Ésta es la historia de una doctora que conquista sin querer a todos quienes la rodean... hombres, mujeres, niños... Todos la llegan a querer sin medidas, y muchos son los que quieren ir más allá con ella, pero su corazón siempre perteneció a alguien más...
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Furioso/Confesión...
Maximilian...
Voy que estallo de la ira que tengo. ¿Cómo es que se atrevió mi padre a ir y hablar con Priscila sin tan siquiera hablar conmigo? Estuve a punto de chocar 2 veces. Insulté a más de uno... Me estoy cargando un temperamento que mejor dicho... Y no creo que se me pase nunca a menos que mi bebé vuelva a estar conmigo. Pero por los vientos que soplan, este mal genio estará conmigo por un buen tiempo.
Llegué a la casa de mis padres y me bajé como alma que lleva el diablo. Mi auto mal parqueado y mi urgencia por entrar, es mucho más que evidente. Entro buscando a mis padres y están ambos sentados en la zona del té que mi padre puso en una de las alas de la casa...
¡Papá! ¿Por qué? ¿Por qué hiciste eso? Ahora Priscila no quiere saber NADA de mi. ¿Qué fue lo que le dijiste para que tomara esa decisión? ¡Debiste consultarlo conmigo! Pero noooo... El Señor Conde Edwards no podía hacerlo. ¡No soy un niño papá! Soy un hombre ya. Uno enamorado de su mujer, de la única mujer que existe en el mundo. ¡Uno que no va a complacerte más! Así que espero tu explicación, y ojalá y sea una buena, porque de lo contrario te juro que me cambio el estúpido apellido y me largo a algún sitio donde no me logres encontrar y pueda ser feliz.
Pero sucedió algo que no esperaba... Mi santa madre, Haley Edwards se levantó y me gritó ¡No más! ¡No más Maximilian Edwards! ¡Ya deja de comportarte como un niño mimado! Tuvo más madurez Priscila que la que estás teniendo tú. Saca la cabeza de tu trasero y escucha lo que tenemos que decirte. Sinceramente eso fue un choque para mí. Jamás mi madre me había tratado como lo acaba de hacer. Pues los escucho. -Hablé enojado- Comenzaron a explicarme todo lo que habían descubierto. Mi boca se abre cada vez más y más. Y ahora todo mi enojo se convierte en preocupación. Mi bebé está sola en el terreno de ellos... Vamos a hablar con Chad para que le coloquen guardaespaldas.
Casi me dejó llevar por mis impulsos hasta que mi papá me dijo algo que tenía mucho sentido. Por eso le pedí que se alejara de ti. Si ellos no saben nada de ella, estará segura. Por eso le pedí lo que le pedí. Ahora te lo pido a ti también, no te comuniques con ella. No sé con qué clase de gente está aliado ese hombre, así que hasta no tener un plan de acción, no puedo permitir que ninguno de los 2 se exponga al peligro. Mi corazón está desgarrado y en este momento me siento como un absoluto pendejo.
Entonces, ¿No es por diferencias de edad o sociales o porque no te agrade Priscila? Pregunté sintiéndome ansioso por su respuesta... Me parece que por edad soy el menos indicado para juzgarte. Sabes que soy mayor que mamá por unos cuantos años más de los que tú eres mayor que Priscila. Por diferencias sociales, claro que no, creo que cometí el error de hacerte creer que tengo prejuicios hacia las personas como si fuésemos de la realeza cuando no es así. Por eso te pido perdón hijo, pero considero que todos los padres cometemos errores. Y ¿porqué no me agrade Priscila? De qué hablas... Es una hermosa, muy hermosa mujer. Estoy orgulloso de que mi hijo tenga tal gusto y haya escogido como mujer a una chica tan hermosa por dentro como por fuera. Porque por lo que acabas de decir... Ya es tu mujer. Imagino que sucedió la noche de la graduación ¿no es así?
-Yo y mi bocota- pensé, pero ya lo dicho, dicho está y no puedo recoger mis palabras. Si papá, ella es mi mujer, la única mujer de mi vida. Tuve muchas chicas en la universidad, y ese día que estuve con ella, me dio tristeza no haber esperado por la indicada. Pero definitivamente no hay forma ni manera de que yo esté con otra mujer que no sea Priscila Johnson. Mi mamá me dio un golpe en la cabeza ... Aaaaaaggghhh hombre tenía que ser... Al menos te cuidaste ¿no es así? No quiero andar recogiendo niños de una y otra mujer, porque te aseguro que yo misma le consigo un buen hombre a Priscila. -Me miró con reproche y yo a ella también- ¡Mamá! ¿Cómo puedes decir semejante barbaridad? Mi bebé jamás tendrá otro hombre y claro que sí me cuidé y ya esto no es como antes mamá, ya todo el mundo se cuida y si no lo hacen, está la pastilla del día siguiente o hay otros métodos. -Contesté sobando el lugar donde fué el golpe-
¡Más te vale! -Fue su respuesta- Papá, entonces debo reconocer que te debo una disculpa. Perdóname por haber pensado lo peor de ti, pero todo esto me tiene MUY afectado. Yo quería estar presente para mi princesa, quería disfrutar de sus logros, estar para ella. De verdad lo siento mucho y te agradezco que pensaras en cuidarla a ella también. -Me acerqué y abracé a mi viejo- Ya veo porque la amas tanto. Es una chica super madura, reflexiona antes de actuar, es bastante centrada, y se le ve que también te trae cogido por las pelotas. Comenzamos a reír. Y esa risa se volvió llanto. Sí, soy un pendejo sumamente sentimental.
Y debo admitir que es la primera vez que veo llorar a mi padre. Ni aun cuando los abuelos murieron, nada, siempre duro, siempre fuerte y hoy que está llorando abrazado a mi, pues se siente raro pero bien. Viejo... -Dije cortando un poco el abrazo- Quiero que sepas que desde pequeño he tenido un sueño y es ser ingeniero naval. Esa carrera me apasiona. Y en cuanto Mía termine de estudiar administración de empresas, ella tomará las riendas del negocio familiar y yo comenzaré con lo de la ingeniería. -Confesé finalmente mi verdad- Me sentí liberado al poder contarle mi plan a mi padre quien con los ojos MUY grandes me dijo... ¡Hijo! ¡No te lo puedo creer!
Papá... Iba a intentar explicarle que no había cambio en los planes, pero su respuesta me dejó más que anonadado... ¡Heredaste mi pasión! Me quedé boquiabierto... ¿Qué? Pregunté... Mi madre solo me miró y asintió con su cabeza ya un poco llena de canas. Hijo, yo deseé hacer eso también, tener una naviera, pero mi padre me reclamó diciendo que eso no era un trabajo para personas de nuestra clase y pues me obligó a estudiar administración de empresas, para llevar el negocio familiar, pero no sabes lo que me encanta que hagas eso. ¿Por qué nunca me lo dijiste? Su confesión me hace saber que siempre tuve una concepción equivocada de mi padre. Porque jamás habías sido tan abierto con nosotros papá. -confesé con vergüenza-
Pues me parece que también debo pedirte perdón hijo. Perdón por no haber sido comunicativo con ustedes y dejarles creer que soy un ogro al que no le pueden contar nada. De ahora en adelante debemos ser más comunicativos, tenemos un enemigo al cual enfrentar y si no hablamos, pues podemos perder esta guerra. Porque te aseguro hijo, como que me llamo Maxwell Edwards que no dejaré que tú vida sea regida por una corona que no es nuestra y que nos atiborra de responsabilidades pero no da margen de errores tampoco. ¡Te amo Maxi y siempre has sido mi orgullo mi muchacho!
Nos abrazamos y mi madre también se unió al abrazo. Y yo los amo mucho más a los 2! -Comentó incluyéndose en la conversación-
felicitaciones querida autora 👏👏