LA VIUDA. LA VENGANZA LLEVA MI NOMBRE.

Toda la noche fue fuego y pasión, dos cuerpos llenos de deseo, bañados en sudor y envueltos por la lujuria.

Toda la noche probaron varias maneras distintas de amarse hasta caer rendidos uno encima del otro.

Salvatore toma en brazos a su mujer y la lleva a la bañera, donde la limpia con tanta delicadeza que parecía que ella era muy frágil.

La mujer estaba satisfecha, agotada y completamente saciada por su prometido.

Una vez ya duchada la envolvió en una lencería hermosa y una pijama de seda la acostó en la cama y la arropó con una manta, él quería dormir con ella, así que se acostó a su lado y despertaron igual.

Eran las doce del día cuando ella abrió sus ojos y observo a ese espectáculo de hombre debajo de ella.

Una hermosa sonrisa le regaló él, había estado esperando que se despertara, él tenía una idea que aunque le hubiese encantado hacerlo de sorpresa sabía que su mujer no era de ese estilo, ella lo tomaría como una imposición de él.

—Despertaste mi flor hermosa. —Dijo y ella sonrió.

—Ya me comiste y de la mejor manera puedes parar tus lagos y mimos. —Dijo y él frunció si ceño.

—Ahora es cuando más te voy a consentir… Eres increíble… No entiendo que ocurrió contigo y el abuelo, pero luego me lo dirás — Dijo él

—Estaba esperando a que despertaras para pedirte que te cases conmigo, hoy… —Dijo dejándola fría y aunque le gustaría no podía.

—Me encantaría, pero quiero a mi dama de honor conmigo… La gata debe estar ese día —Dijo ella y él sonrió.

—Lo imaginé e iremos por tu dama de honor … Y mi padrino será Aarón, creo que tu amiga lo embobó sin conocerlo. —Ella sonrió.

—Son muy unidas, cierto. —Dijo él.

—Si Tore ella me enseñó lo que sé de no ser por ella hubiese sido abusada miles veces… La gata es hermosa, tiene el cabello negro azabache y sus ojos tan azules como el cielo… —Dijo ella.

—Me contó esa historia de su abuela y yo pensé que era cierto.

—Para ella lo es, esa mujer Antonella está obsesionada con el padre de ella y la secuestró para dañarla. —Dijo él.

—Como así…

—Esa mujer es una coronel, ella delató a la gata quién es hija del un general que lidera una organización de soldados o algo así, la madre de la gata la humilló y en represalia le quitó lo que más amaban. —Dijo y Fiorella estaba sorprendida.

—Quiero toda su información, la quiero muerta y echa caldo. —Dice fúrica.

—Se metió con quién no debía y ahora deberá pagar las consecuencias. —Agrega.

—Tranquila flor hermosa, yo te la pondré en bandeja de plata… —Dice y la besa.

—Necesitamos ser pacientes, si no lo hacemos podrían matarla… —Declaro.

—Al sacarla hay que llevarla a terapia y contrarrestar la droga que la daño la joven está confundida… —Sigue explicando.

—Estoy de acuerdo, en dos meses mi amiga estará aquí y allí si nos casamos esa misma noche si quieres.—Promete ella

Salvatore se levanta y carga a su flor para bañarse, se duchan juntos y luego pasan lo que queda de tarde, en la cama, aunque se levanta al verla dormida y hace una llamada.

—Zac, puedes venir a la mansión, necesito que estés rápido. —Dice y veinte minutos más tarde aparece un hombre lleno de tatuajes y van hacia otra habitación.

—Hermano, que ocurre, te dio una crisis existencial que necesitas un tatuaje con urgencia. —Salvatore le da la mano y luego un abrazo.

—Hermano, gracias por venir… y no, es que necesito que inmortalices algo. —Hablo y al llegar a la habitación se quitó su camiseta y le dio la espalda a su amigo.

—Inmortaliza esto. —Dijo mostrándole la espalda donde estaba su espalda rasguñada.

—Vaya, te peleaste con un gato amigo. —Pregunto el hombre.

—Con una pantera. —Dice con una sonrisa de idiota.

El tatuador no está seguro porque son recientes, pero Salvatore insiste y comienzan a tatuarlo.

—Estás bien loco, te hubieses tatuado su nombre y ya dijo mientras lo tatuaba. —El hombre terminó luego de un rato y el hombre se fue, Salvatore subió a la habitación y allí estaba ella dormida plácidamente.

Salvatore se acerca y la besa, ella se remueve y abre los ojos, ella sonríe y lo besa, él le corresponde el beso y la abraza.

—Mmm te ves muy linda con tu ataque de parásitos. —Dice mirando el brillo en sus ojos.

—Eres un creído, así no me vas a enamorar… —Dice ella.

—Tú más que nadie sabe que eso es mentira, mi pequeña flor hermosa. —Dice tocando su nariz y ella pone sus ojos en blanco.

—Cursi.

—Hermosa. —Ella lo abraza y siente el papel plástico en su espalda.

—Que tienes allí. —le pregunta y él le muestra, no se ve bien porque está reciente e hinchado.

—Que es eso…

—Es el nombre de mi mujer y las marcas que me dejó anoche… —Ella niega riendo.

—Estás comenzando a asustarme… —Él la besa.

—Solo quería las marcas de mi mujer y de nuestra primera noche en mi piel. —Dice y ella le da un corto beso.

—O sea que debo tatuarme lo que votaste en mi vientre… —Dice y él negó riendo.

—Sería sexy mi flor.

—Eres un cursi Tore… No me falles, quieres… Odiaría llorar y sufrir luego de matarte… —Dice seria y luego se ríe.

—Ahora tú me das miedo… — Se besan y terminan en otra pelea cuerpo a cuerpo, aunque él la detuvo por lo dolorida que estaba.

La relación de estos dos es maravillosa hasta donde se puede, ya que Salvatore hace todo por entrar en ese corazón y ella sigue tratando de protegerse, solo en momentos él logra derretir el hielo en su pecho.

En la mansión de Reginald el hombre está demente, toma más de lo habitual y llama borracho a Fiorella, este hombre está muy mal, se odia y más al saber que siendo virgen la llevó a los brazos de aquel viejo con el que se casó.

Se odia porque ahora será la mujer de su gran enemigo, Salvatore, odia y detesta a cualquiera que la vea siquiera.

Por otro lado, Francesca se encuentra en el sex infierno, atendiendo cuánto cliente la pide y hay muchos porque es la mujer del líder de la cosa nostra y sus enemigos se divierten con ella y descargan su rabia en ella

Francesca no está sola, su madre Milena está con ella, a pesar de ser mayor, atiende muchos clientes y no solo eso cada una es maltratada diariamente por órdenes de sus esposos, aquellos hombres han jurado recuperar a sus mujeres, pero no llevan ninguna oportunidad.