El Alfa Maldito.

Es cierto. La tranquilidad era la clave para dormir bien. Solía preocuparse por su vida y por el hecho de no poder tener hijos. Ser el heredero de la manada más poderosa le exigía tener a su sucesor. Sin un heredero propio, tendría que elegir a uno de sus familiares. Podría ser uno de sus primos o sus descendientes.

Había creado muchos problemas hasta ahora ya que todos intentaron ser el elegido como su sucesor. Se había acostumbrado a las intrigas y complots secretos entre sus parientes. Fue muy difícil ver a su familia destrozada por su sed de poder.

Si tuviera su propio hijo, incluso si fuera un Omega, podría encontrar un buen Alfa para casarse con él y luego entregar la manada a su hijo/a Omega y a su marido.

Vincenzo ahora finalmente estaba tranquilo y tenía tranquilidad, ya que no tenía que preocuparse por producir un heredero para continuar con su linaje familiar. Es más, el Omega había accedido a darle tres herederos. TRES...

Él tampoco era feo, así que el Alfa podría tener hijos hermosos como ellos. No es que los quisiera menos si fueran feos. Pero había aprendido que en la vida las personas bellas tienen toda la suerte, comparadas con las feas. Bien, debe preguntarle su nombre.

_ Madre, puedes conocerlo en persona y preguntarle todo lo que quieras saber. Por el momento, no puedo decirte mucho _ Finalmente, Vincenzo decidió esquivar la pregunta y seguir sondeando a su madre.

Ya eligió cuidadosamente sus palabras para ser lo más ambiguo posible, al decirles a sus padres que conoció al Omega por accidente y descubrió que él era inmune a su maldición.

También dijo que él y el Omega habían estado juntos durante más de un mes, lo cual era verdad a medias. Estaban juntos a menudo ya que él era su sirviente e incluso… espera, lo había visto desvestirse cuando quería bañarse la semana pasada.

Pensar en esto hizo que las mejillas del Alfa se sonrojaran levemente. Tenía prisa por bañarse y no sabía que el pequeño sirviente todavía estaba allí. Ahora que lo pensaba… él quedó asombrado y no pudo moverse por unos segundos. Debe sorprenderse al ver su miembro.

De todos modos, no es que tuviera nada de qué avergonzarse. Se sentía muy seguro de su físico. Es que deseaba que el Omega que sería madre de sus hijos pudiera verlo desnudo por primera vez en una situación más favorable.

_ Estás soñando despierto... ¿En qué estás pensando? _ De repente, la voz de Lion sacó al Alfa de su ensoñación.

Estaba soñando despierto, ¿no? Rápidamente, se deshizo de los pensamientos sobre Gio y sacudió la cabeza.

_ Lo siento, madre. Estaba pensando en algo. Nada importante.

_ Oh...¿Estás pensando en él? ¿Es él agradable? ¿Lo amas? ¿Cuándo será la boda?.

Vincenzo hipó involuntariamente ante la pregunta de su madre.

¿Boda? No habrá boda. El Omega lo había rechazado desde el principio, así que por supuesto, como Alfa orgulloso, rápidamente respondió que no planeaba casarse con él. Entonces... ahora, él y el Omega habían acordado tener tres hijos, pero no casarse.

¿Cómo les explicaría esto a sus padres? Tampoco quería que supieran que él intentó matarlo y que había estado rondando a su alrededor durante más de un mes con el único propósito de matarlo. No quería que lo odiaran y lo trataran mal. Lo necesitaba a él y a su útero.

_ Hablaremos de todo la próxima semana, ¿vale? Tengo que volver y discutir las cosas con él _ Finalmente, Vincenzo se levantó de su asiento, besó la mejilla de su madre y abrazó a su padre _ Buenas noches.

Salió del salón y se preparó para regresar a su propio lugar, la torre. Después de que desapareció detrás de la puerta, Enzo y Lion intercambiaron miradas.

Obviamente, Lion todavía tenía hambre de más información. Tan pronto como su hijo se fue, llamó a su personal y dio instrucciones de enviar un espía a la torre de su hijo para encontrar más información sobre este Omega que había estado conviviendo con el Alfa heredero.

_ Espero que sea un buen Omega _ susurró Lion y dejó escapar un largo suspiro _ Ojalá sea fértil y pueda darnos nietos regordetes y adorables muy pronto. No veo la hora de conocerlo.

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Vincenzo preguntó a su sirviente sobre Gio para comprobar si el Omega había cenado. Se sorprendió al saber que lo habían pillado intentando escapar de su habitación bajando por la ventana, a muchos metros del suelo, y que ahora lo mantenían en el pequeño comedor con cinco guardias vigilándolo de cerca.

_ ¿Él intentó escapar? ¿Cómo?.

_ Uhmm... él usó sus sábanas para hacer cuerda y bajó por su ventana cuando ya estaba oscuro. Casi se escapa...

_ Oh...

Vincenzo presionó su sien. Este Omega de lengua afilada parecía no planear mantener sus palabras. Él debe darle una lección. Él ya hizo un trato con el Alfa y debía saber que él no era alguien con quien meterse.