NovelToon NovelToon
SI PUDIERA SALVARNOS

SI PUDIERA SALVARNOS

Status: En proceso
Genre:Amor de la infancia / Autosuperación / Reencuentro / Cambio de Imagen / Riqueza en una noche / Pretendiendo ser otra persona
Popularitas:1.2k
Nilai: 5
nombre de autor: Irwin Saudade

Ivin quiere lo mejor para su familia y por eso esconde un secreto: por las noches es dama de compañía. Durante una noche de trabajo, se reencuentra con su crush de toda la vida. ¿Qué podría pasar cuando tu primer amor te confiesa estar enamorado de ti, pero tú estás en alquiler para otros hombres? ¿Por qué el amor es difícil a veces? ¿Por qué estamos aquí? ¿Por qué el amor no siempre nos salva?

NovelToon tiene autorización de Irwin Saudade para publicar esa obra, el contenido del mismo representa el punto de vista del autor, y no el de NovelToon.

CONTIGO

—¡Ya levántate! ¡Ivin! Es hora de desayunar —mi hermano llama a la puerta de mi habitación.

Con mucha pesadez, me animo a responderle.

—¡Ya voy! —Y me revuelco entre las cobijas y mi cama.

Bostezo. Miro el techo. Me rasco los párpados. Siento dolor en mi mejilla. ¡Me duele! ¡Pero duele rico! Entonces recuerdo. ¡Me siento en la cama!

Pienso. Vuelvo a pensar. ¡Lo recuerdo! Recuerdo todo.

Corro al baño de mi habitación y al verme en el espejo, me siento muy extraña. ¡Hay un hematoma en mi mejilla derecha!

—¡Carajo! No sé cómo permití que esto pasara.

¿Qué otra opción tengo? Hago mi rutina matutina. Me alisto y pongo un poco de maquillaje para intentar disimular mi moretón. Antes de salir de mi habitación, suspiro con todas mis fuerzas y mi celular vibra.

¡Es una llamada!

—Hola.

—¡Buenos días, Ivin! ¿Cómo estás? —La voz de Alán suena muy bien.

Abro la puerta de mi habitación y salgo.

—Muy bien. ¿Tú, qué tal?

—Extrañándote.

—¡No manches! Qué cursi.

—¿Estás en tu casa?

Comienzo a bajar las escaleras.

—Sí. ¿Por?

—¿Recuerdas lo que hablamos la última vez?

Me puse pensativa durante algunos segundos. Una vez abajo, comienzo a caminar en dirección a la cocina y en la sala...

—¿Aún sigues con eso? Te dije que... —pero no fui capaz de terminar mi frase y él me mira con el celular al oído.

—¿Puedo casarme contigo? —Su pregunta me deja impactada.

Esta vez no estaba bromeando y había flores en sus brazos. Camina hasta mí. Guarda su celular y se hinca para ofrecerme un anillo. ¡Él está muy seguro de esto! Pero yo, me siento extraña.

—Alán... —un crujido en el suelo hace que desvíe la vista y así, descubro que mi familia está viendo la escena. ¡Y no solo mi familia!

¿Por qué estaban ellos aquí? ¡¿Otra vez él?! ¿Por qué Manuel y su madre también me miraban con mucha ilusión? ¡De locos amaneció hoy! ¿Acaso yo seguía durmiendo? ¿Un mal sueño? ¡Pues no mi cielo! Esos ojos verdes me observaban con atención y eso causó un ligero dolor en mi alma.

—¡Quiero aprender de que trata el matrimonio contigo! —Dice Alán.

Siento un nudo en el pecho, quiero decirle mil cosas y ninguna palabra es capaz de salir de mi boca. Cuando hago contacto visual con esos ojos verdes, no puedo creer que esté pasando esto. ¿Por qué ahora? ¿Por qué hacer esto? ¿Por qué hacerme una propuesta así a mis dieciocho años?

—¡No puedo! —Es lo primero que le digo—. No estoy lista para casarme, aún soy muy joven.

—Ivin...

—Tengo que irme, Alán, te dije que no era buena idea que hicieras esto. ¡Necesito ir a comprar medicamentos! —Acto seguido a mis palabras, me doy la vuelta y salgo corriendo de mi propia casa.

El viento me golpea el rostro, el sol brilla en el cielo y me siento muy extraña. ¡Molesta y contenta! ¡Enojada y tranquila! ¡Agradecida y odiosa! Me detengo en el portón de malla y antes de salir, medito en todo lo que está pasando. ¿Por qué me pasan están cosas a mí? Siento que tengo la respiración muy agitada.

Escucho que la puerta de mi casa se abre y cuando dirijo mi vista a ver de quien se trata, me siento más sorprendida que antes. ¡Aquí viene!

Después de todo lo que pasó anoche, ¿fue capaz de reconocerme? ¿Logró descubrir mi identidad y vino a exhibirme? ¡Hoy no sería un buen día!

—¿Estás bien? —Manuel se detiene enfrente de mí.

—Sí —miento—. Bueno, la verdad es que eso fue muy inesperado. Aún no me siento lista para casarme.

Sus ojos se clavan en mi mirada y no puedo creer que después de mucho tiempo él esté de vuelta en mi vida. 

—Yo tampoco creo que estés lista para casarte.

—¿Y cómo es que estás aquí? —No me da miedo preguntarle—. ¿Desde cuándo...?

—Tu madre invito a mi madre. Dijo que quería compartir la felicidad de tu compromiso.

—¿La felicidad de mi compromiso? ¡Ay! Esto no puede estar pasando.

Hay un silencio en nuestra conversación y era curioso que mi alma no se sintiera nerviosa por ver a Manuel de frente, en el patio de mi casa, mirándome desilusionada por una propuesta fallida de matrimonio.

—¿Iras a la farmacia? —Se anima a preguntarme.

—Sí. Necesito ir a surtir una receta de mi padre.

Y como gesto inesperado, su mano se posa sobre mi hombro y me acaricia suavemente. ¡En mi corazón se encienden chispas! Y su sonrisa me hace sentir como una completa boba.

—Déjame llevarte. Después de todo, tenemos que ponernos al día de muchas cosas. ¡Me da mucho gusto volver a verte después de tanto tiempo!

Él abre la puerta del portón y me invita a seguir su paso. ¡A mí también me daba gusto verlo!

—Pensé que no volverías a San Francisco. ¿Vienes de vacaciones? —Me atrevo a averiguar.

—No. Estoy de vuelta para vivir aquí.

Se detiene en un auto de color negro, no sé qué marca es, pero es muy lindo y brillante. Me invita a subir como copiloto. Cierra la puerta. Lo veo rodear el cofre hasta que sube al asiento del conductor. Enciende el motor. Empezamos a avanzar.

...🦋🦋🦋...

—¡Lamento mucho lo de tu papá! —Dice él.

Trago saliva, estamos por salir de la farmacia.

—Descuida. ¡Cosas que pasan! Ahora él está mejor. Digo, nuestra vida cambió mucho, pero al menos él está con vida.

Asiente. Se detiene en la entrada y mira al frente.

—¿Quieres un helado? Yo invito —el tono de su voz me pareció generoso.

Afuera de la farmacia hay un puesto de helados. Él elige un cono de chocolate con vainilla y yo, un cono de zarzamora con queso. ¡Delicioso!

—¿Y cómo te has sentido? —Se anima a preguntarme.

—Estoy bien. No me puedo quejar.

—¿Cómo conociste a tu novio?

—¡¿Mi novio?!

—El tipo que se te propuso esta mañana.

—¡Ah! Él no es mi novio.

—¿Y entonces?

—Alán es un buen muchacho, pero lo que él quiere para mí no me parece lo más correcto.

—¿Lo que quiere para ti?

—Quiere ayudarme con lo de mi papá. Dice que si nos casamos, él podría darme seguro médico y a su vez, mi padre podría estar bien atendido por cualquier cosa que pudiera suceder. ¡Pero yo no estoy de acuerdo! No puedo hacer eso.

Mientras caminamos de regreso a su auto, el helado sabía delicioso y mis palabras parecieron ser importantes para él. Manuel meditaba en ellas.

—Entonces no son novios.

—No, no lo somos. Aunque Alán suele decir a mis padres que ambos estamos saliendo,  sé que solo lo hace para tratar de animarlos.

—¿No tienen seguro médico?

—No. Ya sabes que mi padre siempre trabajó por su cuenta y mamá no había trabajado desde que se casó.

—¿Y cómo le hacen para poder...? —Ni siquiera tuvo que terminar la pregunta para que yo descifrara su curiosidad.

—Vendemos postres —dije con seguridad—. Mamá hornea pays y nosotros nos encargamos de salir a venderlos.

Se detiene en seco, parece procesar la información que acaba de escuchar. Lo miro a los ojos y veo su rostro lleno de inquietud.

—¿Y la escuela? ¿Aún...?

—No me gradué.

—Pero...

—La vida cambió mucho desde que papá enfermo.

Un viento suave alborota mi cabellera. Él se acerca a mí, sube su mano a mi mejilla y justo abajo de mis anteojos, sus dedos comienzan a acariciar mi hematoma. ¡Me duele!

—¿Qué te pasó aquí? —Él quiere saber.

¿De verdad no me reconocía? ¿Los anteojos eran una buena herramienta para ocultar mi otra identidad?

—Me caí de la cama.

—¿Te caíste?

—Sí. Es que a veces suelo moverme mucho mientras duermo y entonces, anoche me caí y me golpeé con un libro que estaba en el suelo.

Su mano seguía tocando mi rostro, la cercanía hizo que mi corazón empezara a latir con intensidad y a la vez, tenía nervios de que él pudiera descubrirme. ¿Manuel sería capaz de recordar que anoche me salvó de un tipo que quería abusar sexualmente de mí? ¿Sería capaz de recordar que fue muy amable anoche? ¿Él gusta de salir a loquear a los clubes nocturnos? ¿Por qué estamos aquí ahora? ¿Por qué la vida ha vuelto a hacer que coincidamos?

—Espero que pronto desaparezca ese moretón —se limita a decirme.

Su pulgar se aparta de mi mejilla y siento que mi helado se está derritiendo.

—Sí.

—¿Quieres volver a tu casa? —Pregunta él.

1
Bella Maldonado Beltran
Excelente
NovelToon
Step Into A Different WORLD!
Download MangaToon APP on App Store and Google Play