Jazmín La Amante Del CEO

Mi nombre es René Bernard Petit, tengo treinta años, soy el único hijo de Marcus Bernard e Yvonne Petit. Siempre he tenido todo lo que he querido, como quien dice nací en cuna de oro, y las cosas las tengo cuando quiero y como yo quiero, mis padres son los dueños de la Fábrica de perfumes más grande de Francia.

Todo estaba de maravilla en mi vida, como hijo único fui el consentido de mis padres, mi admiración siempre fue papá, hasta que cumplí los dieciocho, si ese día mi ídolo, se cayó del pedestal, papá que siempre lo vi amar a mi madre, de tener detalles con ella, eran la pareja más envidiada, como se dice, la pareja ideal, el uno para el otro, pero todo cambió. Un día fui a buscar a papá a la hacienda, allí donde cultivan las flores de jazmín, que luego son enviadas a la fábrica. Mamá se sentía muy mal, me decía que tenía fuertes dolores en su parte baja, yo como pude fui a la hacienda y al llegar, encuentro a papá con su secretaria, los dos estaban en la sala teniendo se@@, mi mundo se vino abajo, casi le entro a golpes, pero recordé dos cosas, una que es mi papá y otra que mamá estaba mal en casa. Así que tomé el vuelo en el jet privado de regreso a casa, por más que papá quiso hablarme, yo me negué, no le dije nada a mi madre.

Y así fue, llegué y mamá ya estaba en el hospital, había perdido al bebé, sí, estaba embarazada. Todos los días culpé a papá, no sé cómo mamá se enteró de su infidelidad y en casa todo cambió, yo también cambié. Me fui a estudiar a Alemania, lo poco que había de mí en redes sociales lo quité, casi siempre papá me mantuvo distante de todo eso y cuando él le falló a mamá, más me alejé del ojo público.

Hace cinco años me casé con Margot Boyer, nuestro matrimonio fue, porque en una noche de tragos dormimos juntos y quedó embarazada, pero después tuvo un accidente y perdió al bebé, no la amo, pero siempre he tratado de complacerla en todo, he tenido aventuras, y ella lo ha sospechado, jamás me ha visto con otra mujer.

Después de tantos años volví a mi tierra natal, Francia, las cosas entre papá y mamá cambiaron mucho, ella lo perdonó, después de tanto pedirle a mi madre una oportunidad. A mi padre hace un año le dio un ataque cardíaco, a tiempo se pudo atender, y desde que casi lo pierdo, lo perdoné, ahora él quiere que tome el control de la empresa, tengo una agencia de modelaje en Alemania, pero quiero complacer a papá y tomaré el mando de todo.

Nos reuniremos en la hacienda, solo unos días, le hace bien a papá y cuando volvamos me haré cargo, seré el nuevo CEO de la empresa.

_ no me gusta estar en este tipo de lugares. Me dice Margot

_ no vas a empezar con tus cosas, venimos aquí por mis padres, te hubieras quedado en París.

_ para qué? ¿Para que tus padres después me echen en cara que no vine?

_ entonces no te quiero escuchar decir nada, por Dios tienes todo, te complazco en todo, puedes cooperar.

Veo que pone mala cara, y la ignoro, a veces Margot se pone muy pesada.

  Hoy muy temprano iré a la hacienda, ayudaré lo más que pueda, ya que en la tarde iré al campo a cosechar.

_ me cuentas como es?

_ como es que? Le pregunto a mi hermana

_ él, tu jefe.

_ el señor Bernard?

_ no, el hijo

_ por Dios, que son esos comentarios, eres muy chica para estar pensando en hombres.

_ hermanita, chica quizás, más no ciega, además algún día me casaré, tendré hijos, deja de ser celosa.

_ si lo sé, pero mientras esa edad llega, te voy a cuidar y celar. Me da una sonrisa, yo la abrazo y salgo de casa.

Papá tuvo una mala noche, lo escuché quejarse mucho, me preocupa, me gustaría llevarlo a un hospital, allí lo atenderían bien, pero no tenemos el dinero suficiente, con lo que vamos solo cubrimos algunos medicamentos.

Voy llegando a la hacienda, entro por la puerta de la cocina y comienzo a ayudar a las chicas, están preparando un desayuno como para un batallón.

_Por qué tanto?

_ porque la señora quiere que su hijo pruebe de todo, si lo alimenta así estos días, lo llevará rodando a París. Dice una de las chicas.

Todas reímos y de pronto sentimos que el ambiente se pone tenso, al escuchar un carraspeo, y allí vemos a un imponente hombre, uno que con mirarnos sentimientos que nos quiere matar, yo ignoro su cara de guardia mal pagado y sigo en lo mío.

_ quien es la encargada de la limpieza de mi habitación. Me huele que este ya va a fastidiar.

_ soy yo. Le digo tajante mirándolo fijamente sin agachar mi cabeza, este que no se crea que por ser el dueño de todo va a venir a creerse más.

_ te comento, muchachita, que lo haces muy mal. Y ya siento mi sangre hervir.

_ tengo nombre, don mandón, mi nombre es Jazmín, y si no le gusta como quedó su habitación pues lo siento, por usted. El señor Wilfred me dijo que todo estaba en orden así que puede ir a hablar con él.

Veo que el hombre pone mala cara y se va hecho una fiera.

_ te vas a meter en problemas, puede despedirte. Me dice la cocinera y yo solo niego con la cabeza, creo que si me pase un poco, recuerdo a papá y que necesito este trabajo y si me votan de este trabajo, también del otro. Fue un error, pero es que no me dejo de nadie y me fastidia la gente así.