Melissa Moreira, de 25 años, es veterinaria. Perdió a su madre durante el parto, pero su padre siempre cuidó muy bien de ella y de su prima Valentina, quien perdió a sus padres en un accidente. Melissa tiene una relación complicada y abusiva. Tras un acontecimiento trágico, se aferra a la amistad de Augusto, un empresario del sector agroalimentario. Hermoso, rico y heredero de una fortuna millonaria, el Agroboy más deseado.
Quizá un cambio de ambiente le ayude, pero ¿será capaz de liberarse de su relación abusiva? Melissa es muy decidida en muchas cosas, pero en asuntos de amor es totalmente ingenua. Después del trauma, una nueva amistad puede convertirse en un vínculo inesperado, un amor que transforma y sana.
A pesar de su dulzura y ternura, nuestra querida Melissa también es ruda, directa y celosa.
¡Y ahora el Agroboy ya está completamente hechizado por la belleza de la dulce y celosa Melissa!
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Capítulo 12
- Hija, Melissa, ¿qué pasó? ¿Dónde está tu padre?
Niego con la cabeza y me dejo caer en el sofá. No puedo decir nada.
💭Dios, hazme dormir y despertar y ver que todo esto fue solo una pesadilla. Por favor, Dios mío.
Estoy tan absorta en el dolor que no puedo decir nada. Fatinha sigue esperando una respuesta.
- Dime qué pasó, Melissa.
Su voz tenía desesperación y preocupación. Reúno fuerzas y respondo.
- Mi padre, Fatinha. Mi padre me dejó. Me dejó, Fatinha.
En ese momento ella se derrumba en lágrimas y Sérgio entra trayendo agua con azúcar.
- ¿Qué historia es esa, jefa? Su padre salió de aquí caminando. Estaba bien, ¿no es así, mujer?
Fatinha me abraza y llora.
- Lo siento, niña. Su padre no estaba bien desde hace varios días. Sabía de su estado de salud, pero me prohibió decírselo.
Me levanto y subo a la habitación.
No puedo creer que estaba tan ciega que no me di cuenta de nada.
Me quedo allí acostada, solo un llanto silencioso y muy doloroso inundaba el ambiente. Sé que necesito cuidar de todo, al fin y al cabo solo estamos mi padre y yo aquí en esta ciudad. Quería a mi prima conmigo, pero cómo iba a venir si ni siquiera le avisé de papá.
Me levanto y entro en el baño y me miro en el espejo y hablo con Dios
💭😭Dios, dame fuerzas, sola no puedo. Ayúdame.
Lágrimas ruedan y entro en la ducha. Dejo que el agua de la ducha caiga sobre mí. Buenos recuerdos de mi querido padre vienen a mi mente y sonrío al recordar cómo siempre me hacía sonreír.
Cuando estoy saliendo de la ducha escucho un ruido muy fuerte que viene de afuera.
Estaba tan inmersa en el dolor que ni siquiera me di cuenta. Me puse mi ropa y escucho golpes en la puerta. Probablemente es Fatinha, así que ya respondo.
- Puedes entrar.
Veo que la puerta se abre y mi corazón se dispara y en un instinto corro hacia él y lo abrazo. Lo abracé tan fuerte que parecía que mi vida dependía de aquello. Allí en esos brazos, en los brazos de un casi desconocido me permití llorar y vivir un poco de mi luto.
Nos quedamos allí abrazados por largos minutos y luego él habla...
- ¿Estás un poco más tranquila, pequeña? Vine a ayudarte en todo. No estás sola.
- Augusto, gracias por esto. Gracias por estar aquí. Duele demasiado, duele mucho. Mi padre es todo para mí, no estoy preparada para despedirme de aquel que siempre dio la vida para criarme. Duele demasiado.
En ese momento siento sus brazos envolverme nuevamente.
- No estás sola, Melissa. Vamos a elegir una ropa para tu padre y vamos a resolver todo juntos.
Él toma mi mano y entramos en la habitación de mi padre. Al abrir algunos cajones veo varios medicamentos aún sin tocar.
Luego Augusto se acerca y toma mi mano, haciéndome guardar los frascos.
- No pienses en eso, pequeña.
Arreglamos todo y pronto sería la parte más dolorosa. Todos los peones y hacendados de los alrededores vinieron a despedirse. Recibí mucho cariño de todos. Estaba doliendo mucho, pero él estaba a mi lado sosteniendo mi mano.
Él llegó a la hacienda en helicóptero, él vino solo por mí. Un amigo, casi desconocido estaba a mi lado.