X-21

Hace tres años…, 1977

Fiscalía general, interrogatorio.

Entra un oficial de policía, por su derecha lo seguía Romualdo Turrubiates quien estos al dar unos cuantos pasos hacia adelante, se detienen. Y el oficial menciona:

—aquí esta capitán.

—bien, puedes retirarte.

—antes de retirarme, puedo preguntar. —voltea hacia Romualdo:

—¿Por qué pidió interrogar con el personalmente?, pudo haber pedido que un oficial se encargara de esto, como lo habitual.

—no quiero que se entrometan en este asunto, sin cuestionar. Yo me encargaré.

Este ya no insiste más y se dirige a salir si no antes mencionarle:

—Claro oficial, como usted diga. Con permiso

Sale del lugar y cierra la puerta, Romualdo se acerca hacia la mesa, se sienta y comienza a revisar la carpeta dejada ahí con toda el registro de detención del interrogado.

Mirando la información:

—Samuel Garza, 18 años, integrante de una pandilla dedicada a robar a propiedades con bastantes recursos. ¿es así?—lo mira de reojo.

—eso sonó elegante, una manera menos fea de decir que nos detuvieron por rateros. ¿Y usted quien es o que? ¿Capitán?

—soy capitán de la fiscalía general, jefe de todos los oficiales de aquí, me presento soy Romualdo Turrubiates. Eh estado observando a cada uno de ustedes desde su llegada aquí. Y note en ti algunas cosas que me llamaron la atención y quisiera conocer más.

—¿Por qué?, si su trabajo es solo convencerme de que yo lo hice y que le diga porque.

—note en ti que eres una persona despreocupada, relajada a mi opinión, no te afecta en nada lo que pueda pasarte. Excepto por uno tus compañeros que temblaba de miedo, los demás solo disfrazaban ese miedo con una actitud altanera, algo que solo tu no lo demostraba. Pero por dentro de tu ser hay preocupación. O me equivoco?—Ambos mirándose.

—parece adivino. Mis compañeros desquitar ese miedo con altanería y golpes. No saben controlarse.

—tu también tienes algo de eso, eres impulsivo.— pero solo con loa asuntos de las personas que me importan.—recalca Samuel.

—eso es lo que te hace diferente de ellos?

—podría decirse.

—hay un cargo extra hacia ti y es que además de cometer el delito de robo a propiedad ajena también se te incluye el cargo de agredir físicamente al dueño de la propiedad. Los golpes que le diste fueron muy fuertes y mas en los testículos. Aunado a esto también le robaron todo lo que encontraron de valor. ¿Por qué hiciste eso?, si a lo que se dedicaban era solo a robar propiedad. Supongo que tu asunto con ese hombre fue personal.

Samuel aprieta fuertemente ambos puños recargadas en sus piernas al llegarle el recuerdo de ese momento:

—ese desgraciado tenia que pagar por lo que hizo.—con coraje.

—¿A quién?, ¿A ti?–pregunta.

—los asuntos de mi Gardenia también son míos.

Romualdo cierra la carpeta y se inclina hacia este, recargando sus codos en la mesa entrelazando las manos:

—¿a que te refieres con, mi Gardenia?,¿Es tu novia?—Samuel se sonroja y nervioso le responde:

—¿Pa-para que quiere saber?

—no negaste ni aceptaste lo que te pregunte, así que lo tomare como alguien muy cercano a ti. Pregunto esto porque es importante que yo conozca lo que hubo detrás y poder ayudarte, buscar una solución a esto. Ya que si no se conozco el contexto, puedes pasar hasta 4 años en prisión, además de pagar una multa lo suficiente considerable.

Samuel se queda pensativo para luego responder:

—ese señor era el ex-prometido de mi Gardenia, al saber que ello no podría tener hijos la abandono a días de casarse. Cuando ella me lo confesó, empecé a sentir como la sangre me hervía por dentro. El pensar que ese imbécil se había atrevido a hacer tal cobardes , así que tenia que pagar. Le pedí a mis compañeros que me ayudaran a dar con ese estúpido, cuando dimos, nos dimos cuenta que se trataba de alguien muy adinerado. Fue como matar dos pájaros de un tiro, un premio doble. Mientras ellos vaciaban su casa, yo me encargaba de darle si merecido.

—y si Gardenia se entera de esto, ¿Cómo reaccionaria?

—creo que lo tomaría como algo bueno. No lo dice pero se que sufrió mucho cuando la dejo, lo note en sus ojos cuando me lo confesó. Fue como si hiciera justicia por eso.

—realmente no te preocupa nada.

—yo se que, haga lo que haga ella siempre me perdonara. Eso se lo aseguro.

—¿Cuánto te importa ella?

—porque tengo que responderle eso, ya sabe porque lo hice, no?

—hay algo que traigo entre manos, me interesas mucho, y tu podrías ayudarme a que se haga realidad.

—me esta queriendo decir que quiere hacer un negocio conmigo?

—esa actitud tuya me puede funcionar mucho. Quiero que colabores conmigo como un trabajador, solo tendras que hacer una sola cosa. Eso sí, este trabajo solo lo sabrás tú y nadie más.

—¿Y mi Gardenia?,¿Qué le diría?

—no digo que no tiene que enterase en que trabajas, puedes decirle sin problema, solo que no se entere de que se trata tu trabajo.

Samuel confundido:

—¿Por qué no tiene que saber?

Romualdo se recarga en su asiento y le responde:

—porque es un asunto confidencial y peligroso si se difunde a más personas, debe de manejarse con cuidado.

—ok, pero si me encierran?

—yo me encargaré de que quedes absuelto de todo cargo, tu registro ya no existirá.

Este sonríe admirado y responde :

—manejan esto a su antojo y conveniencia.

—así trabaja la fiscalía, como la mayoría de las personas, a lo que le convenga mas.

—así es, las personas solo van a sus propios intereses, son egoístas. Y por ese mismo egoísmo que hay dentro de nosotros, ¿Cuánto me ve a pagar?, debe de saber si me conviene.

Romualdo sonríe muy seguro de si mismo como siempre en su actitud:

—el pago será lo suficiente para que puedas comprar una casa para tu Gardenia.

Este se emociona al imaginárselo y responder:

—¡Haré lo que diga!, pero con una condición.

—¿Condición?,¿Cuál es tu condición?

—que Juan Daniel también salga sin ningún cargo de aquí.

—el es el más joven de todos, no es así?

—así es, es el sostén de su familia y si lo encierran y pasa cuatro años, su familia quedara muy afectada .Es más puede darle trabajo como a mi, es muy tímido y algo miedoso pero tomado confianza es alguien muy inteligente, de hecho cuando el se unió a nosotros la manera de meternos a las casas fue mucho más sencilla gracias a su intervención. Podría ser un gran elemento.

—tendrás que hacerte cargo de el, no pienso cargar con un mocoso muriéndose de miedo.

—el será de mi total responsabilidad, si hay algún error la culpa siempre será mía, no de el. Yo lo pagare y el no se enterara, el solo se dedicará al trabajo.

—bien. Acepto esa condición. Ambos sabrán de que se tratara el trabajo y si el no está de acuerdo tendrás que convencerlo, no me importa lo que tengas que hacer pero lo convencerás o muy fácil, lo regreso a la cárcel asumiéndole tus cargos además del robo a propiedad ajena.

Samuel algo temeroso le responde:

—yo le aseguro que aceptara.

—bien. Entonces. Bienvenido Samuel Garza.

Romualdo se levanta y Samuel lo sigue para cerrar este trato, o una contratación, con un apretón de manos.

Quien diría que algo que parecía tentador y beneficioso resultará en unos años una gran tragedia.

Samuel lo que menos quiere es poner en peligro a Juan Daniel, alguien que con la convivencia dentro de esa pandilla fue formando un lazo de hermandad entre algo que no había sentido por alguno de sus demás compañeros.

Así que tendrá que cargar con esto el solo.