Soy La Emperatriz Villana

Unas horas después Aysha llego al pueblo donde se estaba construyendo el hospital, se quedó un rato supervisando que todo estuviera bien y luego se dirigió al orfanato, al llegar los niños se alegraron al verla, y más aún debido a que les trajo regalos. Se pasó el resto del día con ellos, ya se había hecho muy tarde para que volviera. Las monjas del lugar le ofrecieron quedarse en una de las habitaciones.

Después de cenar con ellos se despidió y subió a su habitación a darse un baño, estando en la bañera de madera recostada cogio entre sus manos el colgante que tenía en el cuello. Lo se quedó observándolo unos segundos y luego miró a las sombras que había en la esquina del baño.

– Necesitó fortalecer mi resistencia física – le habla a la sombra – a este paso terminaré muerta

– Tienes que buscar una fuente de alimento – responde mietras las sombras toman forma del aspecto de una mujer – eso también te ayudará a no cansarte tan rápido cuando uses tus poderes

– Y las otras piezas de la reliquia – observa el colgante – donde están

– Ellas se atraen entre sí, una vez que tienes una, esa te guía a las otras

– Seguiré investigando, recuerda que aún nos falta traducir la otra mitad de la profecía – sale de la bañera y se coloca la bata – y no se te olvide hacer lo que te encargue

– Si mi señora – se desvanece en forma de humo –

Aysha sale del baño secándose el pelo, y llega hasta la cama dejándose caer en ella, usar de esa manera sus poderes la agotó, sin duda tiene que conseguir una fuente de alimento. De tanto pensar se quedó dormida. En la madrugada la ventana de la habitación se abrió, entrando en esta una persona cubierta. Se acercó a la cama y se quedó observando a Aysha unos segundos para después acercarse a ella e intentar quitarle el colgante, pero su mano es detenida por Aysha quien utiliza toda su fuerza para derribarlo en la cama con ella encima. El hombre intenta moverse, pero enseguida siente el filo de una daga en su cuello.

– Has un solo movimiento y te corto el cuello – hace presión en su garganta — ¿Quién te envía?

– Será mejor que bajes eso – la mira seriamente –

Intenta quitar la daga de su cuello pero Aysha ejerció. más presión haciendo un pequeño corte. El chico solo sonrió y desapareció de abajo de ella, para aparecer detrás, sin darle tiempo a reaccionar. Ahora Aysha era la que se encontraba abajo de aquel chico, con las manos inmovilizadas por encima de su cabeza. Intento soltarse de su agarre pero solo consiguió que aquel chico ejerciera más presión en su agarre.

– Deberías dejar de moverte así – se acercó a su oído susurrando – o enfrenta las consecuencias

– No se que consecuencias serian esas – sonríe de lado moviendo sus caderas y pegando más su cuerpo al de aquel chico –

– No juegues con fuego o te puedes quemar –

El chico intenta alejarse de Aysha, pero esta lo impide enrollando sus piernas en la cintura del chico pegandolo a su cuerpo. El solo la mira sorprendido y se sorprende más cuando ella lo besa apasionadamente, él corresponde el beso profundisandolo introduciendo su legua en su boca, recorriendo cada centímetro de está.

Dejo de besarla en los labios, y comenzó a decender dejando un camino de besos húmedos desde cuello hasta su clavícula y sus senos, los cuales mordió ligeramente por encima de la tela de la bata que llevaba puesta. Con la mano que tenía libre bajo la bata de Aysha hasta su cintura dejando expuestos sus pechos los cuales empezó a chupar y juegar con ellos, esto solo exictaba más y más a Aysha por lo que empezó a soltar pequeños jadeos.

Termino quitarle la bata a Aysha dejándola completamente desnuda abajo suyo. Aysha se dio cuenta de la mirada lujuriosa con la que el chico recorría cada milímetro de su cuerpo por lo que en un rápido movimiento era él que estaba tumbado en la cama. Ella metió sus manos por debajo de la camisa del joven el cual al sentir sus manos como recorrían su abdomen se sobresalto, algo que Aysha noto así que le quito por completo la camisa y empezó a besar la piel expuesta del chico. Él estaba tan emocionado que ya Aysha podía sentir el bulto en su pantalón por lo que acariocio aquella zona haciendo que el joven soltará un jadeo. Ella le quito el resto de la ropa, al ver al chico por completo desnudo sonrió ladina ya que él estaba muy bien dotado, causando que el azabache se sonrojara por como sonreía la rubia.

El azabache le dio la vuelta a Aysha volviendo a quedar ella acostada en la cama y se deslizó hasta la intimidad de esta, donde empezó a acariciarla suavemente, para luego introducir dos dedos provocando que ella suelte un fuerte jadeo. Aysha se cubrió la boca con una mano para no ser oída por nadie. Mientras que el azabache solo le daba placer con sus dedos fingiendo pequeñas estocadas. Aysha no pudo evitar estremecerse cuando sintió como la legua del azabache recorría cada centímetro de su intimidad, dándolo un placer exquisito, así que no tardo mucho en llegar al orgasmo. El azabache solo sonrió y volvió a subir besando a Aysha en los labios mientras se posicionaba e iba entrando en ella lentamente, ella solo se agarró de su espalda rasguñándola debido al dolor, y es que este cuerpo virgen.

El azabache al estar por completo adentro se quedó quito unos minutos para que Aysha se acostumbra y luego empezó a moverse suavemente, para poco a poco ir aumentando sus movimientos, Aysha dejó de sentir dolor que pasó a ser sustituido por placer, enrollo sus piernas alrededor de su cintura pegandolo más a su cuerpo y sintiendo más placer. A los pocos minutos ambos llegaron al clímax el azabache cayó boca arriba en la cama recuperandose de lo que acababa de pasar. Sin que él se lo esperara la rubia se subió a arriba de él mientras sus ojos azules brillaban en lo oscuro de la noche sin duda ella quería más y nuestro chico se lo daría.

A la mañana siguiente Aysha despertó con un gran dolor en sus caderas y es que ese chico era muy salvaje y tenía buena resistencia. Se levantó de la cama y camino hasta el baño para tomar una ducha. Al salir en la habitación se encontraba la misma mujer de la noche anterior.

– Parece que encontraste de donde alimentarte mi emperatriz — sonríe con burla mirando a Aysha — y veo que lo disfrutaste bastante

– Deja de burlarte y dame lo que te pedí – se acerca a ella — y si fue una buena fuente de alimento, lástima que no nos volveremos haber

– Nunca digas nunca mi señora – le entrega una pildora anticonceptiva — la dejo para que termine de arreglarse

– Neesha espera – la chica se detiene y vuelva a mirar a Aysha – mi regalo les llego

– Si – sonríe maliciosamente – se armo un gran revuelo ya lo verá cuando vuelva

– Me encantara verlo – sonreí de lado – sigamos con el juego