Estoy a punto de casarme con un hombre cruel y sin sentimientos y todo por pagar una deuda familiar, mi nombre es Sofía Gómez y el hombre que me compro se llama Adrik Ivanov, su nombre lo define a la perfección, ya que el es un hombre cuya oscuridad y frialdad te abraza con solo una mirada.
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Capitulo XI Claudia Rodríguez
Saliendo del restaurante se encontraron con la mujer de la foto, la tal Claudia Rodríguez.
— Que coincidencia, encontrarte aquí!. — dijo la mujer coqueteando con Adrik.
— Si, que coincidencia, bueno no te quito tu tiempo, amor vamos. — respondió Adrik indiferente.
— Quién es esta mujer?. — pregunto Claudia.
— Ella es mi esposa y ahora sí nos disculpas, tenemos prisa.
Carolina quedó molesta viendo cómo Adrik salía del restaurante tomado de la mano con esa chiquilla insulsa, que le veía Adrik a esa mocosa sin clase.
Al salir del restaurante Adrik cambio de estado de ánimo, ya no volvió a sonreír y el ambiente en el auto se tornó frío.
— Mañana en la noche tenemos una cena en casa de mis padres. Adrik hizo una pausa para luego continuar hablando.
— Después de ir a la universidad, como te dije iremos de compras, necesito que dejes de verte como una niña.
El tono que uso era igual que antes, al parecer el encuentro con esa mujer había cambiado algo en él.
Sofía no le respondió ni una palabra, ella quería evitar discutir con su esposo.
— No vas a preguntar quién es ella?. — dijo casualmente Adrik.
— Imagino que una amiga tuya. — respondió Sofía tranquila.
— Ella es más que una amiga, ella fue mi novia de toda la vida.
Sofía miró atentamente a su esposo, esa confesión si no la esperaba.
— Y por qué terminaste con ella?. — pregunto por curiosidad Sofía.
— Mi familia no estaba de acuerdo con esa relación, para ellos Claudia es solo una oportunista que solo busca mi dinero.
El silencio se volvió a hacer presente en el auto, hasta que Sofía se armó de valor para hacerle una pregunta a su esposo.
— Entonces por eso me odias?.
— De qué hablas?. — pregunto el hombre confundido.
— O sea, seguramente piensas que por mi te alejaste de ella y por eso me odias.
Las palabras de Sofía sonaban con tanta nostalgia que Adrik sintió culpa por la manera tan cruel que ha tratado a Sofía desde que se casaron.
— No es así, yo no te odio, simplemente me molesta que seas tan niña, si al menos tuvieras la edad de tu hermana esto sería distinto.
— Y por qué entonces no te casaste con ella, es decir, con Alina?
— Mi abuelo no lo permitió, nunca entendí el por qué?... y además tú hermana está comprometida con Arturo de las Casas, así que ahí no había nada que hacer.
— Arturo se casará con Alina? —
La cara de decepción de Sofía hizo que Adrik se volviera a molestar, pues este asumió que Sofía sentía algo por el tal Arturo.
— A caso te gusta el tal Arturo?.
— Qué?, ... No, claro que no, Arturo y yo solo éramos amigos.
— Ok, bueno quieres hacer algo más el día de hoy?.
— No quiero quitarte tu tiempo, seguramente tienes mucho trabajo.
— Anoche adelante bastante trabajo, así que no te preocupes por eso, tú pide lo que quieras.
— Está bien, pero después no te quejes.
Sofía le pidió a Adrik que la llevara al acuario, pues tenía mucho sin ir y quería visitar a un amigo, obviamente Adrik se molestó por lo del amigo, pero la curiosidad pudo más y accedió a llevarla.
Al llegar al acuario muchos de los trabajadores del lugar la saludaron, pero Adrik no vio ningún interés del personal masculino hacia ella, después de caminar un buen rato, llegaron al estand de las focas, en este había un muchacho llamado Samir que se encargaba de alimentar a las focas.
— Sofía!, que gusto verte. — dijo Samir dándole un abrazo a la muchacha.
— Samir, disculpa que no hubiera venido antes, tuve algunos asuntos que atender. — respondió Sofía algo nerviosa, y es que Adrik todo lo malinterpretaba.
— Hay alguien que te ha estado esperando desde hace mucho tiempo, creo que él es quien más te ha extrañado.
Esas palabras hicieron que Adrik estuviera a punto de estallar de ira, esta mujer se había dado el lujo de llevarlo a conocer a su amante y además lo había ignorado durante todo el recorrido por este lugar, él se mantuvo al margen, quería ver el nivel de cinismo de su esposa.
— Llévame a verlo, realmente lo he extrañado mucho.
Los dos jóvenes caminaron hacia la orilla de una especie de piscina, al llegar el chico hace un gesto con la mano y una de esas criaturas que cuidaban en ese lugar, se acercó a ellos, los ojos de Sofía se humedecieron al ver a ese animal arrastrándose hacia ella.
— Amigo te extrañé mucho. — dijo Sofía sonriente.
— Él también te extraño, no vuelvas a alejarte por tanto tiempo, sabes que tú fuiste quién lo ayudo a alimentarse cuando era solo un bebé.— explico él tal Samir.
Los dos chicos estaban hablando de la foca cuando una joven de aproximadamente la misma edad de Sofía se acercó a ellos y los saludo con entusiasmo.
— Sofía!, que bueno que hayas regresado, te ves hermosa. — dijo la muchacha.
— Vanesa, amiga te extrañé mucho, tú también te ves muy bien, al parecer este chico cuida de ti.
La tal Vanesa y el tal Samir se dieron un fuerte abrazo, entonces Adrik entendido que esos dos eran pareja y su cara de póker fue cambiada a una más amable.
— Sofía, quien es ese hombre tan guapo que no te quita la vista de encima?. — pregunto Vanesa mirando a Adrik.
— Es una larga historia, solo te puedo decir que él me cambió la vida. — contesto Sofía mirando a Adrik con una sonrisa.
— No me digas que te estás acostando con semejante hombre, ay, amiga!, ya dejaste de ser una niña, estoy orgullosa de ti. — dijo Vanesa con un drama sin igual.
— jajaja nunca vas a cambiar y bueno si me estoy acostando con él, pues es mi esposo.
Los ojos de Vanesa se abrieron como platos al escuchar aquella noticia.
— Te casaste!. El grito de Vanesa resonó por todo el lugar haciendo que Samir volteara a verlas y Adrik sonriera aún más.
— Si, me casé!, espero no te moleste que no te haya invitado todo fue muy rápido. — explico Sofía algo apenada.
— Tienes que contarme todo. — respondió Vanesa.
Cuando Sofía estaba por contestar Adrik se acercó a ellas.
— Princesa es hora de irnos. — dijo Adrik ya al lado de su esposa.
— Amiga te presento a mi esposo, Adrik Ivanov.
Vasesa casi bota los ojos al escuchar el nombre del esposo de su amiga, a ellae había parecido conocido y claro como no, en la ciudad todo el mundo conocía el apellido Ivanov y el poder que estos tenían.