"En el lujoso reino de Raleigh, la princesa Mariana Hazbun se enfrenta a un ultimátum: casarse antes de cumplir los 27 años. Pero Mariana no está dispuesta a comprometer su libertad y su corazón asi se transforma en la princesa rechazada.
Mientras tanto, en Nueva York, Asher Beaumont, el rico y apuesto heredero de la familia Beaumont, vive una vida de excesos y placeres. Pero su padre, el patriarca de la familia, le impone una condición para heredar la fortuna familiar y el liderazgo de la familia Beaumont: casarse y demostrar su madurez.
Cuando Mariana y Asher se conocen, el ve en ella la respetabilidad que su padre le exige, pero la novia se resiste. Mariana es obligada por su padre a contraer matrimonio. Pero detrás de la fachada de lujo y poder, ambos esconden secretos y miedos. ¿Podrán superar sus diferencias y encontrar el amor verdadero, o su unión será solo una transacción de conveniencia?.
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La Princesa Rechazada
Olivia y Malek planeaban tomarse un fin de semana solos junto a Kamal y Constanza.
— Deben hacerlo yo cuidare de mis sobrinos dijo Mariana le gustaba pasar tiempo con sus sobrinos.
— Supongo que iremos dijo Malek.
Asher estaba conversando con Dante cuando una camarera se acercó a entregarle el trago qué él había pedido.
Al levantar la vista vio a su padre conversando con la cosa amorfa cubierta de pies a cabeza.
Dante miro a Mariana.– Nunca entendí a las hermanas de Malek.
—Creo que la más normal es Rosse dijo Asher.–La cosa amorfa es peculiar.
— No hables así te llegan a escuchar y te darán una paliza tus cuñados
Asher la miró.— Para mi lo es debajo de esa espantosa tunica negra y ese niqab no se sabe que hay, las prefiero en lencería.
— Son gemelas como nuestras tias igualitas, Asher miró a la cosa amorfa y luego a su hermana, era una mujer muy bella aunque él las prefería rubias y desnudas...
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Mariana se miró en el espejo llevaba puesto un vestido vanguardista con transparencias se había maquillado con ayuda de una empleada y recogido el cabello, había acordado que se encontraría con Yassir en un exclusivo restaurante.
Se colocó un largo tapado y bajo las escaleras, Khalil se sorprendió de ver a su hija maquillada.
— ¿Exagere?, pregunto Mariana.
— No, para nada estás preciosa. Solo que me sorprende el cambio.
— Bueno quiero causar una buena impresión, exclamó Mariana.
Karem frunció el ceño cuando llegó a la sala y vio a Mariana con el cabello descubierto y tan maquillada.
— Su Alteza, todo esta listo.
— Nos vemos, papá exclamó ella. Karem le abrió la puerta y se sentó junto a ella. En el auto fue imposible ignorar su delicioso aroma.
Mariana llegó al restaurante.—¿Recuerdas lo que te pedí Karem ?, pregunto ella.
— Por supuesto, Alteza.
Yassir aguardaba junto a Naim de pie en la entrada cuando la puerta se abrió y Mariana descendió del auto.
–Es muy bonita dijo Naim observándola.
— ¿Debo recordarte que estás hablando de mi posible futura esposa?, pregunto Yassir. Naim sonrió.
Pero era cierto Mariana era muy hermosa Yassir hizo una reverencia.
— Su Alteza, bienvenida
— Excelencia, gracias por la invitación exclamó Mariana.
Yassir la observó quitarse el tapado y la miró impresionado. No era un hombre chapado a la antigua, pero le parecía excesivo su atuendo. Hubiera jurado que la hija de Hazbun era más discreta.
— ¿Se quedará mucho en Londres?, pregunto Yassir.
– Yassir, no hay porque ser tan formales. No, pasado mañana me voy a París a la semana de la moda, deberías venir. Será muy divertido, podremos conocernos mejor entre desfiles y fiestas.
— Debo regresar a Jazeera, exclamó él.
— Claro imagino que pasas mucho tiempo, leí en una revista de moda unos datos interesantes dicen que tu país está muy atrasado.
— Estamos cambiando muchas cosas, pero obviamente es un proceso lento exclamó Yassir algo tenso.
—Debería hacer un cambio radical para que alargar la situación esas momias arcaicas no entienden cuando las cosas son graduales...
Yassir se llevó la copa a los labios, llevaban media hora ahí y ya no la soportaba más Mariana Hazbun era igual a su hermana menor frívola, solo pensaba en compras y zapatos, jamás tendría una esposa así. Además, no hablaba, gritaba, era una feminista radical pero solo para las vanidades.
— Papá dice que usted quiere casarse.
— Es una posibilidad.
— Yo no tendría inconveniente, pero me gustaría que de mudarme a Jazeera poder contar con ciertas comodidades, me gusta salir de compras mucho así que espero tenga buenas tiendas y me gustaría poder viajar todos los meses a Europa para realizar compras y necesito llevar a mis quince empleados así que necesitaré espacio para ellos exclamó Mariana.
Karem irrumpio en ese momento.— Lo siento su Alteza. La puja comenzó.
— Dile a mi secretario que quiero ese collar no importa lo que deban pagar si no lo consigue lo hare azotar exclamó Mariana...
Yassir cerro la puerta del auto con el ceño fruncido. — Naim observó a su jefe y amigo.
— ¿Cómo te fue?, pregunto Naim.
— Muy bien no la mate, tenía ganas de estrujar su cuello con mis propias manos qué mujer más exasperante,y frívola. No hay manera de que case con esa mujer..
Mariana ingreso a su casa muy sonriente.
—¿Cómo te fue?, pregunto Khalil observando a su hija sonriente.
— Muy bien, es un hombre agradable veremos que pasa tal vez lo vuelva a ver comento Mariana muy feliz.
Días después Mariana sonreía muy alegre Yassir Al-Daher tenía una relación con Danielle Saracco.
Pasaron dos meses y su padre apareció con un nuevo candidato Khalid bin Rashid Al-Maktoum. Tenia treinta años y era de Durham conocido de su primo Kalen.
Hijo del jeque Rashid Al-Maktoum, era un influyente líder empresarial y político de Durham.
Amira observaba la fotografía.– Es un hombre muy guapo.
— La verdad que si y muy elegante comento Constanza.
Mariana lo observó era alto de cuerpo atlético y musculoso, ojos y cabello negro bien peinado y se vestía de manera elegante
Era un hombre culto. Licenciado en Administración de Empresas por la Universidad de Dubái y tenia una maestría en Finanzas por la Universidad de Londres
Presidente y CEO de Al-Maktoum Holdings, un conglomerado empresarial con intereses en la construcción, la energía, la tecnología y la finansas. Dueño de varias empresas y propiedades en Dubái y otros países del Golfo.
Era ambicioso y visionario. Un líder nato con habilidades de comunicación y negociación excelente.
— ¿ De donde lo saco papá?, pregunto Mariana.
— Parece que presenció una conferencia tuya en la universidad de Durham y le pregunto a tu primo por ti.
Mariana miró la fotografía ¿cómo se libraría de él?, ¿Karem? necesitaba que Karem la ayudará a conseguir información.
— Dile a papá que lo haré, lo recibiré dentro de una semana. – Amira sonrió, Khalil estaría complacido.
La brisa cálida del desierto susurraba entre las palmeras del oasis, agitando la tela de la jaima donde Mariana aguardaba con impaciencia. La princesa, envuelta en una túnica de lino que alguna vez fue blanco, observaba la inmensidad del desierto con el ceño fruncido.
Sabía que Khalid bin Rashid Al-Maktoum estaba en camino. Debía espantarlo.
Su padre buscaba candidatos que consideraba dignos de su mano, y Mariana, con la misma determinación con la que había forjado su camino en la medicina, habia decidido deshacerse de él.
Pero Khalil no era un hombre cualquiera. Empresario, político, visionario… y, según su primo, un hombre con determinación.
—Más razón para que se vaya —murmuró para sí misma mientras servía un poco de té en una casuela rudimentaria en el desierto.
El sonido de cascos golpeando la arena la sacó de sus pensamientos. Levantó la vista y allí estaba él. Montado en un caballo negro, con la elegancia de alguien que sabía exactamente el impacto que causaba. La luz del crepúsculo acentuaba la intensidad de sus ojos oscuros y la firmeza de su mandíbula. Bajó con una facilidad felina y se acercó con paso seguro.
—Princesa Hazbun —su voz era profunda, marcada por un acento refinado—. Espero no haber hecho esperar demasiado a mi anfitriona.
Mariana le sostuvo la mirada con frialdad, fingiendo indiferencia, llevaba el rostro cubierto.
—En absoluto, señor Al-Maktoum. Aunque, debo advertirte… este oasis puede ser engañoso. No todos los que llegan encuentran lo que buscan.
Una sonrisa apenas perceptible curvó los labios del jeque.
—Entonces tendré que descubrirlo por mí mismo.—El juego había comenzado.
Khalid entrecerró los ojos, observando a la princesa con detenimiento. Su túnica, que en algún momento debió haber sido blanca, estaba manchada con arena y polvo. Un mechón de cabello oscuro escapaba de su velo, desordenado por el viento del desierto. No se le veía el rostro, y la postura relajada con la que se apoyaba en un pilar de la jaima dejaba en claro que no tenía la más mínima intención de impresionarlo.
¡Interesante!.
La mayoría de las mujeres de su posición lo recibían con sonrisas ensayadas y vestidos impecables, intentando llamar su atención. Pero Mariana… parecía decidida a hacer lo contrario.
—No esperaba un recibimiento tan… peculiar —comentó con voz neutra, recorriéndola con la mirada.
Mariana arqueó una ceja, aunque él no pudo verlo.
—Estamos en el desierto, jeque. No es un palacio. Aquí la arena y el viento no distinguen títulos ni riquezas.
Khalid sintió una punzada de irritación. Estaba claro que la princesa no quería estar allí… o más bien, no quería que él estuviera allí.
—Curioso, porque los que la conocen hablan de usted como una mujer sofisticada, con educación y modales impecables.
—Seguramente lo soy—respondió ella con fingida dulzura—. Pero cuando no estoy aquí
El silencio se instaló entre ellos. Khalid nunca había tenido que esforzarse con una mujer. No tenía tiempo para juegos ni caprichos. .
—Si fuera mal pensado creeria que me ha hecho venir hasta aquí para desanimarme, princesa.–Mariana sonrió para sí.
—Por supuesto que no por favor siéntese, suelo pasar mucho tiempo en el desierto llevo siete dias acampando.
Y con eso, se dio media vuelta, adentrándose en la jaima y se sento sobre los cojines luego de quitarse los zapatos.
Khalid observó que tenia los pies sucios. Al observar con detenimiento observó qué tenía polvillo en las uñas de las manos.
— Me ha dicho que lleva siete días aquí ¿ suele hacerlo con frecuencia?.
— Paso la mayor parte de mi tiempo en el desierto, ¿ veo que usted no?.
— No vivo en la ciudad divido mi tiempo entre Dubái y Durham exclamó Khalid.– ¿ El tiempo que usted pasa en el desierto es negociable?
Khalid se reclinó ligeramente en su asiento, observando con detenimiento a la princesa mientras ella se descubría el rostro. Había esperado muchas cosas de ese encuentro, pero lo que vio lo tomó por sorpresa.
Mariana le sonrió con descaro, y fue entonces cuando lo notó: —sus dientes estaban completamente negros.
Por un instante, Khalid pensó que era un efecto de la luz, pero no. Esa mujer no sabía lo que era un cepillo de dientes.
El ceño se le frunció de inmediato.El tenía la imagen de una princesa refinada, una mujer educada, alguien con quien podría sostener conversaciones profundas y, tal vez, forjar una alianza estratégica. Sin embargo, la mujer frente a él parecía haber salido de una cueva, con las uñas sucias, la ropa hecha un desastre y ahora, esa horrible sonrisa. La sola idea de tener que besar a esa mujer le repugnaba.
Ella inclinó la cabeza con fingido interés.
—Está soy fuera de todo protocologo, son nuestras raíces.—Khalid cruzó los brazos.— Por que no lo intenta será mi invitado y podrá pasar la noche aquí.
— Debo volver a la ciudad esta misma noche de hecho el helicóptero vendrá por mi en un rato, no creo que tengamos mucho en común.
Mariana observaba el helicóptero elevarse Khalid bin Rashid Al-Maktoum huía de ella como si lo siguieran los demonios.
— Hanya prepara mi baño, no soporto más esta mugre y déjame el cepillo de dientes a mano exclamó Mariana sonriendo...
Khalil frunció el ceño, los pretendientes de Mariana se evaparaban después de la primera cita, y lo peor era que todos hablaban maravillas de ella.
Y fue el turno de Etienne Laurent Dupont treinta y cinco años, francés tenia el
cabello oscuro y ojos azules
Presidente y Ceo de Hospitality una empresa hotelera de lujo con propiedades en Durham, Raleigh y Dahabiya.
En esa oportunidad Mariana decidió jugar diferente ya era su quinto candidato, así que decidió comportarse de manera impecable en su primera cita y el pidió una segunda cita.
Se encontraban en un exclusivo restaurante de Londres cuando una mujer se plantó junto a Etienne , Mariana observo a la mujer parecía celosa y molesta. Al desviar la mirada vio que la mujer estaba embarazada.
— Será mejor que los deje solos dijo Mariana.
— Mariana por favor espere dijo Etienne siguiéndola.
— Será mejor que no me vuelva a llamar mi padre no tomara bien semejante burla guardaré silencio solo por su hijo exclamó Mariana sin darle tiempo a nada se subió al auto.
Etienne regreso al restaurante, la loca embarazada se había evaporado.
Mariana sonrió cuando Karem subió al auto.
— ¿Le pagaste bien?, pregunto Mariana.
— Sí, la joven esta muy agradecida exclamó Karem.
— La agradecida soy yo, hasta yo me creí esa escena de celos dijo Mariana riéndose...
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Gracias por su apoyo 🤣 me dan más ideas para espantar hombres 🤣🤣
Aquí hay un peligro inminente Mariana en su afán de no casarse pone en bandeja de plata sus planes a Karem sobre Asher Beaumont.
Asher realmente no se que hará Eliza para que puedas redimirse de la vida loca y promiscua que ha llevado no tiene sentimientos no quiere a su hija y nunca se ha enamorado.
Mariana se lo advirtió una infidelidad y no hay boda llega Freya y la bragueta suelta no aguanta.
A él le sale un escarmiento real unos buenos azotes porque Definitivamente Asher piensa con la cabeza del medio de las piernas.