En el reino mágico de Eldoria, la paz es una ilusión frágil que se ve amenazada por fuerzas oscuras que acechan en las sombras. Los guardianes de Eldoria, liderados por Leo, Camila, Alexander y Morgana, protegen su hogar con valentía y sabiduría, fortalecidos por siglos de tradición y la luz emanada por la Fuente de la Luz Eterna.
Pero cuando una curandera recién llegada, Selene, irrumpe en sus vidas, trayendo consigo un amor aparentemente puro por Alexander, todo cambia. Selene oculta un secreto oscuro: ha sido enviada por la Sombra del Pasado para infiltrarse en Eldoria y destruirla desde dentro.
A medida que el amor florece entre Alexander y Selene, también lo hace la traición. Selene debe enfrentar su lealtad dividida entre el deber y el corazón, mientras los guardianes descubren sus verdaderas intenciones. La batalla por el destino de Eldoria se desata, poniendo a prueba no solo la fuerza de sus defensas, sino también los lazos de amor y confianza que los unen.
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Capitulo 2 : Ecos del pasado
El crujido de las tablas bajo sus pies resonaba en la silenciosa mansión mientras Alexander y Camila se adentraban en sus profundidades. La mansión, oscura y llena de sombras, parecía respirar con vida propia. Cada rincón y cada pasillo susurraban secretos olvidados, y cada cuadro en la pared parecía observarlos con ojos llenos de historias no contadas.
Camila , con la mano de Alexander firmemente entrelazada con la suya, sentía que cada paso los llevaba más cerca de la verdad, pero también de un peligro desconocido. El aire se volvía más frío a medida que avanzaban, y un extraño escalofrío recorrió su espalda.
—Alexander, ¿dónde vamos? —preguntó ella, su voz apenas un susurro.
—A la sala del espejo —respondió él, sin detenerse—. Ahí es donde comenzó todo.
La sala del espejo. Camila no sabía por qué, pero ese nombre le parecía familiar, como un recuerdo enterrado en lo más profundo de su mente. Cuando finalmente llegaron, la puerta, de madera tallada con símbolos antiguos, parecía emanar una energía propia. Alexander la empujó con esfuerzo, revelando una habitación grande y oscura, con un enorme espejo en el centro.
El espejo, con un marco dorado y ornamentado, parecía una puerta hacia otro mundo. Camila sintió un tirón en su interior, como si algo dentro de ella respondiera a su presencia. Se acercó al espejo, mirando su propio reflejo con una mezcla de temor y curiosidad.
—Este espejo es la clave —dijo Alexander, acercándose a ella—. Fue creado por el hechicero que nos maldijo. En él, podemos ver nuestras vidas pasadas y descubrir cómo romper la maldición.
Camila extendió una mano temblorosa hacia el espejo. Cuando sus dedos tocaron la fría superficie, una oleada de imágenes inundó su mente. Vio destellos de vidas pasadas: una joven noble y un valiente guerrero, una aldeana y un príncipe, siempre juntos, siempre separados por la tragedia y la traición. En cada vida, su amor había sido fuerte, pero las sombras siempre los alcanzaban.
De repente, una imagen se destacó entre las demás. Vio a un hombre oscuro y poderoso, con ojos llenos de rencor y celos, pronunciando palabras en un idioma antiguo. Era el hechicero. Y detrás de él, una figura oculta en las sombras, observándolos con una sonrisa maliciosa.
—¡Camila ! —la voz de Alexander la sacó de la visión—. ¿Estás bien?
Ella asintió, aunque su corazón latía desbocado.
—Lo vi, Alexander. Vi al hechicero y a alguien más... alguien que estaba en las sombras.
—Ese debe ser el verdadero origen de nuestra maldición —dijo Alexander, frunciendo el ceño—. Necesitamos encontrar esa figura en las sombras. Es la clave para entender y romper el hechizo.
Camila miró a Alexander, sintiendo una mezcla de miedo y esperanza. Sabía que el camino que tenían por delante sería peligroso y lleno de desafíos, pero por primera vez en muchas vidas, sentía que podían lograrlo.
—Vamos —dijo ella, con determinación en su voz—. Encontraremos a esa figura y romperemos la maldición. Juntos.
Alexander asintió, y juntos salieron de la sala del espejo, preparados para enfrentar las sombras que los habían perseguido durante siglos.