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Un Mafioso Posesivo

Un Mafioso Posesivo

Status: En proceso
Genre:Posesivo / Mafia / Dominación / Malentendidos / Reencuentro / Síndrome de Estocolmo / Casada con el millonario
Popularitas:75.5k
Nilai: 4.9
nombre de autor: Carola Reyes

Tamara Müller, 20 años de edad, una chica llena de ambiciones en la vida, pero fuera de eso dulce, aunque con un carácter bastante fuerte. Nunca se le cruzó por la cabeza todo lo que pasaría, ni en sus más locos sueños.

Kilian Mansfeld, 25 años de edad, el Mafioso narcotraficante de armas más temido de toda Alemania, lo consideran como el rey de la Mafia, un hombre sin piedad, ruin, cruel y sin sentimiento alguno, un hombre al que si alguien le juega chueco, sin importar quien sea, lo elimina.

Algunos lo conocen como "El Ángel De La Muerte" y otros como "Lucifer", su belleza es tanta que parece un dios griego, pero detrás de ese rostro angelical se esconde un hombre totalmente despiadado, un hombre que no parara hasta por fin lograr su más ansiado anhelo... Destruir a la familia "Müller" por haber acabado con lo que un día más amo, sus padres.

Para eso se adueñara de cada uno de los bienes de esa familia, incluida su más preciada hija "Tamara Müller".



Descubre que pasará 😉

NovelToon tiene autorización de Carola Reyes para publicar essa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Capitulo 11

Curve mis labios en una sonrisa falsa, y no es que ellas no me agraden, obviamente no es eso porque no las conozco en lo absoluto, es solo que no me puedo sacar de la cabeza que estoy aquí en contra de mi voluntad.

—Mucho gusto, espero llevarme bien con las tres— Dije con una media sonrisa falsa.

—En serio nos hiciste esperar tanto tiempo solo para esto Carmen?, Acabo de perder mi tiempo de descanso solo por ella?— Preguntó con enfado una de las chicas quien desde un principio me había mirado mal.

—Claro Elisa, esto es algo que se tiene que hacer por si se te olvida— Dijo Carmen un poco molesta y la chica solo rodó los ojos con enfado para luego marcharse y casi inmediatamente la otra chica la siguió.

¿Entonces ella es la tal Elisa con la que serviré la mesa?, creo que esto será más difícil de lo que pensé.

—No te preocupes por ellas, Elisa y Mariana suelen ser así todo el tiempo, se creen mejor que todos y todas, pero no te preocupes por eso, con el tiempo te acostumbras —Dijo acercándose a mí la única chica a la cual parecí agradarle— Por cierto, me llamo Nico, se que es nombre de chico, pero a mí me gusta, la verdad es inusual en una chica, no lo crees? —Preguntó con una gran sonrisa.

—Tienes razón, es inusual, además es súper lindo el nombre— Le respondí con una pequeña sonrisa, esta chica parece muy divertida, me acuerda a Scarlett.

—Bueno, hablamos después, tengo tareas que hacer, pero cuando esté libre vendré a visitarte para que hablemos y asi conocernos mejor, ¿te parece?— Preguntó con una sonrisa.

—Me parece bien Nico— Contesté y ella sorpresivamente me dio un pequeño abrazo y luego se fue.

—Nico es una chica bastante alegre, te gustará estar con ella, lamentablemente no puedo decir lo mismo de Elisa y Mariana, como te dijo Nico ellas son un poco diferentes— Dijo encogiéndose de hombros.

—Está bien, puedo sobrellevar todo esto, pero ojalá que no se quiera poner conmigo porque no toleraría eso Carmen— Suspiré, no quiero tener más problemas en esta casa.

—Tranquila niña, es mejor que la evites entonces, además procuraré que no te moleste —Dijo dándome unas palmaditas en el hombro— Bien, ahora vamos al cuarto donde están los uniformes para que busques uno que te quede bien —Agregó e inmediatamente me tomo de la mano y me arrastró hasta un cuarto donde habían varios uniformes de diferentes tallas, tomé uno y entre al baño.

Luego de un rato salí con el uniforme ya puesto, que por cierto me quedó justamente.

—Te quedó exactamente niña— Dijo con una sonrisa y yo asentí mientras me amarraba el pelo en una cola alta.

—Oye Carmen, debemos llevar estás zapatillas todo el tiempo?— Le pregunté con curiosidad.

—Así es niña, yo ya no uso esas zapatillas porque ya estoy un poco mayor, pero es una regla— Dijo.

¿Una regla?

—¿Cuáles son las reglas Carmen?— Pregunté curiosa.

Carmen empezó a decirme todas las reglas de estas casa y vaya que son bastantes.

—Y la última regla es nunca entrar al cuarto que tiene la puerta negra, por nada del mundo— Dijo esta última regla con mucha seriedad, tanto que en vez de darme miedo me dio curiosidad.

¿Qué será lo tan importante que hay ahí dentro como para nadie poder entrar?.

Dejando eso a un lado, Carmen y yo nos dirigimos de nuevo a la cocina donde al llegar había un hombre de unos 35 años más o menos cocinando, al notar nuestra presencia él se dió la vuelta y puso una sonrisa amable.

—¿Quién es ella mi querida Carmen?— Dijo con una sonrisa.

—Ella es Tamara, es una nueva sirvienta de esta casa— Respondió Carmen y yo le di una pequeña sonrisa.

El hombre se acercó a mí, me tomé la mano y me dió un beso en ella.

—Mucho gusto, mi nombre es Bartolo un placer bella dama— Dijo con una sonrisa

Me sentí un poco incómoda por el gesto que él tuvo conmigo, no estoy acostumbrada a que me besen la mano.

Luego de eso él siguió cocinando y Carmen y yo nos fuimos a recorrer la mansión porque según ella tengo que conocerla bien para que no me pierda, y eso la verdad me parece perfecto, así veo como escaparme de aquí.

Ella me dió un tour por toda la casa y vaya que es bastante grande, además en el patio hay un jardín hermoso, además de una piscina bastante grande.

Una vez que Carmen me enseñó toda la casa entramos y nos dirigimos nuevamente hacia la cocina.

—Tamara, puedes comenzar a trabajar en la noche a la hora de la cena— Dijo Carmen con una sonrisa sincera.

—¿De verdad Carmen?, ¿no tendrás problemas por eso?— No quiero que se siga metiendo en problemas por mí culpa.

—No te preocupes, por el momento tu ve y busca uno de los pequeños trapos que hay en el cuarto donde estaba el uniforme que llevas puesto, y luego empieza a despolvar y a limpiar el área del gimnasio, ahí nadie te molestará, además se que duraras bastante tiempo ahí, ya luego cuando termines ven de nuevo aquí niña— Dijo con una media sonrisa y con cara comprensible.

Yo asentí emocionada y me dispuse a darme la vuelta para ir al área que Carmen me dijo, pero no me fui sin antes darle un pequeño abrazo.

—Muchas gracias Carmen— Le dije con una pequeña sonrisa que ella me devolvió.

Luego de eso fui al pequeño cuarto donde Carmen me había llevado a buscar el uniforme anteriormente, una vez allí tome la pequeña toalla y fui al área del gimnasio. Entré y me quedé con la boca abierta, este lugar es grandísimo. Cuando Carmen me llevo a dar el recorrido me enseñó cuál era la puerta de esta área, más, sin embargo, no entramos, por lo que no pude ver cuan grande era el lugar.

Di un fuerte suspiro y me quedé mirando el lugar, la verdad prefiero estar aquí donde no hay nadie, que estar allá fuera dónde solo hay personas que me detestan.

Cómo Carmen dijo estuve aquí dentro por mucho tiempo, a duras penas termine todo, creo que ya deben de ser como las 7 de la noche. Este lugar me costó mucho trabajo, nunca en mi vida había estado tan cansada como ahora, y es que no es para menos, llevo aquí como unas 7 horas limpiando cada máquina y cada pesa que hay, además de que limpie todo el piso de este lugar y contando que nunca había hecho nada como esto son pocas horas.

En fin, tomé el trapo y me lo puse en el hombro para luego agarrar el balde que tenía adentro el trapeador con el cual trapie todo el lugar. Caminé hasta el pequeño armario y ahí puse todo.

Una vez hecho eso salí del lugar y me dirigí a la cocina bastante cansada y sudada, y al llegar solo estaba Carmen.

—Estoy muerta Carmen, si hubiera sabido que me tomaría tanto, créeme que lo habría pensado antes de ir— Dije sentándome de lleno en una de las sillas del comedor de la cocina.

—Sé que te ibas a tardar mucho, por eso te mandé ahí, porque se que no querías encontrarte con nadie— Dijo soltando una pequeña risita y yo no pude evitar hacer lo mismo.

—Tienes razón, además no fue tan malo, por unas horas me hizo olvidar en el lugar en el que me encontraba, así que gracias— Le dije con una pequeña sonrisa y ella me la devolvió, aunque en ese momento el hambre que sentía hizo su aparición, ya que mi estómago gruño fuerte.

—Sé que ibas a llegar con hambre, así que te prepare dos omelette para que retengas el hambre hasta que los señores de esta casa terminen su cena, se que está mañana también comiste lo mismo, pero solo es hasta el momento— Dijo mientras me pasaba el plato, los cuales contenían los dos omelette.

—Con esto está bien— Le dí una sonrisa y empecé a comer.

No le preste mucha atención a lo que dijo sobre los disque "señores", no quiero indagar sobre eso ahora, en este momento solo quiero comer.

Terminé de comer y lave el plato, luego me fui al cuarto que me dieron y me lave la cara para estar fresca. Cuando termine de hacer eso volví a la cocina donde encontré a Elisa y a Bartolo, quien estaba cocinando, lo que significa que dentro de un rato tenemos que ir a poner los platos en la mesa.

Ni bien paso media hora cuando Bartolo ya estaba terminando de cocinar, por lo que tome la mitad de los platos y Elisa hizo lo mismo y nos dirigimos hacia el comedor, pero antes de entrar Elisa me paró.

—Tú ponle los platos a las gemelas y al chico castaño, yo me encargo del señor de la casa y de su amigo— Dijo con una sonrisa bastante coqueta, y yo solo asentí mientras al mismo tiempo me encogía de hombros.

Entramos al comedor y estaban todos ahí, rápidamente todos voltearon a mirarnos y noté que todas las miradas estaban puestas en mí.

Respiré profundo y caminé hacia el lugar de las dos gemelas y el chico, primero le puse el plato y los cubiertos a una de ellas, y ya se quién es, esta es la tal Lua, una de las que más me detesta en esta casa, es fácil diferenciarlas porque está me mira con odio puro en sus ojos mientras que la otra se ve normal, como si no le importará en lo absoluto.

—A caso nunca te enseñaron cómo poner los cubiertos en el orden correcto, no puedo creer que tu papi y tu mami no te hayan enseñado eso— Dijo burlona mientras arreglaba los cubiertos cómo van.

—Lo siento— Dije entre dientes tragándome el enojo que estaba sintiendo.

—¿Lo siento que?— Preguntó con una sonrisa, juro que si pudiera estrangularla lo haría.

—Lo siento s-señorita— Contesté nuevamente entre dientes, estoy pisoteando mi orgullo por una chica maleducada y eso me irrita.

—Está bien, puedes seguir poniendo los platos sirvientucha de cuarta— Dijo con una sonrisa triunfante, y créanme que ganas no me faltan para arrancarle todos los pelos de la cabeza a esta maleducada.

Seguí poniendo los platos, pero esta vez puse los cubiertos cómo lo hizo la chica maleducada. Si sabía cómo poner los cubiertos en orden, por supuesto que sí, pero es solo que los cables se me traviaron y lo nerviosa que estoy por estar delante de todas estas personas que solo quieren ver a mi familia destruida no es para nada bueno. Si mi familia supiera cuanto los extraño a todos.

Una vez que termine de poner los platos me dirigí nuevamente a la cocina a buscar la comida y Elisa hizo lo mismo, por cierto, una cosa que no pude pasar desapercibido fue que Elisa no dejaba de coquetearle a Kilian y a su amigo quien no había visto antes, ellos no le prestaban ni la más mínima atención, pero de todos modos no entiendo cómo a ella le puede gustar un hombre tan cruel y sin la más mínima piedad.

Agarré la comida y volví al comedor dónde puse todo arriba de la mesa, estaba por irme nuevamente cuando Elisa me agarró discretamente por el brazo de mala manera y yo la miré enojada.

—¿A caso estás loca?, no te puedes ir, tenemos que quedarnos aquí hasta que ellos terminen de comer— Me susurro con enojo.

¿En serio nos quedaremos de pie hasta que a ellos les dé la gana de terminar de comer?... Esto será difícil.

Elisa y yo nos quedamos ahí paradas como dos estatuas sin decir absolutamente nada por si a los "señoritos/as" se les ofrecía algo.

Mis pies ya empezaban a doler, no entiendo cómo pueden estar paradas todo el tiempo con estos tacones.

—Oye hermano Dante, ¿como está la chica de la que me habías hablado la vez pasada?— (Dijo Lua con cierta maldad).

Por alguna extraña razón me llamo la atención lo que la chica malcriada dijo, no se porque pero así fue.

El chico que ahora sé que se llama Dante de repente me miró, cosa que me puso aún más sobre alerta.

—Ella está bien Lua— Dijo un tanto incómodo.

—¿Cómo era que se llamaba?... Oh cierto se llamaba...— Dijo con una sonrisa, pero de repente el chico llamado Dante la calló.

—Lua es mejor que mantengas la boca cerrada— Dijo Dante con rabia, pero esto a la chica no pareció importarle porque solo le dió una sonrisa llena de maldad.

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Claudia Feliz Ninguno
carola q paso te olvidastes de tus lectores...
Claudia Feliz Ninguno
carola nos tecomiendas y a la finales es inconcluso la novela q mal
MarosiBa MarosiBa
autora reaparece que es inaudito que dejen a los lectores sin un final
Claudia Feliz Ninguno
carola es en serio q no hay mas capitulos ????
Claudia Feliz Ninguno
carola mandanos ps unos capitulos
Claudia Feliz Ninguno
carola nos enamorastes y nos dejastes sin desenlace o final...pero muy buena felicidades
Rocio Gil
EPA escritora que paso que nos dejaste entendiendo, por fa actualiza
Alejandra Navia Almarales
Exelente
Alejandra Navia Almarales
Muy malo
Luz Daira Rodrigez
deponen a escribir para no terminar las no vela me párese una falta de respeto
Maria T Polo Marquez
más capitulos x favor está interesante está historia espero q Killian no esté muerto
Maria T Polo Marquez
hay autora ya está BN tanta krama pobre Nina e ese estúpido q hasta con su propio hijo dice q es un bastardo si fue el q violo y le hecho su esperma a esa niña inocente estúpido ese como q sus padres no le dieron amor y ejemplo
Maria T Polo Marquez
hay ya me canso tanta krama para esa niña
pobre todos las tratan feo menos mujeres
Maria T Polo Marquez
es un patán y loco jajaja
Maria T Polo Marquez
yo creo q esa pobre niña ya a sufrido mucho no creen q rsjora de q ella escape o le cambié algo la vida más capitulos x favor está interesante
Maria T Polo Marquez
yo creo q ella es adoptada y sufrió desde niña y ahora con este hombre q quiere venganza carajo
Maria T Polo Marquez
ojalá no maltrate a la muchacha no tiene culpa lo q hizo su padre
Teresa Gámez
mi querida escritora será que nos quedamos sin ver el final de esta linda historia nos quedamos con la incógnita que pasará con los personajes 😔😔😔
Karina Bermudez
Excelente
Rocio Gil
cuando será que v autora va a publicar /Sob//Sob//Sob/
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