Mafia Posesiva

Kevin acercó su rostro al de Bella. Ella entró en pánico cuando él se le acercó de repente, la sujetó por la mandíbula y le dio un beso en los labios. Bella estaba completamente sorprendida, sobre todo porque había sido un beso robado.

Al escuchar que llamaban a la puerta, Kevin se apartó de Bella y fue a abrir la puerta. Después volvió a entrar con una bolsa de papel. Sacó un conjunto de ropa deportiva de la bolsa y se lo dio a Bella. Kevin le había enviado un mensaje a su asistente para que le trajera un conjunto de deporte para mujer de talla grande.

— Cámbiate —dijo Kevin con suavidad. Era extraño ver a Kevin William Smirk hablando con tanta dulzura.

— No —respondió Bella.

Con el pecho henchido de orgullo, Kevin se acercó a Bella con la mirada penetrante.

— Cámbiate rápido —dijo en un tono muy frío al oído derecho de Bella.

Bella empujó a Kevin para apartarlo y cogió la bolsa de papel a la fuerza con el uniforme de deporte que Kevin le había dado.

— ¿Dónde está el baño? —preguntó Bella con desgana.

Kevin le indicó dónde estaba el baño. Ella se fue dando pisotones, cada vez más molesta. Kevin esperó a Bella sentado en el sofá. Al poco rato, Bella salió con el uniforme puesto y el ceño fruncido.

— No pienso ponerme esto. Es enorme —protestó mientras se acercaba a Kevin.

Era verdad que el uniforme le quedaba dos tallas más grande de lo que necesitaba. De hecho, los pantalones le quedaban tan grandes que tenía que sujetárselos a la cintura con una goma para que no se le cayeran.

Kevin tiró del brazo de Bella hasta que cayó sobre su regazo y quedaron cara a cara. Bella intentó soltarse, pero él la sujetó por la cintura para que no escapara.

— Si no te lo pones, te quedarás aquí conmigo hasta que termine la clase de educación física —respondió Kevin con tranquilidad.

Bella entrecerró los ojos, furiosa.

— ¡Kevin William Smirk! —gritó, golpeándole en el hombro.

Kevin la abrazó con más fuerza.

— Hmm —murmuró con voz ronca cerca de su oído. La distancia entre ellos era cada vez menor.

— Quiero ir a clase de educación física —dijo Bella en voz baja pero audible para Kevin.

— No te hagas un moño —dijo Kevin con suavidad.

— No me gusta. Si me hago una coleta, me molestará para hacer deporte, ¿sabes? —respondió Bella.

Kevin cambió la posición de Bella. En lugar de estar cara a cara, ahora estaba sentada de espaldas a él, todavía en su regazo. Entonces, empezó a desatarle el pelo hasta que cayó en cascada sobre sus hombros.

— Tu pelo huele muy bien. Me gusta —dijo Kevin mientras se lo recogía.

Bella se quedó callada, sin responder. Sentía escalofríos al estar tan cerca de Kevin. Resultó que Kevin le estaba haciendo una coleta alta. Era mejor que un moño, que dejaba al descubierto su largo y blanco cuello.

— ¿Todavía quieres quedarte aquí? —preguntó Kevin al no percibir ningún movimiento por parte de Bella. Había terminado de recogerle el pelo.

Al oír eso, Bella se levantó de golpe y se dirigió a la puerta. Se encontró con que estaba cerrada con llave.

— Ábrela. Seguro que llegamos tarde —dijo Bella.

Kevin se levantó y se acercó a ella. Hurgó en su teléfono y luego agarró el pomo de la puerta.

Cuando la puerta se abrió, salieron corriendo de la habitación y se dirigieron a las pistas de deporte. Kevin siguió a Bella. Bajaron juntos al campo y vieron que todos los alumnos ya habían empezado a hacer deporte. Esa clase tocaba bádminton.

— Bella, ¿de dónde sales? —preguntó el profesor de gimnasia con severidad.

— Estaba conmigo —respondió Kevin con frialdad desde atrás, rodeando a Bella con el brazo sin miramientos.

— De acuerdo. Como todos tienen pareja, jugaréis juntos. Antes, tenéis que calentar —explicó el profesor. Les dio dos raquetas y se marchó.

Empezaron a calentar antes de jugar al bádminton. Lo cierto era que Bella no quería jugar con Kevin, pero se dio cuenta de que había llegado tarde a clase y Agatha ya tenía pareja.

Después de calentar, se colocaron para jugar al bádminton. Los dos jugaban bastante bien.

Después de hacer deporte, los alumnos fueron en masa a la cantina para refrescarse. Agatha y Bella también fueron a la cantina.