La Omega más deseada

Sentí que Dante me seguía de cerca, lo ignore y entre a mi clase. Tenía tanta información que analizar que el tiempo se me pasó muy rápido, me había olvidado de que hace un rato Dante me estuvo siguiendo.

Al salir de mi clase, él me estaba esperando, no me dio tiempo para huir, ya que me sostuvo la mano y me llevo al patio de la universidad.

- ¿Qué haces? ¿Por qué me vienes a molestar?_ dije cuando nos detuvimos

- Ya te lo he dicho Omega, eres mía hasta que me cansé de tí_ dijo con una sonrisa burlona

- Espero que halles a tu compañera luego, así me dejarás en paz y yo podré encontrar al mío_ dije molesta

- Jajajajaja, pero si somos destinados no tendrás que buscarlo_ agregó

- Tú no aceptarías a una Omega como compañera ¿o si Dante?, futuro alfa de la manada_ dije provocando

No quería oír su respuesta y me alejé antes, Dante me siguió.

- Oye tendremos que compartir el departamento por unos días_ comentó cuando me alcanzó

- ¡¿Qué?! No puedo estar sola en un departamento y menos contigo_ dije

- Vendrá conmigo el alfa de otra manada, así que no estaríamos solos, pero si tú quisieras podríamos compartir la pieza_ dijo esto último con una risotada y yo solo quería golpearlo

En la noche llegué al departamento y estaba cansada, no sabía cuándo sería ello de compartir el lugar. Eso pensé hasta que entre y descubrí a un bien instalado Dante y junto a él, su amigo, era tan alto como Dante pero sus facciones eran diferentes. Dante tenía un aspecto más marcado y varonil, podría decirse que es más salvaje o rudo. Sin embargo, su amigo tenía facciones más delicadas, era guapo, cejas gruesas y rubias, su cabello era largo como en melena, y sus ojos tenían un color azul claro. Me estrecho la mano y sentí una punzada en el pecho que me estremeció de forma extraña.

- Dante no me habías dicho que la joven que nos acompañaría era tan hermosa_ dijo él en un suave tono

Soy Brando_ un placer

- Hola mi nombre es Hadassa Fritz, soy Omega en la manada de Dante_ dije para recalcar mi lugar.

- Vaya, por ser Omega yo no te trataré de manera inferior Hadassa_ agregó él

- A ella le gusta recalcar que es omega_ agregó Dante llendo a la cocina

- Eso lo hago porque tú tratas con desdén a quienes son inferiores_ puntualice mirándolo con desafío mientras iba hasta allá

- Jajajaja ustedes se entienden bastante bien_ dijo divertido Brando

- Es una relación complicada_ respondió Dante con un gesto de manos

- Ella es la chica que me comentabas..._ luego Brando se detuvo por lo que iba decir

- ¿Qué fue lo que le dijiste Dante?_ quise saber y me sentía muy incómoda

- Bueno le dije a Brando que por el momento tenemos una clase de relación_ comentó y tomó una galleta que había tomado de la despensa.

Hablaba con total naturalidad que me irritaba, ¿que se había creído?, yo no había aceptado tener una relación y menos con él.

- Te lo he dicho Dante que no tenemos nada. Tú y yo no tenemos ninguna relación_ me fui a mi habitación sintiéndome como si fuera una clase de objeto.

Me tiré en mi cama y solo quería gritar de rabia. Lo cual hice en mi almohada... Más tarde me dio hambre y sentí que la casa estaba en silencio. Salí a comer algo, había un plato en la cocina con la cena. Me devoré lo que contenía, y cerca encontré una nota que decía que habían salido a una fiesta.

Me serví un agua de hierbas y me fue a mi habitación, tenía que buscar los apuntes para el día siguiente. Sería sábado, pero tenía muchos libros que ir a buscar a la biblioteca, acomode todo y saldría a eso de las 10.

Mientras estaba durmiendo, volví a tener ese sueño, la imagen de aquel sujeto que entraba a mi alcoba, podía verlo con el dorso desnudo, se acercaba a dónde estaba y está vez en vez comenzar a tocarme, sentí sus labios tibios sobre los míos. La sensación me resultaba tan familiar, se sentía muy real...

Sentí que suspiraba, su aliento sobre mi cuello, mientras me acariciaba el cabello.

Abri mis ojos y ví a Dante:

- ¿Qué sucede?_ susurré media dormida

- Vine a darte un beso de buenas noches_ respondió con una cálida sonrisa

No era posible, tenía a Dante muy cerca y era muy tarde, tenía un ligero olor a alcohol mezclado con su loción. Me volvió a besar, pero su beso fue muy diferente a los que me había dado, sentía que me quemaban, sus manos fueron hasta mi cintura y me pegó a su pecho desnudo. Entonces, el hombre que había visto en mi sueño era Dante, sus labios devoraron los míos, hasta casi dejarme sin aliento:

- Hada, eres tan hermosa. Me gustas mucho_ susurró contra mis labios

Lo mire, y sus ojos grises parecía brillar ante el deseo. Sentía que estaba viendo a un Dante completamente diferente del que conocía. Comenzó a desnudar mis senos bajando los tirantes de mi camisón, luego bajo hasta ellos para besarlos con frenesí, la verdad no sabía por qué no era capaz de detenerlo, el deseo me estaba ganando.

¿Realmente era el deseo lo que me impedía parar?

- Espera Dante_ gemía ante sus caricias

No puedo... no podemos_ decía entre cada beso

- Necesito esto cariño. No te imaginas cuánto... te deseo_ gimió

Escuchamos ruidos de alguien entrando a la casa. Dante se detuvo en seco:

- Rayos, Brando al parecer llegó más temprano de lo que pensé_ dijo entre dientes molesto, pasando las manos por su cabeza

- ¿Cómo? No entiendo_ me sentía tan confusa

tenía el rostro enrojecido

Cuando Dante se enderezó, pude ver claramente su nivel de excitación. Aún traía sus jeans, y yo tenía mis senos desnudos. Me cubrí rápidamente cuando él se dirigió a la puerta y corroboró que Brando había llegado. Me hizo una señal de que me quedara acostada y fue lo que hice, me cubrí completamente con la colcha avergonzada de lo que habría pasado si Brando el amigo de Dante no nos interrumpiera.

¿Qué pasaba conmigo? ¿Me había vuelto loca? Esta experiencia me hizo ver que mis sentimientos por Derek ya no existían y de que algo más había con Dante. Si realmente lo odiara como afirmaba, no habría permitido que sucediera esto. Casi le entregaba mi cuerpo a la persona que más despreciaba a los Omegas y más aún, solo estaba teniendo una relación conmigo hasta que se aburriera de mí. Dante era peligroso... Suspiré aliviada...

Ya no podré mirarlo a la cara.