pero me sorprendí, los guardaespaldas me informaron que saliste de la fiesta con la hija menor de Máximo March, luego el GPS del Bentley me indicó que pasaste toda la noche acá, vine hablar contigo y te veo de la mano con ella, lo relacioné todo y me di cuenta que es tu novia, no pretendo intervenir en su relación solo quería hablar con ustedes, hijo mío”, manifestó don Rafael con voz suplicante.
- "Señor Tudela, usted engañó a mi madre diciéndole que estaba separado de su esposa, lamento mucho que ella se haya enamorado de usted y creído ciegamente en sus palabras arrastrándola a una vida que jamás pensó tener, cuando nací usted mantuvo una doble vida, entre sus reuniones de negocios engañó a sus dos familias, cuando su esposa se enteró de la relación, fue a buscar a mi madre con su hijo mayor, y en nuestra propia casa ellos arrojaron a mi madre contra el piso, rompieron todas nuestras cosas, mi madre se cortó con algunos objetos rotos que quedaron en el piso; después de eso ¿qué pasó? ¿qué hizo? Usted desapareció de nuestras vidas, tal vez tenía 8 años entonces pero lo recuerdo perfectamente; dos años después mi madre murió y ahí recién supe nuevamente de usted, me llevó a vivir a la mansión Tudela, donde siempre fui el hijo de la amante, sus hijos me lo dejaron muy en claro cada día, mi vida no fue nada agradable ahí; pese a ello recordando las palabras de mi madre que me había dicho que mi destino debía ser brillante seguí quedándome en su casa para obtener las herramientas que necesitaba para lograrlo, sin aspirar nunca a su fortuna, pero claro aún era muy joven, a veces olvidaba ello y me dejaba llevar por las emociones y se me ocurría a salir con alguien del ‘círculo’, pero sus hijos se encargaban perfectamente de señalar que era el hijo de la amante una vez más y así mi relación al poco tiempo terminaba, nunca se interesó en eso, ¿por qué ahora le importa mi vida?, no tengo nada de que hablar con usted, nosotros ya nos vamos”, dijo Cristóbal con claro resentimiento.
Salimos de aquel hotel, dejando atrás a don Rafael Tudela, quien realmente era el padre de Cristóbal; caminamos varias cuadras mientras avanzaba presurosa porque con los pasos largos de él yo solo podía acelerar los míos, después de todo nunca soltó mi mano, podía notar que él solo quería alejarse lo más posible; yo quería seguir avanzando, pero mis piernas ya temblaban, así que me detuve agotada; cuando Cristóbal volteó a verme, recién se dio cuenta lo cansada que estaba.
- "Lo siento, ¿por qué no me hablaste para detenernos?”, me dijo preocupado.
- "Parecía que nada más pretendías alejarte de ahí, no quería ser la razón por la que te detuvieras”, respondí mientras respiraba agitadamente.
- "Sé que tienes buenas intenciones, pero no deberías quedarte callada si algo te molesta o te lastima, Sofía debes ser más fuerte en este mundo tan hipócrita”, me dijo mirándome a los ojos.
Salgo de mi recuerdo una vez más, y me veo frente a Miguel en su oficina en el banco, ante su pregunta si puede confiar en nosotros después de haber observado que en la fiesta que Cristóbal y yo hicimos un pequeño escándalo, aunque haya sido por provocación de Fabián.
- "Antes de mandarte el correo, hice mis averiguaciones sobre la empresa que representas, sé que fue creada por Cristóbal Tudela e Ignacio March, sobre tu primo no tenía nada que averiguar, pero me intrigó mucho quién era este joven Cristóbal, al hacerlo descubrí su relación con el Grupo Tudela y sé perfectamente que es el mismo con quien te fuiste de la fiesta de tu hermano. El plan de negocios está muy bien estructurado, pero me preocupa que la empresa esté conformada por el apartado de los Tudela, el friki y la rebelde de los March”, me dijo Miguel Santillana serenamente.
- “Aristóteles dijo alguna vez ‘Solo hay una forma de evitar las críticas: no hagas nada, no digas nada y no seas nada; pues Cristóbal, Ignacio y yo somos capaces de dejar huella a donde vamos, y ponemos el corazón en lo que queremos; se que te estoy ofreciendo un riesgoso viaje en cohete, pero te aseguro que será un éxito”, le respondí.
- "Es curioso que hayas dicho eso, hay una maravillosa reflexión de Sheryl Sandberg que me encanta ‘Si te ofrecen un asiento en un cohete, no preguntes qué asiento. Simplemente, entra’; me aseguraré de darles el capital necesario para su inversión, pero anoche noté algo que no me había dado cuenta antes”, replicó Miguel con cierto aire de molestia.
- "¿Qué cosa Miguel?”, le pregunté.
- “Tu hermana tiene pánico a tu padre, cuando se enteró de lo que hiciste, les advirtió a ella y a tu hermano, que te bloquearan la comunicación y no te dieran nada de dinero, hasta que volvieras arrepentida a la casa; Andrea bloqueo tu teléfono, aunque lloró mucho por eso; entonces me pregunto ¿si algo me pasa, que hará tu padre con Andrea?”, me interrogó muy preocupado.
- "Hará que le firme un documento otorgándole poder absoluto para administrar todo lo que le dejes, y estará más que nunca a merced de lo que él decida”, le respondí con toda la confianza de conocer exactamente lo que pasó en el futuro.
Miguel Santillana se levantó de su asiento, caminó hacia el gran ventanal de su oficina, desde donde se puede ver la ciudad, cruza los brazos, se siente en todo el ambiente la preocupación que experimenta por el futuro de su esposa, voltea a mirarme como preguntándose si con mis 22 años pudiera ser yo quien le garantice la tranquilidad de mi hermana.
Cuando salí de la reunión con Miguel, fui a la oficina y en el piso de abajo me encontré con Lucía, al parecer empezaba a asesorar a una empresa que tenía sus oficinas en el mismo edificio. Lucía parecía siempre lucir sin preocupación alguna en el rostro, su mirada era serena y su larga cabellera negra combinaba perfectamente con su rostro y piel canela, y si bien tenía un código de vestimenta bastante peculiar todo le quedaba excelente.
- "Creo que es el destino, que justo empiece a asesorar a una empresa que está en el mismo edificio que está tu oficina, vamos a vernos todo el tiempo", me dice emocionada Lucía.
- "Gracias por dejarme vivir contigo", le expresé mientras la abrazaba.
- "Si hubiese sido tú seguiría viviendo con ese chico tan guapo", me responde, poniéndome una pulsera de la suerte en la muñeca.
- "Primero me vio desnuda por accidente, después en medio de mi borrachera le pedí que hiciéramos el amor, ya es bastante incómodo tener que verlo a los ojos en el negocio para también verlo en casa", le replico mientras hago un puchero en la boca.
- "Bueno con todos esos antecedentes podrías terminar lanzándote encima para seducirlo y terminar denunciada por acoso, eso si no está nada bien", me dice con tono y expresión sarcástica.
- "Oye", le grito poniendo mi mano sobre su hombro.
En ese momento, un señor se acerca a nosotras y me dice "Buenos días, señorita March, disculpe la molestia, el señor Rafael Tudela desea hablar con usted". Dirigí mi mirada hacia afuera y ahí está el padre de Cristóbal, dentro de un automóvil muy lujoso, tomo la mano de Lucía porque me puse nerviosa y ambas nos quedamos mirando sin saber que decisión tomar
...... Lucía Osores ......