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Maldición Butler

Maldición Butler

Status: Terminada
Genre:Completas / Amor a primera vista / Venganza de la protagonista
Popularitas:1.3k
Nilai: 5
nombre de autor: Francia Laura

Un simple trabajo de investigación universitario destapa un oscuro pasado de la familia Fontainebleau.
Hubo una maldición 200 años atrás en plena revolución industrial, hoy en día ¿cómo limpiará el nombre de la familia, Laurence?
¿Que tan importante es la influencia familiar para proteger a los hijos, según el padre de Laurence? Conozcamos a la familia de Laurence, una familia conocida por ser "demoniaca".

NovelToon tiene autorización de Francia Laura para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

La familia

Los hermanos Fontainebleau están en la habitación de Hugo, un lugar sombrío como su carácter, pero muy limpio y ordenado.

- Bien, mis queridos hermanos. A lo que venimos. – hace una pequeña pausa – Laurence, tengo entendido que has iniciado una relación sentimental con Erick.

- Si – demoró en responder y su tono fue inexpresivo.

- ¿Te has puesto a pensar en lo que podría suceder si descubre que estás maldecida por un Butler?

- No. Que no lo sepa. - fue sincera.

- ¿A qué le tienes miedo? ¿A qué te deje? ¿Nosotros qué, no servimos? Laure no te encariñes mucho con Erick. – la voz era seca - ¿Quedó claro? – levantó la voz.

- Si – respondió con tristeza.

- No te sientas mal. Simplemente nos preocupamos el uno por el otro, somos hermanos. – Julien quiere cambiar el estado de ánimo de su hermana.

- ¡Límpiate la cara! – le entrega un papel tisú en la mano – en cualquier momento mamá subirá para que bajemos a cenar.

Laurence acepta el papel y se limpia las lágrimas que humedecían los ojos. En ese momento, mamá llama a sus hijos para bajen a cenar. Ellos conocen perfectamente a mamá y saben lo precisa que es con el horario y sobre todo cuando es hora de comer.

Los tres hermanos bajan para cenar y ven como sus padres se dan cariños. Laurence se imagina como sería su vida con Erick, Julien se siente obligado a presenciar algo que no le llama la atención, y Hugo siente repulsión, voltea la cara para no presenciar esa horrible escena de amor como dice él.

- ¿Cómo han estado mis engendros el día de hoy? – papá está feliz.

- Avanzando con el juicio. – Se limitó a responder Hugo.

- No te veo bien ¿Hay dificultad en el proceso? – papá muestra interés.

- Hugo está diferente, desde hace unos días, quizás no se dan cuenta, pero yo como madre se perfectamente que mi bebé ha cambiado. - comentó Marianne.

- Yo no soy bebé. – responde con frialdad – El caso es difícil y bastante delicado.

- Ustedes tres se traen algo, son semanas que están raros, hacen muchas reuniones. Y no me digan que no, porque tonta no soy. Y si te digo bebé es por qué lo eres para mí, te parí, saliste de mí - enfatiza la última frase - El día que tengas el tuyo lo entenderás. – la seriedad de mamá puso en alerta a papá.

- ¿Está pasando algo entre ustedes tres? – papá quiere entender y ayudar a sus hijos.

- Papá – comenta Julien – no arruinemos la cena, sí. Tengo hambre y quiero descansar, tuve un cliente que me cabreó el día.

- ¿Te fue mal con el proyecto? – mamá es más rápida que papá.

- Se cree que porque tiene millones se permite de ser estúpidamente exquisito.

- ¿Qué hizo ese cliente? – papá pregunta.

- En la zona donde se realizará la construcción ha hecho cambiar el plano varias veces, porque lo pensó y creyó que así sería mejor, y mientras le explicaban los inconvenientes si se hacían los cambios volvía a cambiar de idea.

- Si tu supieras los malabares que hay que hacer para administrar el país. – comenta Charles – a veces maldigo el día que acepté ser ministro.

Charles quiere intentar ganarse la confianza de sus hijos, pensando que contando sus experiencias de los malos días los motive. En especial por Hugo, quiere ser amigo de su primogénito.

- Hugo, hijo, podemos hablar como amigos. – papá le habla a su hijo mientras le masajea el hombro para relajarlo.

- Tenemos asuntos pendientes. – sentenció Laurence.

- Me gustaría participar con ustedes, somos una familia. Mamá muchas veces se ha sentido sola porque casi nunca le hacen compañía.

Hugo, Julien y Laurence bajan la cabeza, ellos no querían que mamá sufriera por culpa de la familia, pero no pensaron que la soledad afectaba emocionalmente a mamá hasta ese punto. Julien se levantó y fue a abrazar a su madre. Marianne estaba feliz que al menos uno de sus hijos la abrace. Laurence fue la segunda, pero Hugo se resiste, hasta que se puso de pie y se fue a su habitación.

Charles lo siguió de inmediato, tenía que hablar con su hijo como de lugar, Marianne sintió como puñaladas al ver su primer hijo irse a su habitación, sintió tanto dolor que cedió a las lágrimas, abrazando fuertemente a sus hijos menores.

Hugo abre la puerta de su habitación y su padre se apresura para entrar a la habitación. Y mira mal a su padre

- Hijo, por favor, para conversar. – papá habla con tono suplicante.

- ¿De qué quieres hablar? – su tono es frío.

- Para agradecer por todo lo que has hecho por la familia en mi ausencia. – abraza a su hijo – estoy orgulloso de ti.

- De modo que mamá te ha contado todo. – parece indiferente al trato con su padre.

- Eres mi primer engendro, contigo aprendí muchas cosas, tu llegada al mundo ha cambiado mi vida y la de tu mamá. Hemos compartido tantos miedos – sonríe al recordar esa época – alegrías, tus ocurrencias de pequeño sobre todo cuando empezaste a hablar, y mírate, eres todo un abogado hecho y derecho.

- Muchas veces he lamentado ser abogado, pero tenía que dar un ejemplo a mis hermanos.

- A penas tienes veintiséis, y haces muy bien tu trabajo de hermano mayor. - papá lo encomia.

- Los últimos dos años solo Me dan los cargos más complicados. No es justo, los experimentados se llevan lo fácil, pero si pido ayuda, te mandan a rodar. – le confiesa a su padre.

- Tómalo como un entrenamiento y como una oportunidad de conocer quiénes son en realidad las personas que te rodean. Yo también pasé por lo mismo. Yo te entiendo, yo también fui novato.

- Papá, tengo que resolver unos asuntos con mis hermanos. - quería que su padre saliera de la habitación.

- Eso es lo que más me preocupa, que no confías en tus padres. - captó la indirecta - Eso duele hijo, quizás no lo entiendas ahora, pero cuando tengas familia, lo entenderás mejor y te acordarás de mí.

- Tú eres ministro, paras muy ocupado, por lo tanto, debo asumir la responsabilidad con mis hermanos. – su mirada se fija en el suelo, espera que su padre se vaya de una vez.

- Gracias por la consideración – suspira con pesar – eres todavía muy joven para cargar con la familia, te estás consumiendo. Hijo, cuentéame ¿Qué tantos asuntos tienen ustedes tres?

- Es asunto de los tres. – sentencia Hugo para cortar con la conversación.

- ¿Te puedo ayudar? Quiero aliviarte un poco de la carga emocional. - Charles parece entender algo.

- Estoy bien, no necesito de tu ayuda. Ustedes dos ya han tenido suficiente con la familia.

- Explícame, no te entiendo. - se hace el tonto, ya tiene idea más clara con la última frase - Yo como padre aún tengo obligaciones con ustedes, es más, mi labor como padre culmina con mi muerte. Cuéntame hijo.

- No hace falta. Ya sabemos que Laurence está bajo maldición y que las brujas de las tías tienen que pagar.

- ¡Ah! Es eso. – papá mostró alivio al obtener lo que quería – son tonterías.

- Las tías son tan estúpidas que al parecer las niñas que han nacido en la familia no murieron por enfermedades, sino que fueron asesinadas por sus propias madres por miedo a la maldición. Por eso odian a mamá, porque ella no mató a Laurence.

- No pierdas tiempo y energías por asuntos que no pertenecen a esta casa. Bajemos a comer, mamá y el resto nos esperan.

- Está bien. – habló de mala gana.

Charles besa la cabeza de su hijo.

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