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Arráncame La Vida

Arráncame La Vida

Status: Terminada
Genre:Yaoi / Completas / Amor tras matrimonio / Amor a primera vista / Autosuperación / Triángulo amoroso / Colegial dulce amor
Popularitas:25.7k
Nilai: 4.8
nombre de autor: Irwin Saudade

Después de un año de haberse conocido, Dan y Anuel vuelven a encontrarse de forma inesperada en el lugar menos esperado. ¡Las posibilidades de terminar juntos pudieran estar a flor de piel! ¿Que podría pasar entre un chico de preparatoria y un recién casado? ¿El amor entre ambos corazones volverá a resurgir? ¿Intentarán retomar aquellos sentimientos que compartieron en aquel verano que marcó la vida de ambos? ¿Podría Anuel ser capaz de olvidarse de su matrimonio para darle amor a su querido Dan? El tiempo hará que ambos corazones se enfrenten a una etapa de autodescubrimiento más profundo e intenso para poder elegir aquellas cosas que de verdad importan. ¿Qué cosas importan? Arráncame la Vida de es la continuación del libro titulado Quise Morir en Agosto.

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

VERNOS OTRA VEZ

...El fin de semana del reencuentro de amigos....

Me sentía muy nervioso y ni siquiera entendía el porqué. Estaba a punto de entrar a McCarthy's Irish Pub, pero mi corazón latía como idiota. Cesar me había escrito un montón de mensajes, al parecer yo era el único que no aparecía en la reunión de amigos y eso los estaba preocupando. ¡Piensan que no voy a llegar! Ojalá no hubiese venido, pero aquí estoy.

Inhale un poco de aire, me anime a ser fuerte y quise que todo pensamiento negativo se fuera a la mierda. ¡No merecía sentirme miserable por un amor del pasado!

—¿Cuantos años tienes? —Me preguntó el cadenero.

—Diecisiete.

—El horario para menores de edad es hasta las ocho de la noche.

Apenas eran las siete en punto.

—¡Lo sé! No se preocupe, mis amigos están adentro.

El hombre parecía incrédulo de mis palabras. ¿Por qué dudaba de mí? Estaba bien que yo no tuviera cara de señor adulto, pero eso no le daba el derecho de discriminarme de esa forma. ¡No es mi culpa tener diecisiete años! ¡Todos tenemos diecisiete alguna vez en la vida! Por favor.

—Puedes pasar.

Dentro, la luz se escurría por los ventanales principales, el aroma era una mezcla entre madera, comida frita, alcohol y tabaco humeando. ¡Creo que era una buena combinación! Había varias mesas ocupadas, el escándalo era variado y sonaba Woman de Mumfords and Sons. El color verde predominaba en el pub, la música sonaba a buen volumen y me gustaba estar aquí. ¡Se me fueron los nervios! Comencé a querer entrar en ambiente.

—¡Dan! Estamos aquí —Cesar me estaba haciendo señas con su mano derecha.

Sonreí, caminé en dirección a su mesa. Zuri, Alfredo, Cesar y Anuel. ¡De nuevo juntos! Vernos otra vez era algo que no esperaba que sucediera, pero la vida me estaba dando muchas sorpresas.

—¡Hola! ¿Cómo están? —Les saludé.

Zuri se alegró demasiado de verme, no pude evitar abrazarla. Freddy se veía más flaco que el año pasado y también me abrazo. Cesar, bueno, él no me abrazo porque ya nos habíamos visto semanas atrás.

—¡Tú no cambiaste para nada! —dijo Zuri.

Me senté ocupando el lugar frente a Anuel. ¡El pasado frente a mí!

—¿Como estas, Dan? —Anuel centró su mirada en mí.

—¡Muy bien! ¿Y tú? ¿Como ha estado tu estadía en Puebla?

Bebió un poco de cerveza. Había varios tarros de bebida amarilla sobre la mesa, el espuma era muy tentador.

—Me ha ido bien. ¡Me da mucho gusto poder verte después de tanto tiempo!

Mintió. ¡Era muy obvio! Lo único que si le salió, es que los demás le creyeron.

—¿Tanto tiempo? Si parece que fue ayer que dejamos de vernos —. Le lancé una mirada retadora.

¡Canijo Anuel! ¿A que intentaba jugar? Nos habíamos visto en mi escuela, en el salón de mi taller de costura.

—Pensamos que no ibas a venir —interrumpió Cesar.

—¡Ah! Lo qué pasa es que terminé de hacer una investigación de la escuela. Eso me demoro mucho, fue un trabajo en equipo.

Ellos parecieron no creerme.

—¿Tan estudioso eres? —Alfredo era todo un incrédulo.

—¡La neta sí! Me conoces.

Sonreí. 

En la mesa había varias órdenes de alitas fritas, enchiladas, aderezadas y muy antojables. ¿Tanta comida? La bebida era lo mejor. Cesar me pasó un tarro de cerveza.

—Pedimos por ti. ¡Ya sabes que nosotros te cuidamos! —Me guiño el ojo derecho.

—¿Quieren que me emborrache? —Mi idiotez era grande.

—Puedes pasar una buena tarde. ¡Como en los viejos tiempos! —Anuel me observaba fijamente, su mano derecha sostenía su cerveza y me pareció muy atractiva la forma en que sus labios se impregnaban al cristal.

—¿Como eran los viejos tiempos? —Preguntó Alfredo.

Zuri estaba muy callada. Decidí tomar un plato de alitas, les eché aderezo de habanero y empecé a comer.

—Los viejos tiempos eran algo chido —dijo ella.

¿De verdad eran algo chido? ¡La neta es que sí! El campamento nos enseñó cosas que supimos disfrutar a toda madre.

—¿Extrañan el campamento? —Cesar quería averiguar.

La pregunta me hizo recordar muchas cosas que ahora mismo no tenía y que se habían quedado estancadas en aquel verano inolvidable.

—Fue un buen verano. ¿Han hablado con los demás? —Alfredo se puso de curioso.

—¿Con los que eran nuestros superiores? —Preguntó Zuri.

—Sí.

Pero nadie respondió, era como si el simple hecho de recordar nos hubiese cortado la lengua.

—Hablé con Roger hace como un mes —rompí el silencio.

Todos dirigieron su atención a mis palabras, preferí concentrarme en comer más alitas y beber cerveza.

—¿Y que te dijo? ¿Te extraña? ¿Te dijo quien estuvo a cargo del campamento este año? ¿Si te invitó a ser instructor? —Ahora la curiosidad estaba en la mente de Zuri y la multitud de preguntas que hacía.

—Me dijo varias cosas y sí, si me invitó a ser instructor.

Todos se sorprendieron y hasta yo sentí que estaba presumiendo de cierto modo.

—¿Por que no nos dijiste que te habían invitado como instructor? —Anuel hizo la pregunta.

Sus ojos se clavaron en mis pupilas, sentí como su pie rozaba a mi pie por debajo de la mesa.

—Pues porque creo que no tenía caso. De todos modos no iba a poder ir.

Sus ojos se tornaron serios, como si mi respuesta fuese tóxica.

—¿Y que dijo cuando le dijiste que no irías? —Está vez fue Cesar quien pregunto.

Di dos tragos de cerveza, sentí refrescante en mi garganta y me anime a hablar.

—Me dijo que el próximo año me iban a invitar.

—¿Irás este próximo verano?

—¿No es muy pronto para hablar del verano? Apenas acaba de pasar el verano de este año y la neta, la pase genial. ¡No me preocupa para nada el próximo verano! —Soy sincero.

—¡Nos hubieses llevado a tu viaje! —Reclamó Alfredo.

—No cabías en el autobús. ¡Se llenaron a tope!

Di una mordida a una alita, el sabor picante era delicioso y el picor comenzó a extenderse por toda mi boca. ¡Ya no me daban ganas de seguir hablando!

—Supe que te mudarás a la ciudad. ¿Donde es que vas a vivir? —Zuri le hizo la pregunta a Anuel y así cambiamos de tema.

Él se chupo un huesito de alita. Vi el color de su lengua, recordar el pasado, pensar en su lengua sobre mi boca, hizo que me estremeciera y esta vez fui yo quien tocó el zapato de él por debajo de la mesa. ¡Rayos! Me sentía inestable por su culpa.

—Viviré por Lomas de Angelopolis.

¡Así que era un hecho! Confirme el lugar exacto al que se mudaría mi ex. ¡Eso no era muy sano! O al menos eso pensaba yo. ¡Mi mente tendría ganas de ir a Angelopolis!

—¡Que chido! Podremos conquistar esa zona. ¿Nos vas a invitar a tu casa? —Alfredo no pudo evitar abrir la bocota.

Como yo no quería saber detalles y mucho menos me daban ganas de entrevistar a Anuel, preferí centrarme en comer. ¡De enojo le eché un montón de habanero a las alitas! Toda mi boca se lleno de fuego y la cerveza no me ayudó a calmarme lo enchlilado. ¡Ahora tuve que aparentar que todo estaba bien aunque me estuviera quemando por dentro!

—¡Por supuesto! Haremos una fiesta de esas.

—¡Más embriagación! —Alfredo estaba súper emocionado.

—Tú sabes.

¡No pude aguantar más! Empecé a toser como si me fuera ahogar, lo enchilado no se me quitaba y fue inevitable esconderlo. ¡Seguro que me puse bien colorado!

—¿Estas bien? —Zuri parecía ser la única preocupada por mí.

—¡Mesero! Una botella de agua por favor. ¡Mi amigo se está ahogando! —Pidió Cesar.

¡Todo se me junto interiormente! Pero sobre todo, el verdadero problema con esto, era la incomodidad que yo sentía de estar frente a Anuel. ¡Canijo! Y yo que pensaba que el pasado jamás volvería a hacerse presente en mi vida, ahora me estaba quemando por lo enchilado.

—¡Tranquilo! Ya viene el mesero —Cesar se había levantado de su lugar y comenzó a dar palmadas en mi espalda.

—¡Estoy bien! Solo... me enchilé mucho.

Destapó la botella de agua y me la ofreció. Sin dudar me empine mi tarro de cerveza y me tragué toda la bebida de golpe. ¡Quería que el alcohol calmará mis penas! El sonido del cristal azotandose contra la mesa causó una satisfacción en mi interior y Cesar se quedó sosteniendo la botella de agua.

—¡Ya ves! Pa que le echas mucha salsa a tus alitas. ¡Ahora eso está incomible! —Me regañó Zuri.

—Mejor ni pruebes mi platillo maestro —dije.

—Tu platillo maestro casi te mata. ¡Estás bien loquito! —Añadió Alfredo.

¡Me daba gusto estar aquí! En un pub, comiendo como cerdo y bebiendo como desesperado. ¿Que pasaría conmigo? ¿Que coño con Anuel? Todos mis planes se vinieron abajo con su presencia. ¡Canijo!

—¿Ya se te bajó lo enchilado? —Su voz me causo un ardor en el alma.

—Sí.

—Bien. Yo me comeré el resto de tus alitas.

Anuel no espero mi respuesta y simplemente agarró el plato, sus dedos buscaron una alita y se la llevo a la boca. ¡Se veía tan sexi comiendo alitas de habanero!

—¿Y como van las cosas con tu novio? —Alfredo le preguntó a Zuri.

Ella se ruborizó un poco, me acorde de aquel pequeño periodo en el que Alfredo estaba enamorado de Zuri. ¡Ella lo bateó! Y él se deprimió.

—Pues la verdad es que nos está...

—¿Donde quedan los baños? —La interrumpí.

—Justo detrás de ese muro de fotografías —dijo Cesar señalando la dirección de los baños.

—¡Ahora vuelvo! Necesito vaciarme.

Me puse de pie y caminé en dirección a los sanitarios. ¡Todo estaba saliendo de la patada! Y me sentía un poco mareado.

Entré al sanitario, busqué un mingitorio lejano a la entrada, bajé mi bragueta y orine. Orine. Seguí orinando. ¡Jodida vida! Me sentía del asco y me daban ganas de querer huir de este lugar. ¿Por qué había decidido venir? ¡Mejor hubiese aceptado salir al cine con Félix!

Terminé de orinar, caminé hasta los lavabos y abrí la llave del agua. ¡Me sentía del asco! Mi reflejo parecía dar vueltas y me sentía con ganas de golpear lo que fuera.

—¿Estas bien? —Su voz logró capturar mi atención.

Verlo de pie justo aquí, causo una avalancha todavía aún más grande de la que ya me estaba aplastando.

—¿Que haces aquí? ¿Por qué venir a este lugar? ¿Acaso no me olvidaste? ¿Te acuerdas de todo? ¡Estoy bien loco!

Anuel me observaba fijamente, no respondió enseguida a mi cuestionario y sentí que comenzaba a acercarse a mí.

—¡Estas borracho!

—¿Borracho? ¡Borracho tu trasero! Yo no estoy borracho. ¿Por qué lo estaría?

—Porque estás comportándote como todo buen borracho. ¿Quieres que te ayude a volver?

—¿A donde volver? ¿Para qué o qué?

Cerré la llave del agua, fui a tomar una toallita de papel y no pude llegar, casi caigo al suelo, me resbalé a causa de un charco de agua. Sentí sus manos sobre mi espalda, me calenté rápidamente y la cercanía me estaba torturando.

—¿Por que dices que estoy borracho?  —Pregunté al ver sus ojos muy cerca de mí.

Él me había salvado de caer y aún me estaba sujetando.

—Porque ya te dije que...

—Si estuviera borracho, estaría llorando por ti, pero como no estoy, entonces haré esto.

Sin miedo al éxito, le di un beso. Uno de esos besos sin miedo, sin pena y con fuerza. ¡Todo era un caos en mi corazón! Uno nuestros labios durante algunos segundos y no me dio miedo:

—Ves, no estoy llorando por ti. Solo...

Pero su boca volvió a unirse a la mía y así me obligó a callar. Sentí que me acorralaba contra los lavabos y la exclusividad del sanitario nos permitió intercambiar un poco de saliva y deseo. Sentí su lengua entrar a mi boca, mi respiración estaba agitada y apreté su cuerpo contra el mío. ¡Se sentía tan bien!

—¡Suficiente! Quiero seguir comiendo alitas —dije alejándome de él.

Y cuando vi nuestro reflejo en el espejo, la pregunta me hizo abrir los ojos de golpe. ¿De verdad acabo de hacer lo que creo que hice?

¡Ahora entiendo porque no dejan entrar a menores de edad después de las ocho!

1
Obdulia Contreras
Excelente
Yasmin Machado
Excelente, te felicito 🙌
Yasmin Machado
Un adolescente es más maduro que un adulto, Anuel es de lo peor
Yasmin Machado
Ella es una zorra, pero definitivamente es lo que E merece Anuel
Yasmin Machado
Cara dura
Yasmin Machado
Definitivamente Dan debe ser bello porque levanta muchas pasiones y Felix creo es su amor de primaria
Rosalba Pimentel T
Excelente tus novelas. ¡Felicitaciones!
Maria Elena Ordenes Blanchet
Excelente
Sandra Luz Díaz Juarez
me gusto y me encantó.felicidades .
Linda Teresa Silva Castro
Excelente
Marifer Riera
me encantó felicidades🤗
Amós Amós
excelente historia felicidades Irwin Saudade mucho éxito x delante
Bella Maldonado Beltran
gracias irwin ,me encanto está y todas tus historias .me gusto la madures de dan y que al fin quedo feliz con felix que igual tubo un gran cambio.gracias espero que ahora termines las otras por favor ,inefable etc bendiciones
Oliva Lopez Rojas
las dos novelas están espectaculares, las recomiendo mucho
Amós Amós
mucho éxito x delante felicidades Irwin Saudade Dios te bendiga 🙏🙏🙏
Fany Torres
bellísima novela autora lo felicito siga así gracias por compartir su talento con nosotros
Amós Amós
hermoso capitulo Dan aquí estuvo demasiado empoderado wow me encantó este capítulo dónde dijo,,,NO!!! espero el gran final de esta bella novela,,, gracias
Bella Maldonado Beltran
gracias,que gran capitulo .ya quiero un lindo final para Dan .
Amós Amós
buenísima novela muchas GRACIAS x deleitar mis días
Bella Maldonado Beltran
que, hermoso capitulo ,espero y deseo que dan sea feliz.
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