La Niñera De Niños Del Ceo

¿Qué demonios se cree esa niñera infernal para hablarme así? Nadie nunca me ha hablado así y nadie lo hará, salgo de la oficina y subo a mi habitación enfurecido, entro y tiro mi maleta encima de la cama mientras me quito la corbata. En ese momento, un tornado de 1,60 metros entra en mi habitación.

Lincoln: ¿Quién te crees que eres para entrar así a mi habitación?

Julia: El señor ya me despidió, ¿qué crees que tengo que perder?

Lincoln: Lárgate, no voy a tener relaciones contigo, enana de Blancanieves - digo y enseguida siento un ardor en mi rostro.

Julia: En ningún momento te he faltado al respeto, pero esto es demasiado, no aceptaré ser insultada por ti.

Lincoln: ¿Quién te crees que eres para golpearme así? - digo mientras sostengo sus brazos y la miro, ella inclina su rostro mirándome furiosa, sus ojos arden como fuego.

Julia: Julia Mendes, y soy lo que ni tú ni tu esposa son para los niños que trajiste al mundo. Mientras ustedes están por ahí, uno de ustedes durmiendo con cualquier persona que se les cruce, incluso niñeras que maltrataron a sus hijos, y la otra gastando en compras olvidando que hay dos niños en casa que necesitan cariño y amor. Estos niños son tan necesitados que en cinco días ya están apegados a mí, porque claramente en cinco días les di lo que ustedes no les dan, cariño y amor.

Lincoln: Cualquiera haría eso por dinero.

Julia: No señor, hago esto por amor. El dinero es solo una bonificación por tener que soportarte - dice, yo me enfurezco y paso mi corbata alrededor de su cintura y la aprieto contra mí.

Lincoln: Repite, María Julia - digo inclinándome y poniendo mi nariz cerca de la suya, ella no tiembla, solo su respiración cambia, pero me mira furiosa de ira.

Julia: Es Julia, pero para ti es señorita Julia Mendes. Y si crees que este barato encanto va a hacerme suspirar, estás muy equivocado. Me gustan los hombres, ¿sabes lo que significa eso? Hombres que asumen sus responsabilidades, que cuidan de lo que es suyo, que participan en la vida de sus hijos, que aman y educan. No cualquiera que tenga hijos, contrate a una niñera y publique fotos en redes sociales diciendo que ama cuando en realidad los ve una vez al mes, eso solo te convierte en un donante de esperma.

Lincoln: Voy a mandar a arrestarte, María Julia - digo. Ella me mira aún más furiosa y yo me encuentro deseando a este tornado de medio metro, ¿cómo es posible, no debería odiarla? Sí, eso es lo que hago, vete ahora.

Julia: Me voy, pero si me entero de que dejas que alguien maltrate a esos niños de nuevo, te denunciaré a ti y a tu esposa, e incluso secuestraré a esos niños para mí.

Lincoln: ¿Es una amenaza? - pregunté sintiendo su aliento y el olor a menta de su boca inhibiendo cualquier enfado que podría sentir.

Julia: Interprétalo como quieras, señor, un hecho, una amenaza, una promesa. Ahora suéltame.

Lincoln: Vete directo a la salida y recoge tus cosas otro día, depositaré el dinero por los cinco días en la cuenta que nos proporcionaste - digo soltándola, ella se aleja un poco.

Julia: Está bien, solo me despediré de los niños.

Lincoln: Dije directo a la salida, o llamaré a la policía y perderás tu visa de estudiante, por cierto, te hago un favor al recordartelo, ya que no estudias, ¿cómo tienes una visa de estudiante?

Julia: Vete al carajo - dice, después de darme otra bofetada, esta vez me deja furioso pero no impide que mis ojos miren el balanceo de su trasero antes de que pase por la puerta de la habitación.

Lincoln: Esta María Julia me lo pagará, nunca más volverá a entrar en esta maldita casa.

Me quito la ropa furioso y voy a mi baño a ducharme y esperar a Soraya. Paso al menos media hora en la ducha, cuando salgo me pongo un calzoncillo blanco, un pantalón y una sudadera de felpa, pienso en la loca que mi secretaria, Megan, me recomendó como niñera.

No pasa mucho tiempo hasta que Soraya llega, y mi ropa rápidamente sale de mi cuerpo mientras pienso en por qué me la puse, Soraya no pierde tiempo en atacar mi boca y quitarme la ropa, hago lo mismo con la suya.

Voy a desquitarme de la rabia que tengo con esa niña de medio metro con Soraya, chica audaz, si piensa que puede hablarme de esa manera está muy equivocada.

Soraya - ¿Qué te pasa, pareces distante hoy? - dice cuando no me emociono mucho con su sexo oral.

Lincoln - Muchos problemas, Soraya - digo mientras la levanto - Ahora ponte a cuatro patas. - Le pido y ella lo hace, pero cuando voy a ponerme el condón, Soraya me detiene.

Soraya: Ya te dije, no necesitas ponerte condón, tomo pastillas anticonceptivas - dice, pero yo lo ignoro.

Lincoln - Nunca lo haría sin condón, Soraya - me coloco el preservativo y entro en ella. Nos quedamos así al menos tres horas. Después de eyacular al menos tres veces, me ducho. Justo cuando salgo del armario con pantalones de chándal, Soraya está acostada en mi cama y oigo unos golpecitos en la puerta. Me parece extraño, cojo mi teléfono y veo la hora, son las nueve de la noche, y me dirijo hacia la puerta.

Abro la puerta y me encuentro con los ojos de Liana enrojecidos, probablemente ha estado llorando y haciendo berrinche.

Lincoln - ¿Qué pasa, Liana? ¿No deberías estar durmiendo? - pregunto mientras la miro, ella no me mira, solo llora suavemente.

Liana: E-e-e-estábamos jugando con la tía Julia, pero ella no volvió - dice llorando y yo revuelvo los ojos-. E-e-e-estábamos cansados y teníamos hambre, así que fuimos a buscarla y no estaba en su habitación.

Lincoln - ¿Y qué tiene que ver eso conmigo, Liana? ¿Por qué no llamaron a Dora para daros de comer?

Liana - Se fue más temprano - Liana dice y recuerdo que Dora había quedado en salir temprano hoy, así que estoy solo con los niños y tienen hambre, culpa de esa malvada niñera de medio metro.

Lincoln: ¿Dónde está Liam? - pregunto y ella vuelve a llorar y comienzo a sospechar de su actitud.

Liana: Se fue al jardín a buscar a la tía Julia, le gusta estar allí.

Lincoln: No está ahí, Liana - digo mientras me pongo una sudadera por el frío.

Soraya: ¿Qué está pasando, Lincoln? Vuelve a la cama.

Lincoln: Voy a resolver algo, Soraya - digo guardando el teléfono en el bolsillo.

Soraya: No tardes, la cama está fría sin ti - dice haciéndome revolcar los ojos.

Liana: Él se fue hace tiempo, quiero a mi hermano - dice y me tomo un momento para entender su actitud.

Lincoln: Vamos a buscarlo.

Le digo que tome mi mano y vamos lloriqueando por las escaleras y justo cuando abro la puerta me doy cuenta de que está lloviendo mucho, ¿pero cómo puede estar Liam afuera bajo la lluvia? No puede ser.

Lincoln: Liam - grito desde la puerta y no escucho nada, espero que ese mocoso haya cogido un paraguas - Liam.

Liana: ¿Dónde está mi hermano? - comienza a llorar y me agacho frente a ella.

Lincoln: Voy a ver dónde está, no te muevas - digo y me levanto saliendo de la casa, no tengo que ir muy lejos cuando veo a Liam caído en el suelo, mi corazón se acelera, mi garganta se seca, por Dios, no puedo ser tan negligente con mis hijos.

Lo llamo y tiembla de frío, parece inconsciente. Lo cargo en brazos y lo saco de la lluvia, entramos en la casa y Liana se desespera al ver a su hermano, paso de largo y nos dirigimos a mi coche.

Liana: ¿Mi hermano murió? - pregunta llorando mucho, mi corazón parece que se detuvo en ese momento, sí, se detuvo especialmente cuando ella pregunta eso.

Lincoln: Tu hermano va a estar bien, Liana - digo más para mí mismo, tengo la conciencia pesada, mi corazón parece apretado, parado, inquieto, ¿cómo pude ser tan negligente con dos niños? Llevan horas sin comer, deberían estar alimentados y durmiendo. ¿Cuánto tiempo ha estado Liam bajo la lluvia? Maldita niñera, si no se hubiera entrometido, esto no habría pasado.