Sebastián, un gran mercenario y mano derecha del hombre más temido del país, termina siendo asesinado por azares del destino o quizás por su propia voluntad. Por los daños causados a otras personas deberá redimirse para tener la oportunidad de reencarnar en el cuerpo de alguien más, para eso tendrá que vivir la vida de otra persona.
¿Podrá hacerlo?
¿Qué tan difícil será adaptarse a su nueva vida?
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Inútil
El comandante Nerón había conocido a Alana como una de sus tantas misiones, pues el plan era sacarle toda la información posible a la emperatriz, para saber puntos débiles del imperio Nala, sin embargo al toparse con Alana una vez, se pudo dar cuenta que ella en realidad no sabía nada, no obstante ese mismo día fue atacada y el intentó defenderla, pero cuando quiso intentar entablar una conversación con ella, se pudo dar cuenta que era diferente, la forma de moverse, de actuar, e incluso la de hablar eran diferentes, por esa razón lo intento de nuevo y fue ahí que ella comenzó a contar todo lo que el comandante quería saber. Él se presentó como un hombre común y corriente, un simple soldado y desde esa vez comenzaron a reunirse en ciertas ocasiones, no paso mucho tiempo para que la Alana fuerte lo hiciera parte de su vida, acercándose más a él y claro que eso no lo dejaría pasar, aprovechó el supuesto cariño y su relación dio un paso más, los encuentros ya no solo eran para platicar, sino que ahora también aprovechaban para demostrarse “cariño y amor”. Por supuesto Neron creía que solo era de parte de Alana, ya que el comandante solo estaba haciendo su trabajo, al menos eso era lo que él pensaba. Después de enterarse que estaba embarazada, Alana quiso informarle, pero el decaimiento de la Alana débil, se lo impidió, por esa razón el comandante comenzó a extrañar a la emperatriz y se dio cuenta que también se había enamorado, sin más que hacer y pensando que ella lo había descubierto todo, se alejó y no volvió a intentar buscarla, pero en realidad a ella no le afectó en nada su falta de interés. Ahora yacía ahí, en una cama y estaba en peligro, sin el saber nada de la verdad.
—Comandante, recibí la orden de su majestad, usted se encargará del cuidado y protección de su alteza. Yo sé perfectamente como son el tipo de misiones que usted lleva a cabo, por eso le voy a pedir que no se atreva a mirar a su alteza de otra manera que no sea de respeto, lealtad y obediencia, no me importa lo que sienta o lo que crea sentir, solo somos súbditos, no debe olvidar su lugar—
Aquéllas palabras le supieron amargas al comandante, pues era más que claro todo lo que había hecho, incluso él no sabía cómo actuar frente a la mujer que quería tanto.
Las horas pasaron y Alana volvió estar a salvo, el simple hecho de que era del imperio Norten, hacía que el poder de curación fuera más efectivo, ya que tenían el poder suficiente y compatible para curar a su gente más rápido. Pronto pudo levantarse y darse cuenta de lo que había pasado.
—Alteza, ¿se encuentra bien?— preguntó el capitán a cargo
—Excelente, gracias por todo— seria respondió
—Logramos llevar a cabo todo como usted lo dijo, además su majestad envió al mejor de sus hombres para que se haga cargo de su seguridad— informó
—¿Quién es?, quiero conocerlo— pidió, poniéndose de pie, para ir relajando su cuerpo y músculos, le habían dado un traje que utiliza la guardia real y le quedaba espectacular.
—Enseguida lo traigo alteza— dijo el capitán y salió en busca del comandante. No tardaron mucho y pronto volvieron
—Alteza, le presento al comandante Nerón Suar, el mejor hombre del imperio— feliz y con una pequeña sonrisa llena de orgullo, el capitán presentó al hombre
Alana se acercó al comandante y le dio un fuerte golpe en forma de puño, justo en la boca del estómago, haciendo que el hombre casi perdiera el aire y cayó hincado en el suelo.
—Comandante, si se le da una orden debe seguirla, no debe ponerse a pensar o distraerse con algo más. Yo tuve que clavarme esa daga porque usted fue un inútil y no pudo hacerlo, todo estaba planeado, no debía haber fallas y usted casi provoca el fracaso de mi plan— furiosa reclamaba.
Nerón no sabía ni como reaccionar, en primer lugar porque la mujer frente a él era mucho más maravillosa de lo que recordaba, en segundo lugar parecía que el único con recuerdos era él, ya que Alana no mostraba signos de conocerlo, también estaba el hecho de que era verdad lo que ella decía, fue un verdadero fracaso en la misión.
—Alteza, no tengo excusas. Aceptaré el castigo que decidan darme— apenado, aún en el suelo y con el rostro agachado, el hombre habló
—No me interesa castigar a la gente del emperador, lo que necesito ahora es partir de inmediato a dónde se encuentran mis hijos, necesito saber que están bien—
De esta manera todo mundo comenzó con los preparativos para la partida, sin embargo, el comandante parecía haberse quedado pasmado por lo que había dicho Alana.
—Alteza, disculpe la pregunta. ¿Qué edad tienen sus hijos?— indagó
—No tengo por qué contestar a su pregunta, limítese en hacer lo que le corresponde— indiferente contestó
Esta respuesta le hizo pensar al comandante que Alana si lo recordaba, pero que estaba enojada con él por como se habían dado las cosas, además él sabía que ella no tenía hijos cuando la conoció, pero tomando en cuenta el tiempo desde que dejaron de verse, cabía la posibilidad de que sus hijos fueran de él, ya que jamás le comentó nada sobre estar llevando a cabo sus deberes maritales como emperatriz.
—Entiendo alteza, me disculpo—
Después de aquello, continúo ayudando con lo que hiciera falta, dado que no faltaba mucho para la noche, le recomendaron a Alana que mejor viajaran en la mañana, pero ella no aceptó y tuvieron que obedecerla.
Si no les gusta pasen a otra novela y no jordán a los demás y si tan incas son aún sus propias novelas 🤷 🙄