Lágrimas De Cristal

Anya con sus pupilas dilatadas y las mejillas enrojecidas no sabía cómo actuar, mientras que por su lado Bastian, luchaba por frenar sus pensamientos.

La joven solo corrió a la habitación cerrando la puerta con llaves, infinidades de cosas pasaban por su mente, pensaba en que era peor, si haberle correspondido el beso, haberse encerrado o peor aún, no haber besado bien, debido a que fue su primer beso, cosas como esas pasaban por su mente.

Bastian fue al que solía ser un pequeño estudio que estaba al lado de la habitación donde estaba Anya, fue porque allí había una botella de whisky y necesitaba relajarse, así que después de servirlo se lo tomó de un solo trago esperó unos segundos y sirvió el otro repitiendo dos veces la más acción hasta que paró, y se presentó en voz alta.

— ¿qué diablos fue lo que hiciste?, volvió a la sala y Anya también decidió salir, pero bloqueo todo lo que acababa de pasar, ignorando por completo lo que había ocurrido, a él le pareció extraño cuando ella salió y dijo.

— debemos irnos, se hace tarde.

Los dos bajaron y fueron al estacionamiento, no se miraron ni pronunciaron una sola palabra en todo el camino. Aunque no le gustaban los lugares con mucha gente, Anya deseaba que la fiesta durara toda la vida para no tener que regresar a casa, porque sabía que Bastian lo primero que iba a hacer al llegar era hablar de lo ocurrido, y ella no tenía palabras para justificarse.

Ya en el evento no se movía del lugar donde estaba, Bastian la miraba del otro extremo del salón mientras mantenía una conversación con algunas personas, ella ya tenía los nervios controlados hasta que miró a una mujer que se avecinaba hacia ella, se trataba de la misma mujer que vio en la oficina de Bastian, se sintió tan incómoda y a la vez molesta, pero como hemos dicho antes, ella tenía la habilidad de controlar sus emociones, más cuando se encontraba en público.

— ¿así que tú eres la novia de Bastian? Dice la mujer mirando a Anya con un complejo de superioridad.

— ¡Hola!, usted misma respondió la pregunta.

— no te había visto de cerca, eres muy joven, por lo que puedo entender por qué viniste después de lo que pasó en la mañana.

— perdón, no entiendo, ¿puede especificar más sus palabras?

— lo que quise decir es que, eres muy joven para una relación con un hombre como Bastian, míralo, todas las chicas se vuelven locas cuando lo miran, si me permites un consejo, aléjate a tiempo porque él es mucho hombre para ti.

— no, no se lo permito porque usted no es nadie para darme consejos a mí, y tampoco le debe importar el hecho de que yo sea joven o no, y si cree que Bastian es mucho hombre para mí, eso tampoco es de su incumbencia.

— ¡ah! Tienes coraje, solo que eso no es suficiente, las mujeres inteligentes como yo, siempre logramos lo que queremos, y créeme que cuando tengo un propósito no paro hasta conseguirlo, y Bastian es mi propósito ahora, te lo estoy aclarando para que sepas quién es la que ganará la batalla.

Anya sentía que estaba siendo aplastada por esa mujer, y no se iba a dejar así que tomó el valor que le quedaba para responderle.

— que casualidad que tengamos cosas en común, porque yo me creo muy inteligente y también soy objetiva, y cuando se refiere a una batalla, yo no tengo necesidad de pelear por un hombre, por qué si yo quisiera mañana mismo me casaría con Bastian, y perdería la batalla de la que habla.

— te crees mucho porque estás con él, pero eso no te garantiza nada, yo tengo armas a mi favor que tú ni siquiera imaginas, porque yo soy una verdadera mujer, tú solo eres una niña todavía, ahí está la gran diferencia.

— no dudo que las tenga, y vaya que si hay diferencias entre usted y yo, porque las mujeres como usted son para unas cuantas noches, nada más, y las jóvenes como yo somos para todas las noches, todos los días, fechas importantes y eventos como ahora, somos para toda la vida, pueda que sea la amante de Bastian, pero es hasta donde puede llegar, no saldrá de cuatro paredes.

— tú no sabes con quién te estás metiendo.

— usted tampoco, dice Anya mirándola fijamente, Bastian las miró que hablaban por lo que se acercó, porque miraba a Anya incómoda.

— ¿qué está pasando? Exclamó Bastian

— no pasa nada, estaba conociendo a tu novia, ¿cierto Anya?

— Si, nos estábamos conociendo, iré al tocador, ya vuelvo, añadió Anya para salir de la desagradable conversación y poder calmarse.

Anya había crecido siendo tímida, pero al darse cuenta de la maldad y falsedad de las personas, después de lo que su familia le hizo, se prometió así misma, a no permitir insultos ni abusos de nadie.

Al volver no quiso sentarse de nuevo en la misma mesa con la mujer, así que quiso caminar un poco y salió del restaurante, había frío afuera, pero eso no le importaba, cruzó los brazos mientras caminaba por la calle, pensando en que otras cosas tendrían que pasarle, luego de caminar unos metros, miró una galería de arte abierta y decidió entrar, para darse cuenta de que también estaban inaugurando el lugar, al verla entrar un hombre como de unos 30 años, le dio la bienvenida.

— ¡buenas noches! Señorita.

— ¡gracias! ¿Es su galería? Pregunta Anya.

— sí, debería pasar, se está congelando.

Dice el hombre para luego quitarse su chaqueta y ofrecérsela.

— tenga, cúbrase porque está haciendo frío.

— no, como cree, no se preocupe estoy bien.

— bueno, me preocuparé si no la toma, hagamos como si fuera suya, para que esté más tranquila.

— está bien, discúlpeme de nuevo.

— ¿por qué? Pregunta el hombre de mirada observadora.

— por su chaqueta, es que olvidé mi abrigo, gracias, tiene razón, hace mucho frío.

— ya vez, si no lo hubieras aceptado todavía estaría rogando para que lo tomaras.

Anya sonrió apenada, el hombre se presentó con su nombre al igual que Anya, ella caminó por el lugar observando los cuadros que colgaban en la pared, le gustaba porque le hacía olvidar por un momento lo triste que se sentía.