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Otra Manera De Ser Un Ángel

Otra Manera De Ser Un Ángel

Status: En proceso
Genre:Romance
Popularitas:1.7k
Nilai: 5
nombre de autor: Anaeli Rios

Ángel de la Luna, es la mujer más hermosa que he visto en mi vida; es una niña de alta sociedad y yo solo soy su escolta personal.

NovelToon tiene autorización de Anaeli Rios para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

TIMIDO E INTROVERTIDO

Introvertido y temeroso, abrió la puerta delantera de la camioneta, se sentó al lado de Isabel, taciturno, casi sin respiración y apretando el morral, le hablo en voz baja.

-Señorita Isabel, pensé que no vendría, creí que era una broma.

-Emi, llámame Isabel, somos amigos ahora, ¿no lo crees así?

Sus ojos se encontraron con los de ella, por un segundo sostuvo su mirada, antes que el rojo carmesí invadiera sus mejillas, una tenue y tímida sonrisa se dibujo en su rostro, inmediatamente miro hacia abajo, para evitar que ella lo viera.

- Si, somos amigos, le dijo aún mirando el suelo del vehículo

Isabel conducía el automóvil, de vez en cuando apartaba la mirada de la carretera para posarse en su copiloto. Sus pensamientos desenfrenados tenía como estrella principal al chico sentado a su lado, el era lindo y amable, ¿Estaría haciendo lo correcto?.

-Señorita Isabel, digo Isabel, ¿ hacia dónde vamos?, no conozco mucho la ciudad.

Nuevamente, desvió la mirada de la autopista, lo miro con demasiada ternura, algo anormal en ella, siempre altiva y soberbia, era totalmente incoherente ese lado de su personalidad.

-Vamos al parque de los sueños dulces, es un lugar agradable, muy exclusivo, con excelente servicio.

Miro su cartera, ¿tendría suficiente dinero para pagar un lugar así? pensaba Emiliano muy preocupado

Inmediatamente Isabel noto la angustia de Emiliano, estiro una de sus manos y se la colocó en la cabeza, ¡No tienes porque preocuparte, la invitación es mía, yo asumo los gastos!

- ¡No pienso que eso sea lo apropiado!, mordía su labio inferior, hábito que aparecía cuándo estaba demasiado angustiado, sus ojos denotaban una miscelánea entre tristeza y timidez que lo hacían ver adorable.

-¡Vaya!, pero que ojos más bellos, pronuncio Isabel la frase en un tono demasiado bajo, tan bajo, que era imposible que alguien más lo escuchara.

En efecto, era un sitió extraordinario, se acercó a la recepción, con la altivez característica en ella, el personal que laboraba la conocía perfectamente. Isabel Alameda enseñó su pase especial, con acceso prioritario. Miro de arriba para abajo a la persona que la atendía y exigió con inmediatez ir a su lugar predilecto.

El bisbiseo de las personas a su alrededor no se hizó esperar, ¿Que hacía la "emperadora" con ese chico caminando a la par?, adjudicado el sobrenombre desde sus días de colegio, debido a su personalidad soberbia y arrogante, despreocupada y refinada, ni gritos, ni uso de palabras soeces eran necesarias para lastimar a alguien, su belleza era comparable a su crueldad. ¡Probablemente este jugando con ese bonito niño, porque es demasiado evidente el abismo de clases sociales!, expreso uno de los presentes.

Frente al lago, en medio de un jardín con incontables flores de colores, la pequeña y acogedora cabaña, pigmentada de una sutil luz violeta, se acrecentaba a medida que atardecía, la mesita adornada con variables y apetitosos manjares para consumir, le daban un toque de perfección.

Ella destapaba una botella de vino, servía dos copas y le ofrecía una a Emiliano.

-Isabel, no debería consumir licor, usted está conduciendo el vehículo y yo... pues yo no sé manejar.

Su característico gesto de elevar las cejas se hizo presente, el contacto visual se intensificó, toco con su mano el mentón e inmediatamente le guiño un ojo. ¡No te preocupes, es solo una copa!, ¿te gusta el lugar?

-Es muy agradable, respondió absolutamente avergonzado.

-Las flores me generan calma, desde que recuerdo siempre me han parecido excepcionales.

-Isabel, ¿Por qué su actitud conmigo cambio de repente?, recuerdo que al principio, su mirada denota desprecio y sus palabras, aunque elegantes, eran bastante humillantes e hirientes.

Respiro profundo, sotenia la copa de vino, desvío su mirada para situarse en las flores del jardín, tenía motivos ocultos, quizás oscuros, pero obviamente no podía decirlo.

-Eres el más inteligente de la carrera, podría beneficiarme de eso, descubrí que eras amable, incluso decidiste enseñarme, a pesar de haberme portado mal contigo.

- ¡Muchas gracias por eso Isabel!, gracias a usted la vida en la facultad se hizo más amena, incluso las burlas de mis compañeros disminuyeron...,gracias por invitarme a un lugar tan increíble como este. Brillaban con una intensidad que nunca había visto, sus ojos grises que parecían cambiar de color, la hacían sentir culpable.

-¿Por qué decidiste estudiar en esta universidad? de ante mano tendrías que haber sabido lo difícil que sería.

-"Provengo del campo, un pueblo alejado de la ciudad, me llegó la oportunidad de concursar por una beca en una prestigiosa universidad, decidí que daría lo mejor de mi para expandir mis horizontes, aunque el temor apareció, como sabe, soy introvertido y bastante tímido, a pesar de eso, el abuelo me animó para dar un paso adelante, eran mis sueños, trabajaría incansablemente por ellos. También es gracias a Alejandro que aún no he renunciado, aun cuándo me han pasado momentos muy desagradables".

Isabel le siguió preguntando con discreción y respeto, se enteró que en la ciudad, vivía con un tío y la esposa, posiblemente el abuelo, quien lo ayudaba económicamente, era el único que se preocupaba por él, además solventaba algunos gastos con su trabajo, llevaba la contaduría de unos negocios cerca de dónde vivía.

Ella le contó a Emiliano que tenía un hermano mayor, su relación no era muy filial, le habló además de sus viajes por el mundo, su deseo de convertirse en gerente general de las empresas de su padre, inclusive le contó sobre su evidente manía de despreciar a todos. No recordaba cuándo se había sincerado tanto con otra persona.

La conversación se torno tan satisfactoria, que olvidó por completo el tiempo, su compañía era excepcional, ella anhelaba que ese momento durara un poco más; el sonido del reloj indicaba que era tarde, hora de marcharse.

Necesitaba verse presentable para dictar su primera clase, solicitó con antelación uno de los trajes de su padre, vistió el conjunto de chaqueta y pantalón azul oscuro, corbata del mismo color y camisa blanca, recogió su cabello dejando algunos mechones sueltos, que dejaban ver sus cejas con una leve curvatura, oscuras y pobladas, su nariz recta armonizaba perfectamente con sus labios mediandos de un ligero color rojizo. Llevaba años practicando deportes (inculcado por su padre), el baloncesto era su favorito, debido a esto, el traje lucia a a la perfección.

Inhaló el aire a su alrededor, la primera hora sería decisiva, tenía que mostrar seguridad, ser intimidado no estaba dentro de sus planes, asombrosamente atractivo, avanzo con pasos firmes, levanto la cabeza y el menton, sostenía con fuerza el maletín que contenía los documentos, a su lado el profesor Nicolás le explicaba la estructura de las actividades a ejecutar.

Entre risas y halagos de alta intensidad, las estudiantes aludían su atractivo aspecto, inclusive propuestas con tendencias sexuales llegaban a sus oídos. Nicolás explicaba las razones por las cuales Alejandro dictaria la clase, por supuesto en compañía de él. Maria Fernanda casi sin respiración, con las pupilas dilatadas y los labios entreabiertos, se preguntaba por que rayos estaba más lindo que todos los días. Sus pensamientos se vieron interrumpidos cuando Marcos y Daniel intervinieron para mostrar su descontento con esta situación.

-Pagamos un altísimo valor monetario por matricularnos en esta carrera, para recibir la mejor educación, ¿esto debe ser una broma?, Iracundo, fruncia el seño y se levantaba de su asiento.

- Ud señor Rangel al igual que todos los demás estudiantes, merecen lo mejor y yo soy el mejor de esta carrera.

Sarcásticamente Daniel, con intenciones de ofenderlo, se preguntaba quien desearía recibir clases con él

- Tal vez quieran recibir clases con usted señor Palacios, pero se me olvidaba que no es lo suficientemente listo para eso.

-Debería irse de esta universidad, nadie lo quiere aquí

Su profunda mirada penetró en los ojos de ella y con una leve sonrisa de lado le dijo: "No me voy a ir porque usted señorita Castel me lo diga, no tengo ninguna intención de agradarle a nadie, sé que puedo ser excepcional sin tener un apellido prestigioso como el suyo". Su rostro se enrojeció y con inmediatez puso la mano en su pecho acelerado, no era enojo, no era tristeza, no era odio ¿Qué era esa sensación derivada de esa pequeña interacción con él?

-Chicos, pronunció Nicolás, si no desean estar en la clase, pueden retirarse, nadie puede obligarlos.

-¡Nos vamos!, dijo Marcos, pero esto no se va a quedar así profesor Nicolás, un portazo se escuchó y los tres amigos abandonaron el aula.

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ˢⁱᵐᵖ 2ᴅ
😍 Cada capítulo me deja con ganas de más, eres increíble.
Anaeli Rios: Gracias por tus palabras, las apreció mucho
total 1 replies
Thảo nguyên đỏ
Interesante historia
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