Sé Mi Emperatriz, Comandante.

Talia estaba molesta, pero no podía reclamar más en esa reunión o habría un conflicto con Ezra. Para tranquilizarse, ha salido a caminar durante la madrugada, aunque puede ver que hay demasiados guardias custodiando el palacio. Mientras camina escucha unos pasos, así que se esconde, notando una sombra a los lejos, pero conforme se acerca, ve la figura de un hombre, hasta que la luz ilumina su rostro, mostrando que se trata de Farkas. Talia lo observa cuando este se detiene a observar desde la ventana del pasillo, era un hombre bastante atractivo, más de lo que era Ezra y además, era el emperador de un país entero.

No pensaba perderse esa oportunidad, así que se acomoda bien el vestido, tratando de enseñar un poco el pecho, así que deja abierta un poco el abrigo que lleva puesto y camina hacía Farkas hasta detenerse.

— majestad, que sorpresa encontrarlo.— hace una reverencia.— creo que fue una buena idea salir a caminar.— muestra una tímida sonrisa.

— la reina no debería salir, podría ser peligroso.— responde Farkas.

— ya que estoy con usted no creo que corra peligro.— agacha la mirada.— usted es un hombre fuerte y de buen corazón, es triste que sea mi hermana quien se casará con usted, ella jamás aprecia a los buenos hombres.

Farkas la mira con curiosidad.

—¿por qué dice eso?, lady Tatiana es una buena chica.— responde.

—¿lo cree?, ¿sabe por qué el rey cambio de prometida?, no es como las malas lenguas dicen, mi hermana, ella tuvo la culpa de que yo este atrapada en este matrimonio sin amor.— se lamenta.

— ¿esta insinuando que todo lo que se dice es falso?— se muestra preocupado.— reina, dígame,¿por qué esta atrapada en un matrimonio sin amor?

Talia sonríe levemente al escuchar al emperador, pues sabe que sus palabras junto con su muestra de tristeza lo han conmovido y ha captado su atención.

— mi hermana, ella le fue infiel infinidad de veces, pero como era la favorecida de mi padre, me entregó a mi al rey para que su hija pueda salir con la reputación intacta, dejándome a mi, como la mujer que causo la ruptura del compromiso...— se cubre el rostro con ambas manos y se acerca a Farkas.

Al estar cerca, apoya su frente en el pecho de este mientras solloza.

— por favor majestad, acepteme, no permita que yo siga sufriendo, su majestad el rey jamás me ha tratado bien, yo quiero divorciarme, pero si no tengo nada, no podré sobrevivir.— continúa llorando.

Farkas no imaginaba el nivel de descaro de esa mujer, tan fácil es para ella mentir para quedar como víctima. Pobre iluso del rey que ha caído bajo su encanto.

— comprendo su situación, realmente nunca espere que lady Tatiana hiciera algo tan vil, yo he creído en ella y me ha mentido.— expresa molesto.

Al escucharlo, Talia sonríe, porque sabe que el emperador ha creído en todo, ahora Tatiana lo perderá, creyó que podría salirse con la suya, pero aprenderá que jamás podrá tenerlo todo.

— majestad, le suplicó me ayude, quiero irme de aquí, quiero ser feliz y se que a su lado seré...— levanta la mirada con una expresión de total tristeza.

— por supuesto que la salvaré, ahora que conozco la verdad, jamás aceptaría a lady Tatiana como mi futura emperatriz, es deshonesta, me ha decepcionado.— Farkas trata de poner expresión lastimera.

— majestad, yo jamás le haré sufrir, juro lealtad ante usted y si promete llevarme con usted, mañana mismo solicito el divorcio, ya no soportó mi matrimonio.—

— lo prometo, jamás la dejaría en manos de esas malas personas, lady Tatiana sabrá que no es mujer para mi. Ahora debe volver, no quiero que piensen mal de usted.— le pide.

Talia acepta, pues se va de regreso a su habitación, donde salta de alegría y se siente victoriosa. El emperador es igual que cualquier hombre y ha caído ante su encanto con unas cuantas lágrimas.

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Farkas ingreso a su habitación, pero de inmediato se quita la ropa y guantes que llevaba, tirando todo a la chimenea que tenía su habitación, para después dirigirse al baño, donde, ya los sirvientes le habían dejado el agua caliente usando una piedra de calor. Se metió de inmediato al agua, para relajarse.

Mientras que la ropa se hace cenizas en la chimenea, es una ropa que ya que no se podría usar debido a que aquella mujer se atrevió a tocarla, pues a diferencia de otros hombres, para él su aroma es repulsivo. Por una parte es bueno que ella se haya casado, de lo contrario, habría tenido a una mujer bastante inútil como emperatriz.

— da igual, jamás la habría tomado como esposa.— menciona para si mismo.

Fue bueno primero investigar todo antes de presentarse ante Tatiana, de entre las dos, supo que ella era la mas adecuada para casarse con él, no solo por su linaje, también porque es una mujer, que demuestra tener carácter, algo que su hermana no tiene, pues todo lo quiere conseguir a base de lágrimas y dar lastima.

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Tatiana ya estaba por irse a dormir, después de haberse dado un baño caliente, sale de la ducha para quitarse la bata de baño para poder ponerse un camisón, pero repentinamente siente una extraña presencia y al voltear, puede ver de pie en la ventana a Farkas, quien la observa fijamente, la joven rubia tenía un cuerpo bien definido, senos redondos y de tamaño perfecto, pues no eran pequeños, pero tampoco exageradamente grandes, su piel clara y sin rastro de una imperfección, algo extraño en una mujer que ha estado en batalla por años. Tatiana se había quedado quieta, pero Farkas da algunos pasos hasta llegar a ella, deslizando su mano desde la mejilla de la rubia hasta pasar sobre su hombro, bajando por su brazo.

— eres la tentación perfecta, mi pequeña ninfa.— si por él fuera, la haría suya en ese instante.

— y usted un completo mirón, no sabía que tenía el habito de entrar a la habitación de una mujer desnuda.— responde Tatiana.

Pero lo que le intriga a Farkas, es que ella no parecía avergonzada de tenerlo tan cerca, observando su cuerpo. Para Tatiana no es vergonzoso, aunque es la primera vez que un hombre la ve desnuda en ese mundo, en su vida anterior, ella no fue una puritana.

— venía por mi beso, pero he obtenido algo mejor.— aparta la mano y sonríe ladino.— me sorprende que no haya ni una sola cicatriz en su cuerpo.

— ¿eso?— se observa así misma.— he sido herida muchas veces, pero mi cuerpo se cura con facilidad y sin dejar cicatriz, quizás se debe a lo que soy, ¿no?— responde con tranquilidad.

— quizás sea eso.—

Farkas cubre a la rubia con su capa, pero la abraza para tenerla más cerca de su cuerpo y unir sus labios en un apasionante, ante esto, Tatiana corresponde abrazando al lycan por el cuello, disfrutando de los labios ajenos y en como sus lengua se entrelazan en ese fogoso beso. Farkas la levanta para llevarla hasta la cama y aunque no planea avanzar, lo que si hará es disfrutar de ese beso hasta quedarse sin aliento, mientras mantiene a Tatiana entre sus brazos.

A la mañana siguiente, la luz se colaba ya por la ventana, Farkas abre los ojos viendo que aun tiene a la joven rubia entre sus brazos, quien duerme tranquilamente envuelta en su capa. El emperador sonríe ladino, pues después de aquel beso, Tatiana simplemente se quedo en silencio entre sus brazos hasta que se durmió, eso podría significar que ella esta empezando a confiar en él, lo cual es bueno.

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Por otro lado, Talia estaba feliz desde que se despertó, le pidió a sus doncellas que la ayudarán a verse más hermosa esa mañana, ya que planea invitar al emperador de Tyrhan a desayunar, pues tiene algo importante que hablar con él. Al terminar sale rumbo a su salón de té, donde se hará el servirá el desayuno ya que es un lugar privado, pero después de servir todo, un sirviente llega a decirle que el emperador no asistirá, ya que tiene un asunto importante el cual atender. Talia se molesta al no poder verse con Farkas, pues después de lo que hablaron anoche, creyó que el vendría a verla.

Pero, si es un asunto importante, entonces esta bien, ya tendrá otra oportunidad, además ella debe preparar todo para pedir el divorcio, ya que los nobles desean tanto que ella baje del trono, así lo hará, pero solo porque subirá a uno mas alto.

— pobre Tatiana, jamás tendrás nada, solo yo, obtengo lo mejor.— murmura para si misma mientras sonríe.

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