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BELLE MI AMOR DE LA INFANCIA

BELLE MI AMOR DE LA INFANCIA

Status: En proceso
Genre:Malentendidos / Traiciones y engaños / Reencuentro
Popularitas:37.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Adriánex Avila

Una amor cultivado desde la adolescencia. Separados por malentendidos y prejuicios. Madres y padres sobreprotectores que ven crecer a sus hijos y formar su hogar.

NovelToon tiene autorización de Adriánex Avila para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

Cap. 11 Terremoto de mi vida

En la calma solemne del estudio, Belle se sentó frente a su padre. Alexander respiraba hondo, tratando de mantener una cordura que sentía resquebrajarse.

—Hija —comenzó, eligiendo las palabras con un cuidado que delataba su amor—, entiendo que ya eres una mujer adulta. Es tu vida, y debes seguir lo que dicte tu corazón. Pero lo que no acepto es este... tira y afloja con Diego. Que estén juntos, luego separados, y de repente... aparecen acostados, sin ningún protocolo, sin nada que demuestre que esto es en serio.

Hizo una pausa, viendo cómo sus palabras hacían mella en ella.

—Sé que tu corazón siempre ha estado con él, y sé que ese mocoso intrigante también te quiere. Pero, ¡por Dios!, ¿no podía enamorarte de forma normal y natural? ¿Tenían que hacer todo este desastre?

Belle no pudo contener unas lágrimas silenciosas que rodaron por sus mejillas. Alexander suspiró, su furia, cediendo ante el dolor de su hija.

—Diego, no me parece un mal muchacho —admitió, a regañadientes.

—Siempre me desagradó que estuviera detrás de ti, aunque al principio ni él mismo entendía lo que sentía. Pero yo sí podía ver las señales. Estoy dispuesto a ceder... pero quiero que las cosas se hagan bien. Nada de tonterías. Esas se acabaron. Lo que pasó entre ustedes en el pasado debió quedar claro antes de que él se fuera. Lo arreglaron todo mal. Ahora tienen que enmendarlo.

—Sí, papá, lo entiendo —susurró Belle, limpiándose las lágrimas.

—Y sé que también es mi culpa. Malinterpreté muchas cosas y no las aclaré. Diego también tuvo la culpa por no enfrentar la verdad a tiempo y actuar como si nada hubiera pasado entre nosotros. Pero ya hemos hablado. Él vendrá a hablar contigo. Todo debe quedar claro.

Alexander asintió lentamente. Al verla allí, asumiendo su parte de responsabilidad, supo que su hija había crecido de verdad. Era hora de dejarla volar. Pero no sin antes ajustar cuentas con el "mencionado". Algunas tradiciones, como la de darle un sermón al novio de tu hija, simplemente no se podían omitir.

Belle se acurrucó contra su padre, hundiendo la cabeza en su hombro con una devoción absoluta. Ese hombre no era solo su papá; era su héroe.

La historia de Alexander Ferrer no era un secreto. Tras la trágica muerte de su hermana, él, con apenas veintidós años y siendo el hermano menor, no lo dudó. Se hizo cargo de sus dos sobrinas, Belle y Samira, dos niñas pequeñas y asustadas que de pronto se habían quedado sin madre y sin más familia en el mundo.

De la noche a la mañana, este joven mecánico cambió las llaves inglesas por biberones, y las noches con amigos por cuentos antes de dormir. Se convirtió en un padre devoto, un faro de estabilidad en el caos de su mundo infantil.

Y luego, como un milagro, llegó Bernarda. Alexander no les consiguió simplemente una madrastra. Les trajo a casa una segunda madre. Una mujer cuya belleza era solo el reflejo exterior de una fuerza y una bondad infinitas. Ella no vino a llenar un vacío, sino a expandir el hogar, duplicando el amor y la protección con una naturalidad pasmosa.

Por eso, mientras Belle se abrazaba a él, sabía que no podía juzgarlo por ser precavido, por querer erguir murallas a su alrededor. Esas murallas no estaban hechas de control, sino de los ladrillos de cada sacrificio que él había hecho por ellas. Eso jamás se lo podría reprochar.

Mientras el drama principal se desarrollaba en el estudio, en la intimidad de la habitación, Bernarda tenía su propia batalla que librar: la del futuro de su "terremoto". Con la paciencia de una artesana, le hacía trenzas en el cabello a Samira.

—Terremoto de mi vida —comenzó, su voz era suave, pero con el filo de la realidad—, tu año sabático ha terminado. Es hora de que escojas una carrera o un trabajo. Mi herencia la tendrás cuando me muera, y no pienso hacerlo pronto, así que debes aprender a mantenerte sola. O te morirás de hambre mucho antes de ver un centavo.

Samira se mordió el labio. Sabía que su madre tenía razón.

—Lo sé, mami... Ese dinero es tuyo y de papá. Ustedes lo ganaron con esfuerzo; nosotras solo somos las afortunadas. Te prometo que me decido pronto. Es que... estoy indecisa —hizo una pausa, buscando las palabras.

—Me gustan los deportes. Quería estudiar para ser profesora de educación física, luego entrenadora... Pero también me fascina el diseño de moda, sobre todo la línea deportiva teen. ¿Tú qué dices?

Sabía que la opinión de su madre, un tiburón de los negocios, era oro puro. Bernarda terminó de colocar las ligas en las refinadas trenzas antes de responder.

—Mi amor, ambas opciones van con tu personalidad, con tu esencia. Tú eres quien debe cargar con la decisión final —dijo, con una sabiduría que solo la experiencia da.

—Pero si pides un consejo práctico, te diré: tu carácter como entrenadora será un problema constante. En la moda, en cambio, tienes más recursos y nuestros contactos en ese rubro son vastos. De forma práctica, veo muchas más ventajas en el diseño que en el entrenamiento.

Una chispa de revelación iluminó el rostro de Samira. ¡Era verdad! No lo había visto así. En el diseño tendría el camino allanado, podría enfocarse en crear sin el estrés de abrirse paso en un mercado desconocido. La puerta ya estaba abierta.

—Sí, mami, tienes razón. Me agrada, creo que me voy por ese lado... —dijo, y luego, con un puchero mimoso, añadió.

—¿Sabes que te amo, verdad?

Bernarda sonrió, un gesto lleno de un amor profundo y sereno.

—Claro que sí, mi vida. Yo también te amo mucho —se puso de pie.

—Y ahora, vamos a cenar. Ya está todo listo, y el pequeño emperador Leyton ha decretado que tenemos horarios precisos para "alimentarlo". Una semana más con este tema y le va a llegar la paliza de su vida, a ver si se le pasa.

Samira saltó de la cama, sonriendo de oreja a oreja.

—¡Si lo vas a castigar, me avisas! No quiero perderme el espectáculo —gritó, corriendo detrás de su madre, quien, en un acto de supremo autocontrol, decidió que ese era el momento perfecto para ignorar por completo a Samira y su sed de sangre.

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Marleys Sofia Cervantes
🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣🤣
Milcaris
Veamos que vas hacer ahora Kendall porque estoy segura que esto no lo esperabas..
Milcaris
Si te llegó a pasar un pensamiento fugaz con esa chica de una vez olvídalo.
Milcaris
Al malo y tramposo siempre le llega la hora de la caída.
Milcaris
Porque hay víboras haciendo de las suyas y tú inocente.
Milcaris
Cuando algo es para ti no importa si te quitas, el destino siempre hará de las suyas para que llegue nuevamente a ti.
Maria Mongelos
Esta víbora se enredó sólita, vamos a ver como hace para desenroscarse, Bella tiene una buena maestra
Maria Mongelos
Esta víbora se enredó sólita, vamos a ver como hace para desenroscarse, Bella tiene una buena maestra
Maria Mongelos
Jaime deberias de vigilar muy de cerca a la serpiente de Kendall
Maria Mongelos
Kendall es una víbora, su caída va a ser estrepitosa
Maria Mongelos
Querida Adri, esta muy linda la historia🫶
Maria Mongelos
El orgullo los va a separar y Kendall va aprovechar esto
Maria Mongelos
Kendall, no sabes con quien te metiste, ella es la hija de Bernarda, no cualquier pasante
Maria Mongelos
Gabriela y Kendall, va por Diego o por lo que tiene? Estas dos arpías espero reciban su merecido
MARCE MIRANDA
ja ja ja ya me callo muy bien Mia. definitivamente seria mi amiga
Elvira Fretes
que momento tan intenso en el ascensor ❤️, Belle tiene un arma secreta y es su madre Bernarda 😂😂, Gracias bella Adrianex por los capítulos ❤️
Elvira Fretes
jajajaj Rodrigo no cambia, jajajja,
Elvira Fretes
el comienzo de la guerra, Kendall es una envidiosa malvada, espero Belle este a modo resguardo como dice
Elvira Fretes
que reencuentro tuvieron, pero por suerte todo terminó excelente, cuando hay amor verdadero, no hay barreras, gracias bella Adrianex ❤️
Elvira Fretes
Kendall te salió mal la jugada, el orgullo a veces no es buena consejera
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