Débora es una mujer con una vida monótona. Tras llevar una vida de actriz, no se siente lo suficientemente segura de sí misma. Todo cambia radicalmente después de un reencuentro con aquel hombre que prometió formar parte de su vida, con aquel hombre del que ha estado enamorada desde su adolescencia; Ángel.
Pero, ¿qué pasará cuando sepa que él olvidó esa promesa que ella siempre ha llevado en su corazón, cuando sepa que éste ya tiene dueña?
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#11: Lo prohibido es lo más tentador.
...DÉBORA...
—Por Dios, no estoy ni un día fuera de la casa y ya hay relajo — mi madre respira profundo —. ¿Cómo está Ángel con su brazo?
—Supongo que bien. El punto es que, la causa del problemon soy yo. Pues ganaste la apuesta mamá, Dusan está enamorado de mi.
—Yo diría que obsesionado. Pero tienes que seguir con ese carácter. No debes perdonar a Ángel, o por lo menos aún no.
—Pero si te hablo con la verdad — sonrío recordando lo de ayer —. Sus palabras conmovieron mi corazón.
Tan inesperada es que al levantar su mano ya me cachetea.
—¡Mamá! ¿Por qué me pegas?
—Despavilate, tonta. No puedes caer a sus pies ante la primera palabra dulce. No te dejes embarrar el oído con miel y hazlo sufrir. Tienes que darte tu lugar, él y ningún hombre puede reírse de tí. Lo esperaste 10 años para estar a su lado, unos meses más no será nada.
Mi madre nunca falla en sus consejos y siempre tiene la razón, sé que nada me servirá llevarle la contraria, ella sabe lo que dice...
No olvido aún las estupidez de Dusan al dispararle a Ángel, ¿en qué cabeza cabe?
—Un placer tenerte aquí, Débora — Fabricia besa mi mano —. Gracias por aceptar esta petición de venir a mi casa. Cada día que pasa estás más hermosa.
—Gracias por tus palabras, Fabricio. Tus palabras sonaban importantes, ¿a qué se debe?
—En tres día habrá una subasta en la que asistirán más de 500 personas, tu padre ya lo sabía pero quería adelantarme. Eres parte de una de las personas más importantes que irán. Tu familia es una de las más reconocidas en este negocio. Al igual que la familia Howard y la familia Leonardi.
—Un momento, quieres decir que asistirán Ángel y Dusan?
—Ellos, sus padres y hermanos.
Mierda, entonces tendré que darle la cara a esos imbéciles.
...ESME...
Con una larga sonrisa que solo puedo sacar con mi pequeña hermana, la observa bajar del avión de papá.
—¿Qué tal el viaje, Anastasia?
—Valió la pena si era por venir a verte — me abraza —. Mis padres vendrán mañana, por mientras me merezco un día con mi hermana, no?
—Claro que sí. Ángel estará muy feliz por verte, vamos, te llevaré a su casa. Espero que con verte se le quite ese estrés.
......DUSAN ......
Sin darme tiempo para reaccionar, mamá golpea mi rostro con una fuerza que revolvió todo en mi cabeza.
—¡En qué estabas pensando cuando le disparaste, Dusan! — la molestia se ve en sus ojos, mejor dicho, el demonio en ellos —. ¡Eres todo un imbécil! ¡No solo le disparaste a él, también intentaste golpear a Tiffany!
—Lo siento mamá, sé que cometí un error — solo ha ella le temo, ha sabido hacer crecer un miedo bruto en mí con ese genio que nunca desaparece.
—Puedes tener 25 malditos años, pero como tu madre siempre estaré en el derecho de darte unas cachetadas para ver si así se te ubican las cosas en la cabeza. No quiero que vuelva a pasar Dusan, o la próxima persona que te golpeará será tu padre —menos mal no hizo este viaje con mamá.
Jasin se burla de mí en una esquina. Maldito estúpido.
Todo esto es causa de Ángel... ¡agh! ese imbécil siempre ha sido una tediosa piedra en mi zapato
—¿Cómo están tus mejillas, Dusan? — Jasin no ha parado de burlarse desde que salimos de casa.
—Vuelves a hablar y te corto la lengua.
—Con un genio como tal, está más claro el porque Débora no voltea a mirarte.
—¿Qué dijiste, imbécil? — tomo el cuello de su camisa, presionando su espalda en la pared del restaurante.
—Vaya, vaya. Eres como un maldito karma en mi camino, Leonardi — por si no estuviera tanto estrés, la estúpida niña hija del demonio a la que llaman Esme, está detrás de mí.
—Lo mismo digo, niña — miro a su hermana que toma de su brazo —. Por lo visto esta vez no está sola Srta. Howard. Pero si tenemos aquí a la pequeña de la familia, Anastasia Howard. Solo faltaría el imbécil de Ángel para que estén todos los hermanos juntos, no?
—Vuelva a hablar de mi hermano así, y ya verá.
—¿Volverás a golpearme delante de toda ésta gente, niña?
Toma una copa de algún vino de la mesa, regandolo en mi camisa blanca de marca y nueva que justo la compré ayer por miles de dólares.
—¡Niña estúpida!
—¿Señor está bien? — uno de los meseros me atiende amablemente pero del coraje solo le grito.
—¡Salgan todos de mi camino! ¡Váyanse todos a la mierda!
—Dusan.
—¡¿Ahora qué quieres Jasin?!
—¿Puedes darme un mapa? — alzo una ceja —. Digo, para no perderme — ríe.
—Vamonos ahora, imbécil.
El idiota toma la mano de Anastasia, besando en ella.
—Jasin Leonardi, un placer señorita — la chica le sonríe sin responder.
—¡Jasin vámonos!
—Si me disculpan, tengo que irme — me sigue hasta el auto —. ¡Calma ese genio de perro, cabron! Como que está muy bonita la chica, no?
—A tí todas te parecen bonitas para llevartelas a la cama. Cuidado con meterte con ella, es solo una niña de 16 años. Tienes 20 años y con lo idiota que es la hija del diablo de Esme, dudo que deje que te acerques a su hermana.
—Lo prohibido es lo más tentador. Consigo siempre lo que quiero, cuando quiero, como quiero.
felicitaciones autora gracias por compartir tu maravilloso talento