Un Amor En Nueva York

¡¡Por supuesto que no!! Dijo Morgan sin dejar de mirar a Kylie, ¿somos amigos, recuerdas? Siempre seremos amigos, ¡solo amigos! Enfatizó.

Por un momento pensé en que tal vez... Tú...

Kylie estaba nervioso no sabía que decir, no quería herir a su amiga Morgan había sido su amiga desde que tenía memoria, jamás se le había cruzado por la mente que ella pudiera llegar a sentir algo diferente.

Creo que será mejor que regrese a casa, yo olvide que tengo tarea de física, nos vemos mañana en... Adiós Kylie. Morgan no quería sentir más esa incomodidad que se había formado así que pensó rápidamente en una excusa para irse de ahí, cada vez que Kylie le recordaba que solamente podían ser amigos ella sentía como su corazón era estrujado.

Al llegar a su habitación se dejó caer sobre las almohadas y ahí en medio de la soledad se permitió llorar. Sentía que cada vez sería más difícil el ya no decir nada. El no decir nada ya estaba haciendo eco en su interior.

Morgan se levantó y se miró al espejo, ella traía el cabello castaño oscuro, con ojos color avellana, era delgada y tenía un cuerpo proporcional. Era simpática y amable con todos, inteligente y también extrovertida. Pero nada de eso parecía ser suficiente para que Kylie se fijara en ella.

Las chicas que siempre le atraían a Kylie solían ser rubias, con piernas altas y huecas. Sinceramente, no entendía muy bien como es que alguien así pudiera ser tan ciego y no ver qué a su lado había una chica que moría por él.

Morgan miles de veces pensó en decirle la verdad, pero el solo hecho de perderlo como amigo le aterraba. Él sabía mucho de ella, ambos habían pasado momentos dulces y también amargos. Cómo cuando el padre de Kylie decidió dejar a su familia, Morgan recordó como acompaño a Kylie durante este duro proceso, no fue fácil, la madre de Kylie se la pasaba llorando y él estaba furioso con su padre por haber dejado a su familia atrás sin importarle nada.

Creo que fue durante ese momento en que más se enamoró de él, ya que para esos días ambos dormían juntos, Kylie paso casi un mes en casa de ella. Veían películas juntos, hasta quedarse dormidos y abrazados en el viejo sofá de la sala. Iban juntos a la escuela, desayunaban y hacían las tareas juntos.

Sin duda alguna ella no podía dejar que todo esto se quedará en el pasado. Morgan se secó una lágrima que caía hacia su mejilla. Se miró por última vez al espejo y sonrió.

De ahora en adelante haría todo lo posible por superar a Kylie, saldría con chicos y también asistiría a más fiestas.

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Al día siguiente Kylie paso por la casa de Morgan como todos los días, siempre iban juntos a la escuela. Se acercó y tocó el timbre, la señora Lewis lo recibió enseguida.

—buenos días, señora Lewis vine por Morgan.

—la señora Lewis lo miro con confusión, ya que se le hizo raro que Morgan no le avisará a Kylie de que alguien más vendría por ella.

—lo siento mucho Kylie, Morgan salió hace unos veinte minutos un chico paso por ella y ambos se fueron caminando, no deben estar lejos así que tal vez puedas alcanzarla.

—algo dentro de Kylie se sintió diferente, muchas emociones empezaron a surgir sobre todo enojo, tristeza y también ¿celos?

Él se despidió rápido de la señora Lewis y corrió para alcanzar a Morgan. Pero ya era demasiado tarde cuando estaba por llegar a la escuela la vio ahí tomando la mano del mayor imbécil que podría existir en el mundo. Luke Graham, el jugador de fútbol americano de la preparatoria tenía a Morgan tomada de la mano los dos iban caminando y riendo de algo.

Kylie se detuvo y los miro sin decir nada, su enojo era demasiado que sus palmas se cerraron en un puño y ejerció demasiada fuerza, haciendo que sus nudillos quedarán blancos.

La intento buscar durante el almuerzo pero no tuvo suerte, como si el mundo le estuviera dando una mala pasada ese día sus clases fueron a horas diferentes, en ningún momento cruzo miradas con ella. La busco por todas partes y no la encontro por ningún lado.

las horas pasaban lentamente torturandolo cada vez más, al final solamente fue él y nadie más. Kylie empezó a experimentar nuevas emociones, no podía concentrarse en su mente solamente estaba Morgan.

Morgan abrazándolo, Morgan corriendo hacia él, Morgan, Morgan...

—¡Señor Wilson! Una voz gruesa lo trajo hasta la realidad

—si, señor Fischer

—¿podría darme la respuesta a lo que me pregunté?

—lo siento no puedo, respondió Kylie un poco confundido

—para la próxima les pediré a todos que pongan más atención a la clase, esto saldrá en el examen y espero que todos puedan aprobar al igual que usted señor Wilson. El maestro de matemáticas se quedó mirando a Kylie seriamente.

Él no dijo absolutamente nada, trato de enfocarse nuevamente en la pizarra y en las fórmulas que estaban escritas en ellas pero no pudo. De nuevo a su mente regresaba la sonrisa de Morgan mientras caminaba con el imbécil de Luke.

Cuando las clases se dieron por terminadas corrió a toda velocidad para llegar a casa de Morgan, era tanta su urgencia que ni siquiera se tomó la molestia de tocar la puerta, decidió que lo mejor sería confrontarla cara a cara.

Llegó a su casa y saludo rápidamente a su madre, después salió al jardín y abrió la reja que conectaba ambas casas, subió como todo un experto por la enredadera y se percató de que las ventanas estaban abiertas, era una invitación libre a entrar.

Se sentó en la silla frente al computador y espero pacientemente a que Morgan llegará.

Estaba tan aburrido que empezó a dar vueltas con la silla giratoria. Escucho la manija de la puerta crujir y se preparó para confrontarla.

—¡Morgan Lewis!

Morgan se asustó al escuchar su nombre que soltó un pequeño grito.

—¡maldita sea Kylie Wilson!, ¡¿Tratas de matarme o qué?!

—¿Tienes algo que decirme Morgan? Kylie se encontraba con la mirada fría y sería. Tanto que si las miradas mataran Morgan ya habría caído fulminada.

— la verdad es que... Morgan se sintió nerviosa no sabía cómo Kylie tomaría la noticia, si había algo que no le agradaba era que ella tuviera que ver con los deportistas, ya que él sabía de muy buena fuente que todos eran unos cretinos y mujeriegos.

— bueno... Yo y Luke... Ya sabes... él me invitó a salir y, acepte.

—¡¿pero, por qué él?! De todos los imbéciles que hay en la preparatoria, porque tuviste que elegir al peor del mundo. Claramente kylie estaba enojado.

—no tengo por qué darte explicaciones de con quién salgo kylie, ¿a caso yo te he dicho a ti alguna vez con quién debes salir?

—kylie se quedó atónito y no sabía cómo responderle a su amiga, puesto que ella tenía razón. En todos estos años Morgan jamás le prohibió salir con alguna chica en específico. Sin embargo, el sí le estaba de cierta forma prohibiendo salir con Luke.

—sabes qué, está fue una mala idea. Jamás debí haber venido. Espero que te vaya bien con ese imbécil y espero que cuando él te engañe no te enojes conmigo por decirte que te lo dije.

—vete a la mierda kylie, es mi vida así que yo decido con quién salir y con quién no. Somos amigos, pero tampoco cruces la línea. Morgan estaba más que furiosa.

En un momento a otro Kylie no supo que hacer o porque lo hizo, pero se acercó hacia Morgan y la tomo de la cintura atrayendola hacia él y dejo que sus labios se juntaran en un beso tierno que poco a poco se alargo más y más. Morgan espero por mucho tiempo este momento, colocó sus brazos alrededor del cuello de kylie y continuo con el beso hasta que ambos se quedaron sin aliento.