Casada Por Error

—Tranquilo Josué, saben dónde puede estar Javier Robert?— Le pregunté mientras me sentaba

—Si señorita, tenemos una sospecha

—Donde?

—Pensamos que puede estar en una antigua propiedad de su madre, Lourdes Robert, esa propiedad ahora le pertenece al banco, está en medio del bosque, en una zona muy alejada

—Bien, alista a nuestra gente, avisales que mañana al anochecer iremos a revisar esa propiedad, y necesito que me traigas armas

—Entendido, yo me encargo

—Mañana les voy a informar sobre esto a las chicas, voy a dejar que descansen bien, encargate de informarle a Juan por favor

—Esta bien, yo le informo, me retiro señorita

—Esta bien

Después de que Josué se fue, me aliste, me metí a bañar y luego me fui a dormir.

Al día siguiente

Fui a la habitación de cada una de las chicas, para despertarlas, no quería llevarlas, pero cada unas de ellas tiene un papel muy importante en este momento. Las lleve a mí habitación para poder hablar, les comenté lo que estaba pasando, y les dije que se prepararán.

—Pero, con que armas?— Pregunta Sarita

—Ya le pedí a Josué que nos trajera armas, así que por eso no se preocupen, necesito que estén listas para esta noche

—Y Juan?— Pregunta Jimena

—Josue se encargó de informarle

*Tocan la puerta*

—Quien?— Pregunté

—Soy Ezequiel señorita, abajo hay un señor que la busca

—Enseguida voy— Dije

—Quien será?— Pregunta Livia

—De seguro es Juan, ahora vengo

—Te acompañamos, no vaya a ser que sea el tal Javier Robert—Dice Sarita

—Estoy segura de que no es el

En la entrada

—¿Como están?, Josué ya me informo lo que está pasando

—Si, está noche iremos a investigar una antigua propiedad de la madre de Javier Robert

—Bien, tenemos que estar preparados para cualquier cosa, por cierto, me encontré a Josué afuera, y adivina qué me dio

—Un bolso— Dice Sarita

—Si, un bolso, pero dentro de el, hay un par de regalitos, miren— Dice Juan abriendo el bolso

—Opa, si este en mí regalo de navidad, se pasaron, están increíbles— Dice Jimena mientras ve las armas

—Regalo que vas a usar hoy— Le digo —Bien, vamos a prepararlas

—Vamos, no hay tiempo que perder— Dice Juan

En la tarde

—Es hora de irnos chicas, ¿Están listas?— Les pregunte

—Todas listas, Sargento— Dijo Sarita

—Bien, pues vámonos

—No creo que pregunten por nosotras verdad?— Pregunto Livia

—No, no creo— Dije

—Estan listas señoritas, ya tenemos que irnos—Dice Josué

—Estamos listas, las armas ya están en la camioneta?—Le pregunté a Josué

—Si señorita, las armas están preparadas y cargadas, los francotiradores ya se están moviendo

—Perfecto, vámonos

Tuvimos una hora de viaje, estuvimos un poco apretados en la camioneta, bueno, los que iban atrás, Josué y yo íbamos adelante.

En la antigua propiedad de la madre de Javier Robert

—Muy bien, quiero 5 francotiradores en el Oeste y 5 en el Este. Nos vamos a dividir en tres grupos. El grupo "A", viene conmigo, el grupo "B", con Josué y el grupo "C" con Juan.

Nos comunicaremos a través de estos auriculares. Están conectados, comparten una sola linea, por lo tanto, lo que digan lo escucharemos todos

—Si por alguna razón los auriculares fallan, tienen la radio de muñeca para comunicarse— Dice Josué

—Recuerden cuidarse y estar muy atentos— Les dice Juan

—Muy bien a sus puestos, es hora de entrar a esa casa— Dije

Cuando todos ya estaban en posición, yo y el grupo "A" nos movimos, rodeamos la entrada de la casa, y entramos silenciosamente.

—Grupo "B", están listos?— Pregunté por el auricular

—Grupo B listo— Dice Josué por el auricular

—Bien, prosigan

—Entendido, avancen— Dijo Josué

Estando dentro de la propiedad, revisamos todo, pero no encontramos nada, y no había ningún indicio de que hubiera alguien, hasta que...

*Se cae algo en el segundo piso*

—Ustedes, conmigo— Dije subiendo al segundo piso

Pensamos que solo había sido el viento, ya que cuando subimos y revisamos no había nadie, pero a través de un espejo, vi que alguien estaba ocultándose en una habitación.

—Creo que no hay nadie aquí, debió de ser el viento— Dije señalando la habitación donde se escondía el hombre.

Entramos a la habitación, y sí, había un hombre ahí, con un bolso, el cual le quitamos, le preguntamos quien era, pero no nos respondió.

— Llévenlo abajo— Ordene mientras veía la habitación

—Ocurre algo Maria?— Pregunto Juan

—Mira esto, son demasiados juguetes, parece que aquí vivía un niño

—Tienes razón, mira esto— Dijo Juan señalando un plato de comida

—La comida esta fresca— Dijo Livia

—Estaban aquí, ese hombre debe de saber algo

—Y nos lo va a decir, vamos— Dije llevándome el bolso

En piso de abajo

—Quien eres y que haces aquí?— Le pregunté

—Ustedes no deberían estar aquí, esta propiedad es privada

—Pues ya no lo es, ahora le pertenece al banco

—Mi jefe los va a matar, a cada uno de ustedes

—Encerio, no me digas, Javier Robert es tú jefe?

—No se debieron meter con el

—Donde está tu jefe

—Está más cerca de lo que creen

—A que te refieres

—Sargento hay movimiento fuera de la propiedad— Dice Elías por el auricular (uno de los francotiradores)

—Van a morir— Dijo el hombre mientras se reía a carcajadas

—Todos, ocultense

Algunos se fueron al piso de arriba, otros a las oficinas con Juan, yo y las chicas nos escondimos en un rincón de la sala, con el hombre. Le pusimos cinta en la boca para que no hablara, además, le amarramos las manos y los pies.

—Como hagas un solo ruido, te mato, entendiste, Dije apuntándole con un arma

—Todos esten alertas— Dijo Josué por el auricular

Todo estaba en silencio, hasta que entraron varias personas, y el más importante de todos, Javier Robert.

—Señores, hoy nos reunimos aquí, después de tanto tiempo, después e muchos años encerrado, y todo gracias a esa sargentito de Maria Reyes, pero su tiempo se acabó. Ayer en la tarde, algunos de nuestros hombres le fueron a hacer una visita, en su nueva casa, en la cual vive con su esposo— Dice Javier

—Que quiere que hagamos señor— Pregunta uno de los hombres de Javier

—Quiero que vayan a esa casa, con los hombres necesarios, pero aún no, quiero que disfrute de sus últimos días con su esposo.

—Sargento que hacemos, atacamos?— Pregunto Elías por el auricular

—Negativo, esperen

Estábamos esperando el momento adecuado para atacar, pero en eso, el hijo de puta que teníamos amarrado tiro un jarrón mientras se movía.

—¿Que fue eso?— Pregunto Javier

—Vino de por acá— Dijo uno de sus hombres

Los hombres de Javier se estaban acercando al lugar donde nos escondíamos, y bueno, no nos quedó de otra que defendernos. Al hombre que se acercó le metí un golpe con el arma.

—¡Matenlos!— Dijo Javier, mientras empezaba a disparar

—Todos, ¡disparen!— Dije por el auricular

Se armó tremenda balacera en la propiedad. Todos estábamos en posición, hasta que lanzaron algo por la ventana.

—¡Bomba!— Grite, pero la bomba explotó haciendo que todos cayéramos al suelo

—Todos están bien— Pregunto Juan

—Chicas, se encuentran bien?— Les pregunté

—Estamos bien, no te preocupes— Dice Sarita

—Todos, vámonos— Dije

Cuando estábamos a punto de irnos, nos empezaron a disparar nuevamente, nos protegimos como pudimos, pero algunos de nuestros hombres murieron.

—Francotiradores, necesitamos apoyo

—Enterado, todos los francotiradores, zona Este y Oeste, disparen

Eran demasiados, cuando intentábamos irnos uno de los hombres de Javier me disparó dos veces, la primera en el hombro y la segunda cerca de la costilla.

— Llevense a la sargento de aquí— Dijo Josué

—Retirada— Dijo Juan

—Francotiradores, cubranos— Dijo Jimena

—Entendido— Respondió Elías

Logramos salir de la propiedad, con menos gente, pero salimos.

Estando en la camioneta, no paraba de sangrar, me llevaron a la casa de los Lombardo, ya que si iban a buscar a la familia de Alex, ya estaría nuestra gente ahí.