**Saga Vannecelli**
Sandra es una joven encantadora y divertida, apasionada por las carreras ilegales de motocicletas. Es hija adoptiva de Santiago Vannecelli, sublíder de la mafia italiana, y de la empresaria María Romero. Desde los 15 años, Sandra se enamoró de su primo Thyler Vannecelli, y juntos hicieron una promesa: informar a su familia sobre su relación cuando ella cumpriera 17 años. Sin embargo, el gran día llegó y nada salió como esperaban. A partir de ese momento, la vida de Sandra se convierte en un caos, repleto de traiciones, lujuria, odio y amor.
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Capítulo 2 He perdido a mi chica
Thyler Vannecelli
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-Tomo su mano y juntos nos dirigimos hacia el jardín, asegurándome de que nadie nos vea. Le doy un beso en los labios y ella me corresponde. Cómo amo a mi pequeña esmeralda. Mañana es su cumpleaños número 17, y por fin le comunicaremos a nuestra familia sobre nuestro compromiso. No puedo negar que estoy nervioso por lo que pueda suceder, pero al mirar sus ojos llenos de ilusión y amor, encuentro la fuerza para enfrentar el mundo por ella. Le doy un beso en la frente y le digo- Querida, te amo con toda mi esencia. Cuento las horas para poder compartir con nuestras familias la noticia sobre nuestra relación.
-Con una gran sonrisa, ella me responde- Yo también estoy emocionada, Thyler. Hemos esperado estos dos años, que a veces parecían eternos, pero valdrá la pena la espera. Me haces feliz; eres el amor de mi vida.
-Le respondo- Y tú, mi pequeña esmeralda, eres el amor de mi vida. Quiero construir mi futuro contigo.
-Con un beso cargado de emociones, nos alejamos por la falta de aire. Ella, sonrojada, me dice- Thyler, quiero.... -Luego, continúa- Quiero que me hagas el amor, deseo ser completamente tuya.
-La tomo suavemente por la mejilla y le respondo- Te deseo tanto y anhelo que seas completamente mía, pero aún no es el momento adecuado; no quiero que nos apresuremos.
-Ella me acaricia la mejilla y me dice- Quiero hacerlo, Thyler. No quiero esperar más. Deseo que nuestra primera vez sea mañana por la noche.
-Le pregunto-¿Estás segura?
-Ella me responde, llena de emoción- Sí, cariño.
-La beso en los labios y le tomo la mano para salir del jardín. Nos dirigimos al automóvil para llevarla a su casa. Después de dejarla, regreso a mi oficina, donde finalizo la revisión de algunos diseños de armamento. Pasadas unas horas, me encuentro en mi habitación, sin poder dejar de pensar que mañana seré oficialmente el novio de Sandra. Finalmente seremos uno, y cuando compartamos momentos íntimos, ella será completamente mía. Al día siguiente, nos encontramos en la mansión de mis tíos, donde ya está presente toda la familia. Busco con la mirada, pero no logro encontrar a Sandra. Subo rápidamente por las escaleras y entro en una de las habitaciones de invitados; le envío un mensaje a Sandra. A los pocos minutos, ella aparece. Al verla en ese vestido blanco, resplandece con una belleza extraordinaria, esos ojos verdes iluminan mi vida. Me acerco a ella, le doy un beso y le expreso lo hermosa que es. Ella me toma de la mejilla, inclinándose hacia mí, y me dice- Estoy feliz, Thyler. Hoy finalmente le contaremos a nuestra familia sobre nuestra relación.
-No puedo evitarlo; le doy un beso en la frente, ya que me parece tan tierna. Le respondo-Sí, mi amor. Hoy toda la familia lo sabrá y por fin podré tomar tu mano sin temor a que alguien nos vea.
-Ella, sonriendo, me dice-Es hora de regresar, ya nos están esperando. Después de la comida, se los diremos.
-Ella me da un beso y sale primero. Yo me quedo sentado unos minutos, reflexionando sobre las palabras adecuadas para comunicarme con mi familia. En ese momento, escucho que se abre la puerta y al voltear me encuentro con Renzo, quien me sonríe de lado y me dice- Thyler, ¿qué haces aquí? Sofía está preguntando por ti.
-Me levanto, cuestionándome si vería salir a Sandra de la habitación- Estaba en el baño, pero ya voy a bajar, -respondo-
-Mientras me dirigía hacia la puerta, él me dijo- Thyler, lo que estoy a punto de decirte no es fácil de comunicar, pero de los tres, tú eres el más aplicado y el más correcto. Eres el mejor, por lo que mi padre te otorgará un cargo importante.
-Yo me detuve, sin comprender del todo sus palabras, y respondí- ¿De qué estás hablando?
Quiero informarte que mi padre te ofrecerá el cargo de administrador de las bodegas de armas de toda la organización. Estoy muy contento por ti, ya que te lo mereces, siendo una persona que jamás haría algo que pudiera decepcionar a la familia, y mucho menos a mi padre, quien confía plenamente en ti.- Él se acerca, coloca su brazo sobre mi hombro y añade- Confío en ti, hermano. Toma siempre las decisiones correctas, tal como nos ha enseñado. Nuevamente, te felicito por tu futuro cargo; que nada te impida alcanzarlo.
-Lo observo alejarse y lo sigo mientras reflexiono: si revelo la relación que tengo con Sandra y si los decepciono?, mi padre se sentirá decepcionado de mí. Sin embargo, por otro lado, sé que Sandra me ama tanto como yo a ella, y ella está emocionada. ¿Qué debo hacer? Al llegar al jardín, continúo reflexionando mientras todos almuerzan y conversan sobre temas triviales. Con el paso de las horas, nos encontramos en el salón, donde mi familia se muestra alegre y charlas animadas llenan el ambiente. Estoy sentado en un rincón cuando noto que Sandra se acerca a mi lado. Con una amplia sonrisa, me dice-Ha llegado el momento de compartirles algo.
-Tomé su mano y, con nerviosismo, intenté expresarle mis pensamientos, pero ella me interrumpió con voz firme, dirigiéndose a todos los presentes- Familia, Thyler y yo tenemos un anuncio importante que hacerles.
-Ambos nos levantamos. Yo le aprieto la mano para pedirle silencio, mientras mi corazón late desbocado por los nervios. No sé cómo proceder. La miro y ella me devuelve una gran sonrisa, con sus ojos iluminados. Dirijo mi mirada hacia mi familia, suspirando. Digo- Familia, lo que Sandra y yo deseamos comunicarles es que... -Observo la expresión seria de mi padre, que está a su lado, y veo a Gian y Renzo mirándome con una sonrisa.-
Sandra y yo hemos estado colaborando en un nuevo proyecto, y ella ha decidido unirse a la organización.
-Siento que ella deja caer mi mano; no me atrevo a mirarla. Me siento como el peor de los hombres, consciente de que la he dañado y esperando que pueda perdonarme. Observo cómo se acercan sus padres, y su padre le dice- No sabía, querida, que quisieras formar parte de la organización. Tenía otros planes para ti, pero si deseas incorporarte a esto, te apoyaré.
-Ella responde- Gracias, papá, por tu apoyo; eres la única persona en quien puedo confiar.
-Al escuchar esas palabras, siento como si me atravesaran el corazón. ¿Qué hice? Acabo de perder a mi chica por mi cobardía y por un puesto. Me siento miserable. La observo alejarse hacia la escalera, donde pronto la perderé de vista. Intento disimular, pero mi padre se acerca y me felicita. Comienza a hablarme sobre el puesto que Renzo me había mencionado, y yo, resignado, acepto.-