Lágrimas De Cristal

Fueron unos meses extraordinarios, quizás los mejores para Anya, ya que estaba por culminar el año, y por fin había llegado navidad, su temporada favorita, Bastian la visitaba los fines de semana, aunque a veces no iba y ella se había acostumbrado a vivir sola, como le habían dado vacaciones por navidad se quedaba en casa, en sus tiempos libres pintaba por lo que estaba por terminar una pintura de Bastian, le salió del corazón ella sentía cariño y agradecimiento por él, por la buena y generosa persona que era, por esa razón ese sería su regalo de navidad.

Anya se encontraba pintando cuando Bastian tocó el timbre, aunque era su apartamento él le había entregado las llaves por lo que tenía que tocar, Anya supo que era él y tapó la pintura y luego fue a abrir.

— ¡Hola! ¿Pensé que no te vería de nuevo?

— ¿Por qué dices eso?

— porque no habías venido en tres semanas, dice Anya saludando a Bastian para luego ir a la sala él la siguió y supo que estaba pintando al verla manchada de pintura.

— ¿qué estás pintando?, ¿puedo ver? Dice Bastian casi a punto de quitar la sábana con la que lo cubrió, Anya se acercó y le tomó la mano, el gesto hizo que él sintiera curiosidad por saber que pintaba.

— no, no puedes verlo, todavía no lo he terminado.

— ¿y qué tiene de malo en que lo mire?

— porque ya te lo dije, no lo he terminado, ¡por favor! Exclamó Anya soltándole la mano, a lo que Bastian respondió en tono de burla.

— claro, ¿seguro es tan mala que no quieres que la vea, verdad?

— ¿te estás burlando de mi pintura que ni siquiera has visto aún?

— no, no me estoy burlando, ¿si no es mala entonces por qué no me la enseñas?

— te dije que no, y ya que estás aquí, ¿me puedes ayudar en algo que voy a hacer?

— ¿qué quieres hacer?

— ven, te lo mostraré, hoy haremos galletas de jengibre y canela para los niños del orfanato, se las prometí y tú me vas a ayudar a hacerlas.

— está bien, tengo tres horas libres, así que aprovéchalas, nunca en mi vida he horneado galletas, ¿tú si sabes lo que haces?

— por supuesto que sí, hay muchas cosas que aún no conoces de mí.

Anya había aprendido a confiar en Bastian, pues era la única persona con la que podía hablar con confianza, pero también él era el único que le daba consejos y él que la cuidaba como nunca nadie lo había hecho antes, Bastian por su parte se sentía cómodo con ella, Anya era todo lo opuesto a él, ella veía la vida de otra manera a como él, ella siempre estaba feliz y sonreía sin importar los problemas y las aflicciones, también se convirtió en lo más primordial para él, sin importar dónde, o que estuviera haciendo, si ella lo necesitaba él estaba ahí para ella.

Ese día después de hornear las galletas las envolvieron en pequeñas cajas de regalo que ella misma había personalizado.

Anya hablaba todos los días con su amiga Alice, fue a la única que Anya contactó y la que sabía el trato que tenía con Bastian, pero Alice le había hecho una pregunta que no dejaba la mente de Anya tranquila, pues ella tenía curiosidad por saberla, así que le preguntó a Bastian debido a que la pregunta se trataba de él.

Anya se acercó a Bastian quien se encontraba en la terraza y también le llevó algunas galletas.

— las traje para que las pruebes, no lo has hecho, dime si están buenas.

— seguro lo están, pero sabes que no me gustan los dulces, y vaya que si deben de estar dulces, porque vi cuánta azúcar le agregaste.

— ¿por qué eres así? Pruébalas, además, no digas que están súper dulces, porque agregué la cantidad que dice la receta.

— solo probaré una. Responde Bastian cogiendo una galleta para luego saborearla

Mientras Anya soltaba las siguientes palabras.

— ¿puedo hacerte una pregunta?

— si, ¿dime qué quieres saber?

— en todo este tiempo no lo había preguntado y no sé por qué, ¿tienes novia?

— ahora la pregunta te la hago yo a ti, ¿crees que si tuviera novia habría un trato contigo?

— no, tienes razón, no tendría sentido, ¿pero si has tenido novia? ¿Me refiero a que si has tenido una relación seria?

— la única relación seria que he tenido y tengo es en los negocios, nada más, ¿creí que solo era una sola pregunta?

— ¡perdón!, son varias preguntas, por ejemplo, ¿te molestaría si me gusta alguien?

— ¿no, por qué me molestaría?, tú eres libre de hacer lo que desees, solo tienes que tener cuidado. Respondió Bastian con un semblante que no denotaba emoción alguna, dejando oculta su verdadera emoción y era que, si le molestaba porque estaba perdidamente enamorado de ella.

— solo lo decía porque, no sé, ¿quizás eso iría en contra del acuerdo que tenemos?

— no, como te lo dije, solo tienes que tener cuidado de que mi familia lo sepa, ¿por qué preguntas?, ¿te gusta alguien, o tienes novio?

— no, ninguna de las dos, solo quería saber, yo jamás te haría eso, no te traicionaría. Al pronunciar las palabras, Bastian sintió alivio en su corazón y Anya sin darse cuenta se sentía atraída por él, por lo que analizó las palabras que había dicho.

— discúlpame si me expresé mal, lo que quise decir es que, yo jamás traicionaría la confianza que me has dado, sé que si eso llegara a pasar podría perjudicarte, lo digo por si llegara a oídos de tu familia, claro si ese fuera el caso, y yo tampoco quiero verme mal ante ellos.

— Anya quiero que me prometas, que si algo así llegara a pasar tú me lo informarás, tú no puedes sacrificar tu felicidad y bienestar por mí ni por nadie.

Bastian pronunció las palabras con seguridad y seriedad, porque lo que más deseaba era verla feliz toda la vida,

— está bien, lo prometo. Recalcó Anya levantando su mano derecha y sonriendo.

— tú también harás lo mismo, no te sentirás mal por mí, cuando ya no me necesites me lo informarás.

— está bien.

Responde Bastian haciendo el mismo gesto que ella, se quedaron en silencio por unos segundos, hasta que Anya de nuevo con una pregunta rompió el silencio.

— ¿oye y de verdad no te piensas casar nunca?

— no sé cómo responder esa pregunta.

— es muy fácil, mira te pondré un ejemplo, que pasaría si conocieras a esa persona que con tan solo a la primera mirada te guste por completo, que a las primeras palabras sientas mariposas en el estómago, que después de horas de charlas sepas que no quieres dejarla ir, y que te gustaría pasar el resto de tu vida con ella, eso es amor a primera vista.

— esos amores no existen, debes dejar de leer tantas historias de amor, lo que estás describiendo solo pasa en los libros, no son reales, son solo cuentos de hadas.

— pues, yo sí creo en los cuentos de hadas y en las historias románticas, y creo en el amor a primera vista.

— ¿entonces dime, tú te has enamorado a primera vista?

— no, no me ha pasado aún, pero eso no quiere decir que no vaya a pasar.

— te diré por qué no pasará, porque eso es algo que tú quieres creer, o porque tus amigas te lo han dicho, de lo que te hablan tus amigas se llama, romance adolescente que piensan que mientras hay amor todo será perfecto.

Anya se quedó de nuevo callada pensando en lo que Bastian había dicho, él quiso de inmediato cambiar el tema hablado de otra cosa.

— ¡ah! Casi olvido lo que vine a pedirte.

— ¿qué quieres?

— necesito que me acompañes este sábado a un evento que tendré.

—esta bien, ¿ pero que evento? ¿donde será?

— es la inauguración del restaurante de un amigo, necesito una acompañante y quién mejor que tú, si quieres.

— está bien, Claro que sí.

— otra cosa, ¿qué quieres de regalo para Navidad?

Anya quedó sorprendida por la pregunta, debido a que hacía mucho que no la oía.

— la última vez que oí esa pregunta mis padres estaban conmigo y fueron ellos los que me la hicieron.

— lo siento, por recordártelo.

— no, no pasa nada me gusta hacerlo, pues, que te puedo decir, ya me has dado mucho y no necesito nada más.