Segundo Libro de la serie de novelas titulada Más Allá Del Rechazo: Teniendo como primer novela de la serie La Luna Rechazada Y El Rey Vampiro.
Este es el segundo Libro con la historia del rey mago, es independiente a la primera y no es obligatoria leerla, Pero sería bueno para conocer varios personajes que salen aquí y han sido presentados en la primera.
Zarthus, el rey de los magos, proyecta una imagen despreocupada y jovial, aderezada con un toque pícaro y fama de libertino. Pero tras esa fachada se oculta un corazón herido por la brutal pérdida de su hermana, arrebatada por la traición y obsesión de su propia alma gemela. La venganza es el único propósito que lo mantiene de pie.
Zarthus descubre en Nayana a su alma gemela, una humana ajena a su mundo de magia y dolor. Atrapado entre su anhelo y sus miedos, deberá despojarse de su máscara y enfrentar sus miedos y dolor para mostrarse vulnerable ante la única mujer capaz de sanar su alma.
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Capitulo 2: Traición y Rechazó
¡Maldito seas, iGnar! ¡¿Cómo pudiste...?!__. Escupí las palabras con una furia tan densa que casi puedo tocarla. No es solo un grito, es un aullido de dolor desgarrándome la garganta. Él se atreve a mirarme con esa calma... ¡con esa maldita indiferencia!, sabiendo perfectamente que cada una de sus mentiras, cada traición, se siente en mi alma como si miles de hojas afiladas me atravesaran una y otra vez, un tormento sin fin que me deja viva solo para seguir sufriendo.
__Era inevitable, Zoe__. Su voz, tan casual como si comentara el clima, paralizó la sangre en mis venas.
__Aunque seas mi alma gemela, eres tan... insípida. No me provocas el placer embriagador de doblegar voluntades femeninas, de ver el terror en sus ojos cuando suplican piedad, para luego quebrarlas y que acepten sumisas cada uno de mis 'favores'. Claro que, para entonces, se vuelven tan vacías y aburridas como tú, querida. Y los juguetes viejos... hay que desecharlos para encontrar otros nuevos__. La naturalidad con la que describe su depravación me dejó sin aliento. Mujeres reducidas a objetos, almas destrozadas por su sadismo, vidas extinguidas por su aburrimiento. El nudo en mi pecho es asfixiante, pero me niego a llorar. No le daré esa satisfacción.
__Intenté ver más allá, Iknar. Me esforcé por ignorar los prejuicios contra tu linaje, por no juzgarte por ser un brujo, esas criaturas tildadas de oscuras, corrompidas por la magia y la ambición hasta convertirse en monstruos sin corazón. Pero tú... tú me has fallado de la peor manera. Por eso, yo, Zoe Ishikawa, te rechazo. Con el alma hecha pedazos, rompo cada hilo, cada lazo que me unió a ti__.
El quiebre duele, un vacío frío que me comprime el pecho, punzadas tortuosas que me obligan a doblarme, a luchar contra el deseo de gritar y retorcerme en el suelo. Pero no soy la única que sufre. En los ojos de iGnar, veo un atisbo de su propio tormento, aunque lo disimule con esa máscara de frialdad. Sin embargo... hay algo más. Una sed de sangre, una mirada asesina que nunca antes vi, o que ocultó con una maestría escalofriante. Un escalofrío de terror me recorre la espalda, haciéndome retroceder. Estuve unida... atada a un demente sin escrúpulos.
__Aunque me hayas rechazado, mi querida Zoe, sigues marcada como mía, un sello que jamás podrás borrar__. Su voz, carente de toda emoción genuina, resonó con la frialdad de una tumba.
__Así que prepárate, porque cuando el momento sea el adecuado, vendré por ti. Y te irás conmigo, quieras o no. Es inevitable__. Escucharlo hablar con esa pasmosa naturalidad, como el psicópata enfermo que siempre fue, me revolvió el estómago. ¡Fui tan ciega! Me dejé llevar por ese maldito vínculo, ignorando las alarmas que gritaban su verdadera naturaleza: una bestia que, aunque disfrazada por un tiempo, siempre sucumbiría a su sed de control y abuso, una vez desatada, imparable.
iGnar se desvaneció en una burla de humo, pero no me quedé para presenciar su escape. En un instante, estoy en mi habitación, desplomándome contra el frío suelo. Aquí, entre mis propias paredes, por fin permití que el dique de contención se rompiera. No le daría a ese despreciable la satisfacción de verme hecha pedazos, pero la verdad es que su traición duele. No solo destrozó mi confianza y el amor que le ofrecí, sino que retorció el vínculo que nos unía para infligirme un sufrimiento taladrante. Y peor aún... la imagen de las otras mujeres, víctimas de su crueldad, me revuelve el estómago. Su dolor es doble, físico y emocional, cuerpos tomados a la fuerza, almas marcadas por el trauma, muchas quizás llevadas a la muerte. Asco, repulsión... y una rabia feroz crecen en mí. No solo por mí, sino por ellas, por todas las que han estado y siguen atrapadas bajo el yugo de un monstruo como él, y no tienen la misma oportunidad que yo de liberarse de el.
Después de que el dolor y la decepción me sacudieran hasta lo más profundo de mi ser en mi habitación, encontré la determinación de enfrentar a mi hermano. Necesito contarle la verdad sobre iGnar. Él nunca estuvo de acuerdo con mi decisión por fortalecer ese lazo, pero calló por respeto. Ahora, la realidad me muerde con la certeza de sus palabras. ¡Tiene razón! Fui una idiota al lanzarme a un precipicio con iGnar solo porque mi alma lo reconociera. La frustración es una garra en mi interior, la rabia contra mí misma, un ácido quemándome viva. Si tan solo... Ese "si tan solo" es una burla cruel. El pasado es inalterable. Solo puedo suplicar a quien sea que me escuche, que me de la fuerza para soportar este incendio que me está devorando por dentro, este sufrimiento que me susurra dulces mentiras sobre la muerte.
Con la voz entrecortada, desnudé ante mi hermano cada detalle de lo ocurrido con iGnar. No hubo reproches en su mirada, ni una sombra de crítica en sus palabras. Lejos de señalar mi desatino por ignorar sus consejos, se limitó a escuchar lo triste y deprimente que fue mi confesión. Al concluir mi relato, me estrechó en un abrazo cálido y silencioso. En ese instante, un resquicio de paz se abrió y se posó en mi interior. Aunque por dentro persiste la sensación de estar hecha pedazos, vacía, casi sin vida, el refugio de sus brazos me brindó una calma tenue, un oasis de tranquilidad que había perdido desde que iGnar irrumpió en mi existencia, y yo me obsesione al querer cambiarlo con amor.
Tras la conversación con mi hermano, intenté levantar un muro contra la penetrante invasión del dolor. Un dolor que se siente como una garra invisible, apretando mi pecho hasta exprimir la última chispa de voluntad. La idea de silenciarlo todo, de encontrar la paz en la nada, me asaltó con una fuerza casi irresistible. Un escape final para dejar de sentirme inútil, tonta, una marioneta vulnerable. Incluso contemplé la muerte como mi única salida, pero mi cobardía se disfrazó de amor. No pude, no me atreví a infligir esa herida imborrable a mis padres, a mi hermano. Así que elegí seguir respirando, un acto egoísta disfrazado de sacrificio, mientras por dentro, la vida ya se ha extinguido para mí.
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Feliz día.
No es obligatorio leer la primera novela perteneciente a esta trilogía, pero si sería conveniente para conocer algunos personajes de la primera historia La Luna Rechazada Y El Rey Vampiro que saldrán aquí.