Arianna, una niña que perdió a su madre a la edad de cuatro años, vive con su padre, quien ha formado una nueva familia y tiene dos hijos más. La esposa actual de su padre la maltrata y fomenta la discordia entre ella y sus hermanos. Además, su padre ha cambiado notablemente desde que está con su nueva pareja y se deja influenciar por ella. Sin embargo, el hermano Ángel es el único que la trata con amabilidad y cariño. Ante esta situación insostenible, Arianna decide enfrentarse a su padre y expresarle su intención de abandonar el hogar.
Su padre se ríe en su rostro y le pregunta qué planeaba hacer, adónde iría si no tiene a nadie más en esta vida. Por su parte, su madrastra se aleja y le comenta a su esposo que tiene una idea, y ambos se dirigen al despacho, dejando a Arianna sola en la sala.
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capítulo 4: hablar con papá
Ángela: Solo te permitiré que busques tus pertenencias, hazlo rápidamente y luego vete.
Arianna sube a su habitación, se sienta en la cama, toma una respiración profunda y reflexiona: no puedo quedarme aquí, debo alejarme. Comienza a recoger sus cosas justo cuando llega su padre.
Ángela corre hacia su madre y le dice: Mami, acaba de llegar Arianna, la estúpida, y me dijo que vino por sus cosas y se va.
Silvia: ¿Se atrevió a regresar? Jajaja, ahora sí va a saber quién soy yo.
Ángela: Mami, espera, solo vino a recoger sus cosas. Ya se marchará.
Silvia: ¿Acaso estás sintiendo compasión por esa persona inapropiada?
Ángela: No, mamá, no es eso. Solo menciono que vino por sus pertenencias y se irá pronto. Papá también ha llegado.
Silvia: Me alegra escuchar eso; hoy mismo nos desharemos de esa indeseable.
Arianna baja y se queda en la esquina de la escalera, esperando que su padre entre. Silvia y Ángela la observan desde otra esquina, intrigadas por lo que podría hacer.
Ángel, su padre, entra a la casa y al verla le dice: Hola, ¿qué haces allí parada?
Arianna: Hola, papá. Te estaba esperando.
Ángel: ¿Y eso? ¿Qué necesitas ahora?
Antes de que Arianna pudiera responder, Ángela corre hacia su padre y le dice: ¡Papi, has llegado! Dime, ¿qué me has traído?
Ángel: Hola, mi princesa hermosa. Aquí tienes un delicioso yogur de fresas.
Ángela: Gracias, papito.
Arianna: Papá, ¿podemos hablar un momento?
Ángel: No traje nada para ti. Ya eres lo suficientemente grande; ¿qué deseas?
Arianna: Quiero hablar contigo, papá. ¿Podemos hacerlo?
Ángel (padre): Hablemos, ¿por qué tanto drama contigo? Explica la situación.
Arianna: Preferiría hacerlo en privado.
Ángel (padre): No, aquí es donde vamos a hablar. No hay secretos en esta casa. Si no hablas, te irás a tu habitación.
Arianna: Está bien, como quieras, papá. Como mencionaste, ya estoy suficientemente grande, ya tengo 19 años y, por esa razón, he decidido que me iré de esta casa hoy mismo. No deseo continuar viviendo aquí.
Ángel (padre): ¿Qué estás diciendo?
Arianna: Que me iré de esta casa, papá.
Angel (papá): ¿A qué se debe todo esto, Arianna? Dime, ¿qué sucede contigo? ¿Acaso no te sientes bien aquí? ¿No te proporciono todo lo que necesitas? ¿No te encuentras en armonía con tus hermanos? No entiendo por qué apareces con este tipo de problemas.
Arianna: ¿A qué viene esto, papá? Ya no puedo más. No soporto sus malos tratos. Has cambiado mucho desde que mamá falleció y me tratas de manera muy diferente a como lo haces con mis hermanos. No comprendo por qué actúas así. Estoy con ellos, pero, por ejemplo, Ángela no me soporta y su madre tampoco.
Has cambiado considerablemente en nuestra relación. Me ofreces lo que necesito, pero a menudo lo haces con comentarios que evidencian una obligación, como aquí tienes para que no digas que no te doy o aquí tienes, ve qué haces. Papá, lo que realmente me importaba era el tiempo que pasábamos juntos y la conexión emocional. Sin embargo, he llegado a un punto en el que me siento cansada; esto no es suficiente. Soy tu hija y también necesito cariño. Aunque ya soy adulta, eso no significa que no desees saber cómo fue mi día o cómo me siento.
Además, me duele que permitas que tu esposa me trate de manera despectiva y me llame sirvienta.
Soy la única que realiza todas las tareas en esta casa. ¿Realmente piensas que tuve que decir que reprobé para que ella se sintiera feliz? Ahora lo dejo claro: estoy en la universidad desde hace dos años y eso es un hecho.
Silvia: ¿Qué?
Arianna: Sí, estoy en la universidad, soy adulta y planeo irme de esta casa.
Silvia la miraba con deseos de golpearla, al igual que Ángela. Su padre no sabía qué decir al escuchar todo lo que su hija expresaba. Silvia se percató de que él estaba sintiendo dolor por lo que le decía.