Desde antes de nacer mi cruel destino estaba escrito, soy Lucía Rivas única hija de María de Rivas, desde que mi mamá supo que vendría al mundo me odio, yo le recordaba su tragedia, yo era el fruto de una violación, debido a eso mi vida siempre ha sido un infierno, pero algún día vengare todo mi sufrimiento y ni siquiera mi madre se salvará del infierno que desatare en la tierra...
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Capitulo XII Haré mi lucha por ella
Los empleados se encontraban reunidos esperando la llegada de su jefe Laureano Lombardi y de su hijo Mauricio Lombardi, también esperaban la llegada de la nueva diseñadora, la cual era una incógnita para todos, ya que no sabían mayor cosa de ella.
El auto de Laureano llegó, el chófer abrió la puerta para que bajara junto a su esposa Carolina, ella era una mujer que destilaba elegancia por todos lados, está vez llevaba un vestido blanco que se ajustaba un poco a su figura, junto a Laureano parecía una verdadera reina, Laureano y su esposa entraron a la empresa saludando a sus empleados y subieron al piso de presidencia.
Unos minutos después llegó Mauricio, este vestía un traje a la medida, negro, la camisa se ajustaba tan bien a su cuerpo que marcaba su muy bien trabajado cuerpo, él se quedó en la recepción, pues su papá había ordenado que esperara a Lucia y la condujera hasta presidencia.
Un auto negro de lujo se parqueó frente a la empresa, él chófer abrió la puerta trasera del vehículo y tendió la mano para que la hermosa mujer que se bajaría se apoyará en él, Lucia iba vestida con un conjunto de pantalón beige, que se ajustaba bien a su figura delineando sus largas piernas, la camisa era blanca con algunos botones sueltos, dejando a la imaginación lo que venía luego y para completar su outfit usaba un blazer negro, la elegancia estaba marcada en aquella mujer, Mauricio se acercó a ella, teniendo el brazo para que ella se apoyará en él.
— Buenos días!, amiga!. — Dijo Mauricio sonriendo.
— Buenos días!, Mauricio. — Dijo lucia cortésmente.
— Cada día te ves más hermosa, ya no eres esa niña tímida que conocí.
— Esa tonta no volverá. — Dijo Lucia cortante.
Ambos caminaron elegantemente hasta el ascensor, una vez estuvieron solos, Mauricio no resistió la tentación y acorraló a Lucia en el ascensor.
— ¿Qué se supone que estás haciendo?— Pregunto ella sin inmutarse.
— Me estás tentando, verdad!. — Respondió él con voz ronca.
— No querido, se supone que somos amigos y los amigos no hacen esto. — Dijo ella con voz inocente.
El ascensor llegó al piso de presidencia, así que Mauricio se recompuso e invito a Lucia a continuar, ella lo siguió caminando con elegancia, la secretaria de presidencia los saludo y pidió que pasarán, una vez dentro Lucia abrazo a su papá y lo regaño por estar en la empresa cuando debería estar descansando, está acción conmovió el corazón de piedra de Carolina.
— Al fin alguien coherente en esta familia.— La voz de Carolina sonó en toda la oficina.
— Dejen el drama, solo vine a presentar a mi hija en la empresa y luego me voy. Eso fue lo que Laureano le hizo creer a los demás, pero en realidad tenía otras intenciones.
La familia bajo a la sala de prensa, Mauricio estaba extrañado pues se suponía que irían al taller de confección y ahí se presentaría a Lucia y además nombraría sus puestos.
Al entrar los periodistas estaban sentados esperando por la familia, Lucia se veía incómoda, así que Mauricio tomo su mano y la guío hasta una de las sillas del podio, ella le echo una mirada de agradecimiento, Mauricio se sentó a su lado y cruzo algunas palabras con ella.
— Tranquila, creo que papá adelanto tu presentación a la prensa. —Mauricio acarició su mano tratando de que se relajara.
— No esperaba esto. — Le dijo ella con una sonrisa forzada.
Mauricio llevó un mechón de cabello detrás de la oreja de Lucia y le dedico una sonrisa, esa escena fue fotografiada por los periodistas, sacando a los enamorados de su trance.
— Buenos días, señores, los mandé a llamar para hacer algunos anuncios, entre ellos está la presentación de mi hija Lucia Rivas, la segunda nombrar a mi hijo Mauricio cómo presidente de la empresa Lombardi y asociados y la tercera nombrar a mi hija vicepresidente y además la diseñadora principal de esta empresa. — Dijo Laureano llamando la atención de los periodistas hacia él.
Los presentes estaban asombrados con algunos de los anuncios y es que ellos pensaban que Laureano presentaría a Lucia como la prometida de su hijo, la cercanía entre los jóvenes era más de pareja que de hermanos.
— Puede decirnos algo acerca de su hija. —Dijo un periodista.
— Por supuesto!, Lucia es la hija menor de María Rivas, esta mujer junto a su familia mantuvieron en secreto la existencia de mi hija, por eso nadie sabía de ella.
— ¿Señorita Rivas, donde estuvo todo este tiempo? — Pregunto, otro periodista.
— En un hueco. — Dijo en forma de broma aunque había algo de cierto en esa afirmación.
— Bueno Lucia estuvo de viaje y hasta hace apenas unos meses volvió al país. — Respondió Mauricio ayudando a Lucia.
— Para nadie es un secreto que usted señor Mauricio no es hijo biológico de los Lombardi, acaso existe alguna relación entre usted y la señorita Lucia?. — Pregunto otro reportero.
— En este momento no tenemos nada, pero estoy haciendo mi lucha para que está hermosa mujer me acepte en su vida. — Dijo Mauricio viendo fijamente a Lucia.
— Por qué la señorita Rivas no lleva el apellido Lombardi. — Pregunto, otro periodista.
— Al parecer solo les interesa nuestra intimidad que los cargos dados a mis hijos, bueno para saciar su curiosidad, Lucia tiene sus razones personales, las cuales no voy a ventilar aquí ante ustedes. — Respondió Laureano.
La entrevista prosiguió por una hora más hasta que Carolina sacará a Laureano por razones de salud.
Lucia y Mauricio fueron los últimos en salir, cuando hubo un momento en el que quedaron solos, Mauricio acorraló a Lucia metiéndola en una habitación sin uso.
— Te ves hermosa, noRespondióer seguir viéndote solo como una amiga. — La voz de Mauricio sonaba ronca.
— Debes controlarte, recuerda que ahora somos hermanos. Respondío Lucia con la respiración alterada.
Nosotros no somos hermanos y si me toca renunciar a este apellido lo haré, por ti renunciaría a todo. Confesó Mauricio.
Pensé que no querías una relación sentimental conmigo. —Respondió, Lucia, mirando a Mauricio a los ojos.
— Fueron palabras estúpidas, entiende que eres el amor de mi vida.
Aquella confesión dejó sin palabras a Lucia, ella no sabía si creerle o no a Mauricio, pero solo por esta ocasión se dejaría llevar por sus sentimientos, ambos se besaron con tanta intensidad que sus cuerpos pedían más que un beso, pero Lucia recobro la compostura alejando a Mauricio y saliendo de aquella habitación lo más rápido que pudo.
ahora sale como una loca sola
no me gusta cuando se van haci sin averiguar nada