Muchos dicen que del odio al amor hay un solo paso, pero eso no es verdad. Después de todo, debes recordar que soy tu antifan.
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¡Esto definitivamente debe ser un sueño!
Las palabras que le había dicho Jeremy aún resonaban en la mente de Karla.
Ella nunca pensó que iba a decir esto del hombre al que despreciaba debido a su influyente popularidad y habilidades de actuación mediocres.
Pero, de nuevo, ella no era como si fuera alguien irracional que se dejaba llevar por sus prejuicios.
Aunque no le agradaba Jeremy, ella no podía negar que era alguien con integridad.
Ya sea en el pasado o ahora.
Por lo que decidió dar un paso atrás y bajar un poco los muros que la envolvían con la finalidad de mejorar un poco la relación que existe entre ella y Jeremy. Por supuesto, que esto era en el plano comercial, entre socios, no tenía ninguna intención emocional detrás.
Los días siguientes a aquella plática, Karla hizo un ligero cambio en su rutina diaria. Dejó de tomar su comida en su habitación y decidió comer en el comedor bajo la mirada minuciosa de los empleados, también empezó a ver películas en la sala por la noche como un pasatiempo para nutrir un poco más su imaginación como creadora de contenido.
Después de todo, ella no podía negar que durante el tiempo que habían estado casados, tanto él como ella habían tratado de evitarse.
Él se había encerrado en la planta de arriba, su intención era obvia. Y ella se había escabullido como un ratón en la planta de abajo.
Salvó por los breves y accidentales encuentros que habían tenido, no había ningún punto de relación entre ella y Jeremy.
Por lo que estas acciones que había empezado a hacer era la manera de Karla de crear un puente entre Jeremy Cash y ella.
Después de todo, dos años, aunque podrían pasar volando, también podrían volverse eternos.
Por lo que Karla pensó que debía de hacer todo lo posible para que el tiempo que duré todo esto sea ameno.
Al menos ella podía ser cordial con Jeremy.
Los primeros días se le hizo algo incómodo comer delante de varios ojos curiosos. Los empleados aún la tenían alineada, se comportaban de manera fría con ella, como si Karla no existiera ante sus ojos. Ellos trataban de evitarla. A parte de eso, a Karla también le molestaba el silencio insoportable, después de todo, Karla estaba acostumbrada a escuchar los delirios de su tío codicioso de dinero, los suaves regaños de su tía a su prima, debido a que masticaba los alimentos de una manera tan atroz.
Olvídate de la apariencia de ensueño de princesa de cuentos de hadas de su prima, aquella chica tenía serios problemas de modales.
Por lo que el silencio en el gigante comedor se sintió deprimente para ella que incluso el apetito se le quitaba.
Sin embargo, Karla apretó los dientes y siguió adelante con su pequeño plan.
Al principio Jeremy no hizo acto de aparición alguna, por lo que Karla pensó que quizás sobre intérpreto la plática que habían tenido ese día.
Sin embargo, ella estaba equivocada. Jeremy había hablado en serio sobre ser cordiales el uno con el otro. Por lo que cuando se dio cuenta de los sutiles cambios de Karla en su rutina diaria. Él supo que esta era la forma de respuesta de Karla ante la plática que habían tenido. Sin embargo, él siempre había sido una persona solitaria, por lo que le fue un poco difícil adaptarse a este tipo de cambio, sin embargo, había decidido ceder debido a que Jeremy se daba cuenta de que las acciones de Karla eran sinceras y lo que él más valoraba en las personas era la veracidad de sus actos.
Por lo que, luego de una semana, aquel hombre de ojos oscuros empezó a desayunar con Karla, solo eso. Aunque Karla sintió que desayunar con Jeremy era igual de deprimente que hacerlo sola.
Jeremy parecía ser un hombre de pocas palabras.
Además, el chico parecía ser un meteorólogo andante. Antes de empezar a comer hacía un comentario con respecto al clima. Ya sea que sea lluvioso, soleado o nublado, él podía decirlo incluso mejor que el hombre del noticiero, que por un momento Karla no pudo evitar pensar que Jeremy bien podría cambiar su profesión.
Sea cual sea las condiciones del tiempo, él debía decirlo, lo que hacía que se vuelva loca.
Aunque Karla de manera externa asentía en acuerdo como si aquello le importará, por dentro no podía evitar regañarlo.
La rutina de Karla de quejarse de Jeremy en línea no había desaparecido, es solo que, ahora había algunas personas que la habían empezado a seguir, sin embargo, lo extraño era que eran fans de Jeremy, las cuales creían que su manera de regañarlo era solo su forma de mostrar su amor hacia él, lo que era tan irónico y tan extraño.
A pesar de que Karla les había explicado que realmente no le gustaba, Jeremy, ellas no la escucharon, creyeron que estaba siendo tímida, lo que incluso era ridículo.
Por lo que al final, Karla no tuvo más opción que rendirse.
No puedo hablar: Otro día más para odiar a Jeremy Cash. Sabes, las personas normales conversan sobre cómo les va, quizás preguntan sobre algún gusto en común o simplemente dicen algún mal chiste para romper el hielo, pero raramente hablan sobre el mismo tema innumerables veces, tampoco lo hacen con una expresión tan fría como si fuera un frigorífico andante. ¿Lo matará ser más cálido?
Candy ama a Jeremy: Solo resaltas lo noble y único que es nuestro ídolo. Lo sigues haciendo bien, hermana, no pierdas el ritmo.
18/09 & 29/09: Nuestro MiMi es tan lindo y real, no como aquellos que fingen ser geniales sólo para halagar a los demás. Cómo ese tal D. P.
Karla hizo un mohín mientras cerraba sesión.
¿Por qué son así? ¿Por qué todos piensan que me agrada Jeremy?
No solo aquí, sino también en la página donde Karla subía su cómic.
Debido a que Karla estaba algo aburrida, buscó información en internet sobre Jeremy.
Nombre: Jeremy Cash
Apodos: (MiMi) dado por sus fans.
Profesión: Cantante, Actor
Fecha de nacimiento: 18-septiembre-1993 (31 Años)
Estatura: 190 cm
Karla dejó de leer la información referente a Jeremy debido a que se dio cuenta de que en menos de un mes sería el cumpleaños de Jeremy.
Pero…
¿Qué pasaba con ese tipo de apodo? ¿Acaso era un gato?
Karla sacudió la cabeza mientras salía de la habitación hasta llegar a la sala.
¿Debería darle un regalo a Jeremy por su cumpleaños o no?
Karla lanzó un suspiro lleno de cansancio, últimamente parecía estar envuelta en una nube de sueño, a pesar de que dormía sus horas completas, no podía evitar seguir sintiendo sueño.
Justo cuando Karla se iba a sentar en el sofá, sus ojos no pudieron evitar ser codiciosos al notar el piano en la habitación.
Realmente, ella deseaba tocarlo, por lo que ya no contuvo más su anhelo e hizo lo que su alma le pedía desde que había llegado a este lugar.
La textura de las teclas hizo que su corazón latiera de manera desenfrenada, incluso sintió como su sangre empezó a ebullicionar como si fuera a salir de su cuerpo en cualquier momento.
El sentimiento que le hacía sentir un piano era mágico, después de todo, Karla la mayor parte del tiempo era alguien desapasionada e indiferente, solamente cuando tenía un piano enfrente de ella podía sentirse viva.
Quizás debido a que este era uno de los pocos recuerdos que tenía de sus padres. Parecía que su padre era un pianista de gran prestigio que desde que ella era una niña pequeña le inculcó el amor por el piano.
Lástima que este amor por la música Karla no pudiera compartirlo con los demás, que esta pasión que hacía su sangre hervir sólo pueda mantenerse oculta en la oscuridad.
Karla cerró los ojos antes de empezar a tocar una melodía que había compuesto en el pasado. Una melodía que era de ella, y solo de ella, pero que ahora estaba acreditada bajo el nombre de alguien más.
Cuando Karla pensó en ello, dejó de tocar el piano de manera abrupta al darse cuenta de que había empezado a sollozar. Aun con los ojos cerrados, empecé a tocar algunas melodías alegres con la intención de mejorar su estado de ánimo.
Solamente dejó de tocar el piano cuando sintió que sus emociones estaban estables.
Pero…
En cuanto Karla abrió los ojos y notó la mirada desconcertada de Jeremy, quiso cavar un hoyo y morir.
Jeremy había estado leyendo su libreto cuando escuchó la suave melodía de un piano. Por lo que el dejo de lado su libreto y fue al encuentro de aquella melodía como lo haría un cazador con el canto de una sirena.
Cuando se dio cuenta de que la persona que estaba tocando el piano era, Karla, la pequeña pervertida. Él no pudo evitar mirarla con admiración al notar que incluso sin un juego de partituras, aquella chica tocaba el piano como toda una profesional e incluso podía transformar por sí misma, canciones pegadizas en una alegres melodías.
Por lo que él no pudo evitar alabar el talento de Karla.
— Ciertamente, tienes un gran talento — susurró —. Cada canción que tocaste tocó aquí — dijo mientras señalaba su corazón — Sobre todo la primera, aunque conozco a la compositora, ella no logró hacerme sentir nada en cuanto tocó. Deberías incursionar en el campo musical, puedo ver qué eres una pequeña prodigio. Si te preocupa tu discapacidad, no creo que eso sea un impedimento, conozco a algunos buenos productores si quieres incursionar en el campo comercial, también sé dé varias orquestas que habitualmente aceptan a grandes talentos…
Luego, Jeremy como si supiera que había dicho demasiado, aquel joven de ojos oscuros apretó los labios en una línea fina.
Karla no pudo evitar pellizcar su brazo al escuchar como Jeremy elogiaba sus habilidades y como incluso quería ayudarle.
¡Esto definitivamente debe ser un sueño!
Sin embargo, no lo era.
Todo lo que estaba pasando era real, incluso la oferta de Jeremy.